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Ramón Gabarró, Presidente de AEIM: “No faltarán maderas tropicales para la industria del pavimento»

Ramón Gabarró es un experto en este tipo de maderas, y conoce de primera mano la situación de suministro de estas maderas, especialmente de África, por sus numerosos viajes a este continente.

Ramón Gabarró i Badía, Presidente de la Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera (AEIM) y Presidente del Consejo de Administración de Gabarró Hermanos, S.A., una de las principales empresas del sector del comercio de madera y derivados en España, y una de las compañías más relevantes en la importación de maderas tropicales, afirmó rotundo en la XVIII Convención de la Federación Española de Pavimentos de Madera, celebrada la pasada semana en San Sebastián, que «no van a faltar maderas tropicales para la industria del pavimento; existen muchas fuentes de aprovisionamiento sin explotar, aunque con algunas especies sí hay que hacer previsiones con tiempo.»

 

La empresa Gabarró Hermanos está certificada, tanto por el esquema FSC como PEFC. Y Ramón Gabarró un gran impulsor del diálogo y colaboración con los grupos conservacionistas. En su ponencia, el Presidente de AEIM habló sobre las maderas tropicales, su problemática, las más utilizadas en España y en Europa, de las dotadas de Certificación de Cadena de Custodia y, en definitiva, del presente y futuro de estas maderas.

 

«La proporción de las extracciones de madera en Africa sigue siendo notablemente inferior a su potencial -comentó-. El área de bosque se ha ido reduciendo en América Central y del Sur, y la principal causa de deforestación fue la conversión de tierras forestales a la agricultura y la urbanización (lo mismo que sucedió en España en el siglo XVI). El único país allí preparado para explotar y exportar madera correctamente es Brasil, aunque cabe suponer que la situación irá mejorando.»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según Ramón Gabarró, existen limitaciones y autorregulaciones para explotar y exportar especies y también madera aserrada. Progresivamente, organismos como el IBAMA, en Brasil, controlan que las talas se realicen de forma responsable.

 

Madera certificada

 

El porcentaje de bosques tropicales certificados es muy pequeño, pero cabe esperar que estos registros vayan a más. «La demanda de madera certificada, lamentablemente, es escasa -según Ramón Gabarró-. Siento especialmente que aún hoy las corporaciones públicas, en la práctica, no exigen madera certificada. Si queremos madera para futuras generaciones, es vital realizar una gestión sostenible.»

 

Importaciones de madera en España

 

El Presidente de AEIM concluyó su presentación ofreciendo algunas cifras sobre el balance de las importaciones españolas de madera.

 

En Tropical Aserrada, de 380.000 metros cúbicos en 2007 hemos pasado a 88.500 en 2010. Y en Frondosas, de 340.000 a 140.000, «lo cual es una prueba evidente de la magnitud de la grave situación económica de España. Son cifras de importación; el consumo puede ser distinto -aclaró Gabarró- Es cierto que numerosos almacenes han decidido rebajar sus stocks.»

 

El precio lo marcan los mercados internacionales. A mayor demanda, mayor precio. Por ejemplo, el ipé ha doblado su precio en 6 años. Según Ramón Gabarró, «conviene conocer y disponer de especies secundarias alternativas, como la grapia, aunque a veces el mercado no las quiere. Quien fija la demanda es el factor moda (las tendencias que marcan las ferias, etc.). Por ejemplo, en España la demanda del iroko en carpintería es desmesurada. También existen alternativas para esta especie.

 

Responsabilidad

 

Los FLEGT son acuerdos para poner orden en el comercio de la madera, no son barreras, sino requisitos para que la madera que llega al mercado sea bien gestionada. «A los importadores y almacenistas españoles se nos exige mucho en este sentido, pero mientras entran muchos productos transformados de madera que no son sometidos a ningún control. Estamos jugando con dos barajas. Es una carrera de obstáculos para nosotros, y vía libre para quienes introducen sus productos en España.»

 

La Diligencia Debida es otro condicionante que se pone al importador para controlar la procedencia de las compras de madera. El importador ha de demostrar que ha hecho todo lo posible por verificar la procedencia de la madera; «esto genera al importador una inseguridad jurídica enorme -denuncia Ramón Gabarró-. No queremos ayudas ni subvenciones. Exigimos que se nos retiren obstáculos. Si continuamos así, la vocación empresarial decrecerá.