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ARQUIMA destaca la importancia de vivir en una vivienda saludable

El confinamiento debido a la pandemia causada por el Covid-19 hace que durante estas semanas pasemos la mayor parte del tiempo en nuestra vivienda. Si ya solemos pasar el 80% de las horas del día en espacios interiores, esta situación hace que tengamos aún más consciencia sobre cómo nos afecta el espacio donde vivimos. En función de cómo está construido puede ayudar a regenerarnos y a reforzar nuestro sistema inmunológico.

Nuestra vivienda debería ser algo más que un simple habitáculo que nos ofrece cobijo y nos resguarda de las inclemencias climáticas. Debe ser un espacio personal que potencie la salud y nuestro bienestar físico y psíquico en un marco de salud global.

Una vivienda saludable es aquella que no tiene efectos negativos para la salud de sus habitantes ni para el medio ambiente. Un espacio de vida que nos aporte confort, relajación y que nos ayude a realizar la reconexión y regeneración diaria a nuestro cuerpo y a nuestra mente.

Los profesionales que han proyectado y han construido viviendas en nuestro país en las últimas décadas no han seguido criterios que optimicen la calidad de los hogares. En España se ha construido mucho sin ningún criterio de bioconstrucción o de ahorro energético.

BIOLOGÍA DEL HÁBITAT

En muchas ocasiones el ambiente interior de nuestras viviendas puede llegar a ser más tóxico que el exterior a causa de compuestos orgánicos volátiles, pinturas acrílicas, plásticos, radiaciones electrónicas, falta de luz y ventilación, etc. Para evitar minar nuestra salud podemos adoptar diferentes medidas. Es importante garantizar un intercambio mínimo de aire limpio durante las 24 horas del día, evitar la formación de moho, la contaminación microbiana y potenciar la iluminación natural. Debemos dar a los materiales y al ambiente interior la importancia que se merece y utilizarlos en nuestro beneficio. Lo importante es prevenir cualquier situación que pueda afectar a nuestro sistema inmune.

Desgraciadamente, la realidad es que la gran mayoría de edificios de nueva construcción o de reciente reforma en nuestro país no responden a los requisitos básicos de salud e higiene.

La compañía especializada en construcción pasiva industrializada ARQUIMA utiliza materiales saludables y con propiedades higroscópicas. Entre éstos se incluyen muchos componentes recomendados para la bioconstrucción tales como la madera, las fibras naturales, los morteros de cal, evitando acabados cubiertos con barnices o productos sintéticos.

El equipo de ARQUIMA es consciente del problema que suponen los interiores mal ventilados y compuestos por materiales tóxicos, por eso construye hogares saludables en los que el bienestar de las personas es prioritario y lo hace a través de materiales naturales sin transformar, presentes en la naturaleza y que forman parte de nuestra tradición, por sus cualidades biológicas y por su inocuidad ambiental.

Los interiorismos cuidados también producen impactos positivos para la salud, proporcionan confort y transmiten sensación de bienestar.

El Nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), aprobado el 20 de Diciembre de 2019 y publicado en el BOE el 27 de Diciembre, obliga a que a partir del 1 de enero de 2021, a nivel europeo, todos los edificios de nueva construcción, tanto públicos como privados, sean de Consumo de Energía Casi Nulo (nZEB). Un Edificio de Consumo Casi Nulo de energía es lo más parecido a un edificio diseñado y construido bajo los criterios del estándar Passivhaus y en eso se basa el documento básico de Ahorro de Energía del Nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE).

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