Otro verano más, la ciudadanía contempla desde la indefensión cómo el fuego devasta el patrimonio natural español, además de otros bienes e incluso vidas. Como parte de esta ciudadanía, el sector español de la biomasa conformado en la Unión por la Biomasa, es testigo de cómo la biomasa permanece en los montes a la espera de arder incontroladamente antes o después, a pesar de haber avisado en innumerables ocasiones de las terribles consecuencias que acarrearía para los montes la ausencia de una política de gestión sostenible de los mismos y una apuesta decidida por la biomasa forestal, no solo como estrategia de reducción de los incendios, sino como herramienta de creación de empleo y de conservación de la biodiversidad.
Una gestión sostenible de los montes españoles implicaría revocar la tendencia de abandono de los mismos, cuya consecuencia directa es la acumulación de volúmenes ingentes de recursos forestales con mucha facilidad para arder. Para ello resulta necesario poner en valor la multifuncionalidad de los montes más allá del paisaje; fomentando las buenas prácticas forestales, el aprovechamiento de sus recursos (madera, resina, corcho y micología, entre otros), la ganadería extensiva y la valorización energética de las biomasas extraídas de los mismos.
Los propietarios forestales españoles solicitan al Gobierno el establecimiento de incentivos fiscales al entender que resultaría tremendamente eficaz para fomentar y consolidar una gestión forestal sostenible. Además de reinstaurar el Fondo para el Patrimonio Natural, apoyar explícitamente al asociacionismo forestal y fomentar el uso energético de la biomasa forestal con objetivos concretos y plazos, como actuaciones inmediatas cuya implementación contribuiría a paliar la falta de gestión de los montes.
Sólo será posible evitar el impacto de los incendios más devastadores si las administraciones apuestan decididamente por la recuperación del uso de los montes. Pues el abandono actual ha convertido a nuestros bosques en “pasto para las llamas”
El sector agrario demanda que se resuelvan las trabas legales y administrativas que les impiden implicarse activamente en la limpieza de los montes, en lugar de ser criminalizados en los incendios forestales recientes -como en el caso de la sierra de Luna (Aragón)- cuando la causa principal de que un simple accidente se convierta en una catástrofe, es la falta de limpieza de las masas forestales próximas a las zonas agrícolas.
Los productores de energía instan al Gobierno a apostar decididamente por políticas que permitan la industrialización del medio rural español y, consecuentemente, su dinamización socioeconómica, a través de una actividad productiva como es la valorización energética de las biomasas.
Como actuación inmediata debería ampliarse a más de 200 MW la potencia ofertada en la convocatoria para nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de biomasas, publicándola anualmente hasta lograr alcanzar los objetivos de potencia establecidos en el Plan de Energías Renovables.
Sin duda, apostar por la biomasa forestal es apostar por reducir los incendios forestales, apostar por el medioambiente y apostar por el medio rural español. Entonces, ¿a qué están esperando las administraciones para atajar los incendios forestales? Hay que actuar ya. El sector español de la biomasa está a su disposición.