El cierre de una fábrica es algo más que una decisión económica: conlleva implicaciones sociales y financieras de gran calado. La venta de las máquinas usadas no solo puede liberar liquidez, también debería formar parte de una amplia estrategia para superar estos desafíos complejos.
El cierre de una planta sitúa tanto al empresario como a los trabajadores en una situación complicada, pero puede ser necesario por diversos motivos. Muchas veces los problemas son de índole económica, sobre todo si una planta ya no opera de forma rentable o registra grandes pérdidas. El cambio estructural, consecuencia de un cambio tecnológico, también puede causar el cierre. En otros casos el desencadenante de una reestructuración es una fusión o la absorción de un grupo empresarial. La falta de un continuador en la gestión de la empresa o un cambio en las condiciones del mercado también pueden ser el motivo de que una empresa tenga que echar el cierre.
LOS DESAFÍOS QUE PLANTEA EL CIERRE DE UNA PLANTA
Independientemente de las causas específicas que llevan al cierre de la planta, esta medida drástica conlleva una gran cantidad de desafíos, tanto para la gerencia como para los trabajadores. Las consecuencias sociales, como la pérdida de puestos de trabajo, el pago de indemnizaciones o la organización de medidas de reinserción laboral para los trabajadores afectados suelen ocupar buena parte de los esfuerzos. A ello se añaden las cuestiones legales, lo que también incluye aclarar y posiblemente cancelar las relaciones contractuales con proveedores de bienes y servicios y con los clientes.
El cierre de una fábrica acumula muchas y diversas tareas. Desde las cuestiones laborales hasta el vaciado de los almacenes, todo exige soluciones
Y todo ello sin subestimar la carga económica en la que se incurre con esta decisión. La liquidación de valores de capital, como por ejemplo la amortización de instalaciones o la cancelación de contratos vigentes pueden tener consecuencias financieras enormes. Por todo ello, la planificación financiera es imprescindible. La complejidad de estos desafíos precisa de una preparación minuciosa, una comunicación transparente con todos los afectados y un enfoque estratégico para gestionar el cambio con los mínimos contratiempos posibles.
¿QUÉ PASA CON EL PARQUE DE MÁQUINAS Y EL EQUIPO DE TALLER?
Hay que despejar las instalaciones, vaciar los almacenes y desechar los residuos diversos de forma adecuada. Durante este proceso aparecerán muchas existencias, mobiliario y máquinas usadas con potencial para la venta. Es el momento en que se plantea la pregunta sobre el futuro del parque de máquinas y del equipo de taller.
La colaboración con profesionales como la casa de subastas industriales Surplex facilita a las empresas el cierre de su planta
Vale la pena contar con la ayuda de un especialista para la venta de máquinas usadas ante el cierre de una planta. Este se hará cargo del arduo trabajo organizativo y, además, alcanzará un precio de venta superior por las máquinas usadas. Aquí es donde entra en juego Surplex. La casa de subastas industriales apoya a las empresas en la venta eficiente de sus máquinas y en la recuperación de la liquidez necesaria para cubrir otros gastos.
Los especialistas en cierres de empresas se hacen cargo de la primera tasación de las máquinas, crean un plan de marketing, marcan objetivos y recurren a su red mundial para lograr así un alcance óptimo para la venta de las máquinas. Sin ir más lejos, la plataforma de subastas Surplex.com está disponible en 18 idiomas. Durante todo el proceso, Surplex coordina y responde a todas las preguntas de los interesados y se hace cargo de la organización del transporte y de otras trabas logísticas, como la aduana. Una vez los clientes hayan recogido sus adquisiciones en la fábrica o estas se hayan enviado, se entrega el edificio despejado al propietario. De esta manera, Surplex se convierte en el socio de confianza en tiempos difíciles.