La sensación de la madera, material cálido y agradable bajo los pies, no es comparable con los demás materiales.
La durabilidad de una tarima de madera depende no solo de la correcta elección de la materia prima, sino también de la atención en los detalles de construcción. Es oportuno evitar el contacto directo de la madera con la capa de fondo, el estancamiento de agua y la utilización de conectores inadecuados, que no permiten que la madera pueda moverse. Existe una solución idónea para la colocación de cada tarima de madera.
La elección del tipo de fijación depende sobre todo del tipo de resultado estético requerido, y del tipo de elaboración preferida. Independientemente del tipo de fijación, debe considerarse un punto importante: la micro-ventilación entre las tablas y la subestructura. Si esta zona no se seca adecuadamente, la madera comienza a deteriorarse.
La micro ventilación es posible si la distancia entre las tablas y la subestructura es, como mínimo, de 7 milímetros. Se aconseja la utilización de un conector, que sirve para unir la fijación de la tabla y crea la distancia correcta entre los tablones y la subestructura para una micro ventilación correcta.
Si se usan tablas con ranura, existen conectores especiales. Igualmente, si se fijan las tablas utilizando tornillos, se aconseja usar un perfil espaciador para obtener la distancia correcta entre el revestimiento y la subestructura.
Fijación a la vista
Se trata de un sistema de colocación de montaje rápido, construcción estable y economicidad. En este caso, la fijación no se oxida y no se herrumbra. Además, permite la posibilidad de empleo de tablas provenientes de corte radial del tronco. Como notas a tener muy en cuenta, el empleo de este sistema está condicionado por la hinchazón o contracción de la tabla. Asimismo, se produce de forma inevitable estancamiento de agua en los tornillos.
CANTIDAD DE TORNILLOS: 1 metro cuadrado / espesor tabla / distancia listones x 2
Ejemplo: 1 m2 / 0,10 / 0,60 x 2 = 33 unidades
Como quedó dicho, es vital evitar el estancamiento de agua en la superficie. Procede escoger la medida adecuada del tornillo. Para ello existen tablas de comparación (espesores y fijación recomendada; por ejemplo, 30 mm = tornillo de 6 mm. de diámetro). Asimismo, conviene utilizar el mismo tipo de madera, tanto para las tablas como para los listones del bastidor. La tasa de humedad óptima de la madera es el 15% (se aconsejan madera secas).
En caso de lluvia, se aconseja liberar el espacio de posibles objetos (macetas, muebles, etc.), que pueden causar el estancamiento de agua.
Fijación invisible
En este caso la fijación tampoco se oxida ni se herrumbra. Se emplean tablas con fresados laterales (con acanaladuras paralelas o escalonadas).
CANTIDAD DE FIJACIONES: 1 metro cuadrado / espesor tabla / distancia listones
Ejemplo: 1 m2 / 0,10 / 0,60 = 17 unidades
En este caso la superficie es óptima, y el pavimento tendrá mayor longevidad. El sistema concede libertad de movimiento y dilatación a la madera. La fuga entre tablas es limitada. El único hándicap reside es los mayores tiempos de elaboración.
Se precisa punta con diámetro de 5 milímetros como espaciador para las juntas. Y se requiere un espesor mínimo de 25 mm. en la tabla de sostén.
La subestructura
Los listones de la subestructura no deben estar nunca en contacto directo con la capa de fondo. La fuerza capilar tira la humedad del pavimento de madera y la tarima se deteriora rápidamente. Además, es difícil corregir las irregularidades de la capa de fondo y, por consiguiente, se producirán ruidos y vibraciones mientras se camina sobre la tarima. La utilización de soportes ajustables da la posibilidad de adaptar la tarima en modo simple y veloz a las diferencias de altura de la capa de fondo. Existen sistemas que permiten superar las capas de fondo inclinadas hasta un 5%, y diferencias de altura de hasta un metro.
Si la utilización de los soportes ajustables no fuera posible a causa de la altura mínima, se aconseja emplear niveladores o cuñas de nivelado. Estas tienen la misma función que los soportes ajustables, pero alcanzan una altura máxima de 40 milímetros.
En caso de que no se considere necesario corregir las irregularidades de la capa de fondo (por ejemplo, si la tarima se construye sobre baldosas o una capa de fondo de cemento plano), es posible incorporar un tapete antivibración. En este caso, la altura del listón sufre una variación entre 6 y 8 milímetros.
El uso de la misma tipología de madera tanto para el revestimiento como para la subestructura contribuye a la durabilidad de la tarima. En caso contrario, se corre el riesgo de que la subestructura se deteriore antes, si se emplea un tipo de madera de menor calidad respecto al revestimiento.
El soporte nivelador regulará alturas de entre 20 y 60 mm. y corregirá errores de ángulo o desalineación de la subestructura. La altura es regulable desde arriba. Es aconsejable que dicho soporte incorpore aislamiento en material plástico contra los ruidos de las pisadas.
Un perfil espaciador permite mantener una distancia fija entre listón y tabla. La pavimentación resulta más regular y uniforme.
La capa de fondo
Existen numerosas soluciones para la subestructura, concebidas para realizar una tarima sobre cualquier capa de fondo rígida.
En capas de fondo blandas, se aconseja compactar o crear bases individuales (de piedra o cemento) para poder apoyar la tarima de forma sólida. Si la tarima se coloca sobre la tierra, se aconseja incorporar un tejido para impedir el crecimiento de la vegetación no deseada.
Fachadas
La utilización de la madera para la realización de revestimientos externos es cada vez más frecuente. En efecto, esta elección permite conjugar de la mejor manera posible las exigencias estéticas con las prestaciones térmicas.
Para un profesional de la instalación de entarimados de madera, el revestimiento de fachadas o «cladding» representa un mercado potencial y muy pocas diferencias en la forma de trabajar. Únicamente hay que tener en cuenta que la superficie a revestir es vertical, que los materiales sobre los cuales colocaremos la madera son diferentes, y que por regla general procede colocar una capa de aislamiento entre muro y revestimiento, generando así una fachada ventilada. Para todo ello existen productos y sistemas de colocación contrastados en los países más avanzados del mundo.
El material madera, de hecho, se presta muy bien, con su multiplicidad de colores y tonos, a satisfacer las más variadas demandas arquitectónicas, y es capaz de transformar una simple pared en un elemento de diseño.
La fachada, si está ventilada, permite además mejorar el aislamiento del edificio y potenciar sus prestaciones, tanto en la temporada invernal como en la estival. Sin embargo, es importante prestar la máxima atención al detalle constructivo, para garantizar la durabilidad del revestimiento, evitando un prematuro deterioro a causa de los estancamientos de agua y pudriciones, y al mismo tiempo asegurar la resistencia estática, contemplando eventuales movimientos e hinchazones de la madera, y la continuidad estética.
Una vez más, existe una solución adecuada para la realización óptima de una fachada de madera. Es importante garantizar el correcto anclaje de la subestructura de madera a la estructura portante; ya sea de madera o de mampostería o cemento armado. En caso de que ésta presente una capa de aislamiento exterior, deberá ser oportunamente protegida contra los rayos UV a través de una tela transpirable que garantice también una adecuada resistencia al aire y al agua, sumada a una elevada transpirabilidad al vapor. La fijación de las tablas de revestimiento a la subestructura podrá quedar oculta, mediante la utilización de conectores o, a vista, con tornillos para exteriores.
ROTHO BLAAS IBERICA, S.L.U.