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MARIANO GOMEZ E HIJOS vuelve a confiar en HEBROCK

Una F4 de última generación releva a la TOP 1000 que compró en 2007.

MARIANO GOMEZ E HIJOS, una carpinteria tradicional e histórica ubicada en la puerta de entrada a los Picos de Europa, en Cantabria, se suma progresivamente a la elaboración del panel, y ha vuelto a confiar en MAESMA, al incorporar una chapeadora de cantos HEBROCK, modelo F4, que releva a otra HEBROCK, la Top 1000.

Logramos superar los largos años de crisis, y salimos adelante incorporando definitivamente el tablero a nuestra carpintería -relata Angel Gómez Salceda quien, junto a sus hermanos Mariano y Carlos, y a su hijo Angel, llevan el negocio en la actualidad-. Cada vez nos encargan menos trabajos con madera maciza. El cliente desea muebles y elementos de carpintería modernos, lisos, blancos, funcionales…”.

MAESMA hizo recientemente una demostración de la nueva generación de las HEBROCK en la zona, y los hermanos Gómez Salceda no lo dudaron un momento. “Deja un acabado espectacular, y no tenemos que hacer repaso alguno a las piezas canteadas -aseguran-. Canteamos de forma intermitente, así que encendemos y apagamos la máquina muchas veces. Arranca en pocos minutos, y siempre está lista para encolar el canto. A la perfección”.

Anteriormente, MARIANO GOMEZ E HIJOS había comprado a MAESMA una seccionadora de tablón RAIMANN, la citada chapeadora HEBROCK Top 1000 y un escuadradora ALTENDORF. Esta empresa de la Vega de Liébana, localidad cántabra próxima a Potes, ha confiado siempre en el asesoramiento y fiabilidad de los productos y servicio de MAESMA.

MARIANO GOMEZ E HIJOS fabrica mobiliario de cocina, puertas y armarios empotrados a medida, proporcionando a sus clientes una solución integral para su vivienda o negocio. Es una carpintería de referencia en Potes y su comarca, aunque realiza también numerosos trabajos fuera de Cantabria, gracias a la experiencia y seriedad que atesora esta empresa familiar.

Mariano Gómez nació en Esanos (Cantabria), en el año 1928. A los 18 años, después de trabajar cinco meses en los Saltos del Nansa, comenzó a aprender el oficio de carpintero. Mariano falleció en el año 2010, pero su oficio tiene continuidad familiar, ya que sus tres hijos y su nieto continúan trabajando en el taller de carpintería en La Vega.