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SCALA logra con HEBROCK un canteado de primera, para su pequeño taller

Fabrica mobiliario a medida, por encargo de decoradores e interioristas.

SCALA ha logrado con HEBROCK un canteado de primera clase, para su pequeño taller .

Roberto González, hijo de ebanista, lleva en el oficio cerca de treinta años. Los tiempos y circunstancias del mercado le llevaron hacia la fabricación de mobiliario a medida. “Tenemos una tienda en Portugalete, que continúa activa, y en nuestro taller, en el polígono, hacemos cocinas, que es nuestro fuerte y, además, baños, armarios empotrados y decoración interior en general”.

SCALA vende en Bilbao y su entorno, trabajando de la mano de decoradores e interioristas que, desde hace muchos años, le encargan trabajos especiales. “Estamos obligados a hacer cosas diferentes, con valor añadido, para poder competir con los grandes fabricantes y con las grandes superficies de mobiliario, bricolaje y decoración -afirma Roberto González-. Hay que estar despiertos, atentos a tendencias y novedades en la forma de fabricar y acabar los productos, para garantizar nuestro futuro”.

Fabricando a medida y con una alta calidad en los acabados, SCALA tiene un hueco en el mercado, y no le falta trabajo. Para obtener un canteado superlativo en todas las piezas de sus muebles, acaba de comprar una chapeadora de cantos HEBROCK F4. “En mi caso el tamaño sí importa, y yo buscaba precisamente una máquina que ocupara poco espacio, pero que me diera las prestaciones de las mejores encoladoras del mercado. MAESMA me ha traído la solución -afirma el joven carpintero vizcaíno-. La F4 es una máquina pequeña, muy fácil de usar, que deja un magnífico acabado en los tableros. Sin necesidad de repasarlos al final”.

Con la F4, HEBROCK ofrece a los carpinteros que trabajan pedido a pedido, con producciones pequeñas, una muy buena solución. Menos informática, menos electrónica y mucha más mecánica y neumática, con los grupos estrictamente necesarios para cantear con calidad. “Los cambios son muy rápidos -añade Roberto González-. Todo lo que había visto hasta ahora pasa por la informática y eso, depende de quién maneje la máquina, puede convertirse en un problema”.