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Visitando la Virgen Negra, en Eslovenia

Los aserraderos de WOOD-MIZER se pueden encontrar en los lugares más extraordinarios del mundo.

La imagen escultural de la Virgen Negra ha permanecido en la iglesia por más de 700 años.

Los aserraderos de Wood-Mizer se pueden encontrar en los lugares más extraordinarios del mundo, como el pico de una montaña en Eslovenia, en un santuario venerado de la Iglesia Católica Romana, donde se halla una Virgen Negra.

Nadie sabe exactamente por qué los pintores católicos de íconos en la Edad Media a veces retrataban a la Virgen María con la cara oscura. Los investigadores modernos hacen diferentes suposiciones, pero estas opiniones generan más preguntas que respuestas. En Europa hay alrededor de 500 de esas pinturas, donde la Virgen Negra está sentada en el trono real, o está de pie con el niño Jesús en sus brazos. Algunas de estas imágenes se consideran milagrosas.

La Iglesia de Santa Ana ha estado en la cumbre de los Alpes eslovenos durante más de 700 años. Antes de que se construyera la iglesia, el icono escultórico de la Virgen Negra trajo peregrinos de la Península Ibérica a más de 1220 metros sobre el nivel del mar. Después del viaje largo, los peregrinos decidieron que el ícono se quedara, y alrededor de él se construyeron una iglesia y un campanario del siglo XIV.

 

Para aserrar madera para reparaciones y construcciones, Vinko Potocnik y su padre compraron un aserradero LT15.

 

Vinko Potočnik se encuentra en la cumbre de la montaña cerca de la iglesia de Santa Ana en Koprivna.

Jože Potocnik es el conserje de la Iglesia de Santa Ana y su casa se encuentra al lado de la iglesia. Su hijo, Vinko, es un exitoso hombre de negocios que vive en una ciudad cercana, Ravne na Koroškem.

El techo de la casa de Jože fue completamente renovado.

«Visito a mi padre los fines de semana para ayudar con las tareas domésticas», dice Vinko. «Hacemos lo que podemos para mantener la iglesia limpia y en buen estado, pero el paso del tiempo y el clima inevitablemente desgastan el edificio de la iglesia y las reparaciones son necesarias».

Vinko ordenó la madera, pero se dio cuenta de que para las reparaciones necesitarían tablas de diferentes tamaños. «Teníamos un montón de tablas, todos de diferentes tamaños, y no teníamos dos piezas del mismo tamaño; esto no era bueno», explica Vinko.

En 2011 Vinko compró un Wood-Mizer LT15. «Me sentí atraído por el LT15 debido a su tamaño», dice Vinko. «Mucha gente nos visita aquí, y no queremos que nuestros equipos y herramientas sean visibles. Todo debe estar limpio y ordenado». El LT15 es lo suficientemente pequeño para caber en el cobertizo.

 

Vinko hizo una mesa y bancos.

 

El cobertizo está cubierto con madera.

«También nos impresionó el precio asequible del Wood-Mizer LT15», continúa Vinko. «En Ravne na Koroškem, también hay una tienda de servicio conveniente donde se pueden afilar las hojas de sierra de Wood-Mizer».

El LT15 es compacto y cabe en su pequeño cobertizo.

Vinko trabaja con el aserradero una vez al mes y lo utiliza no más de tres horas al día. Comenzó con proyectos pequeños, tales como serrar tablas para una cerca, y luego continuó con proyectos más grandes, como muebles y talleres que ahora se encuentran fuera de la iglesia.

Vinko también fue capaz de renovar el techo de madera en la casa de su padre y cubrir su cobertizo con madera nueva.

La iglesia está muy bien equipada con su ambiente duro, pero muchas veces tranquilo. La iglesia es un lugar de oración y meditación, donde cesan las preocupaciones y ansiedades de los visitantes.

Koprivna, el pueblo más cercano a la Iglesia de Santa Ana, se encuentra en la parte inferior de la montaña. Aquí hay un servicio religioso todos los días. Sin embargo, aproximadamente una vez al mes o durante los días festivos, las campanas de la Iglesia de Santa Ana, Madre de la Virgen María, atraen a los parroquianos y estos comienzan su escalada a la Virgen Negra, a 7 km de Koprivna.

 

Vinko Potocnik construyó una cerca nueva usando su LT15.

 

Cuando el servicio termina y los aldeanos regresan a sus casas, están agradecidos a la Virgen María por su hospitalidad y a las personas que sacrifican su tiempo y trabajo por el bien común, y por el bien de la Iglesia de Santa Ana, donde están los corazones de los peregrinos.