El sector forestal en Castilla y León tiene un enorme potencial para crear riqueza, ser motor de desarrollo rural y una oportunidad de creación de empleo.
Para conseguir estos tres objetivos necesita:
- Mayor inversión pública y privada en gestión forestal
- Una política fiscal nacional que facilite la inversión privada
- Una apuesta decidida por la gestión forestal con herramientas como la planificación forestal
- Un mayor aprovechamiento de los recursos naturales de que disponemos
- Una mayor simplificación en el procedimiento administrativo de la ordenación de montes para facilitar a propietarios y profesionales su gestión sostenible.
De manera más concreta, ha quedado de manifiesto la importancia de la formación y profesionalización de las tareas de prevención y extinción de incendios forestales, con el fin de garantizar eficacia de los trabajos y su continuidad laboral.
Se ha llamado la atención especialmente en el riesgo que corren ante los incendios forestales las poblaciones y urbanizaciones integradas en zonas de interfaz urbano-forestal. Todas ellas están obligadas a tener un Plan de Autoprotección contra incendios forestales por la Ley de Protección Ciudadana de Castilla y León y, sin embargo, la práctica totalidad carece de él.
Tanto en esta como en otras labores profesionales forestales como ordenaciones, planificación, inventarios de recursos forestales o investigación científica, el sector ha mostrado estar a la vanguardia en el uso de la última tecnología que permite una reducción de costes, trabajos más rápidos y de mayor precisión.
En el Congreso se ha hecho hincapié también en la obligación de conectar el mundo universitario con el profesional y las empresas del sector con el fin de ofrecer a la sociedad nuevos titulados adaptados a las necesidades del mercado laboral y a las necesidades sociales, económicas y ecológicas de los bosques.
Hay un enorme futuro económico, social y laboral en los bosques en general y en los de Castilla y León en particular, no aprovecharla es una irresponsabilidad con nuestra sociedad.
Es necesario una decidida apuesta pública por la gestión forestal, que se demuestre en una mayor inversión pública y que incentive las iniciativas privadas.