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¿Ha llegado la hora de avanzar hacia una economía baja en carbono?

Los bosques de España y Europa, más necesarios que nunca para neutralizar emisiones.

Si hay un modo de poner freno al cambio climático, ese es la reforestación. Conscientes de su importancia, las instituciones y gobiernos europeos se fijan metas orientadas a la descarbonización. ¿Ha llegado la hora de avanzar hacia una economía baja en carbono?

En la reforestación reside la clave para combatir la principal amenaza que se cierne sobre el planeta, y así lo avalan las conclusiones de diversos estudios que apuntan a la plantación masiva de árboles como la estrategia más efectiva a la hora de neutralizar las emisiones de dióxido de carbono. Conscientes de su importancia, las instituciones y gobiernos europeos se fijan metas orientadas a la descarbonización. Ha llegado la hora de avanzar hacia una economía baja en carbono.

La preocupación gubernamental por el calentamiento global y la restauración de ecosistemas no es nueva, pero recientemente se han aprobado compromisos muy importantes. En 2011 la Unión Europea apostaba por una estrategia de biodiversidad hasta 2020 y una visión hacia 2050. Reflejó en una serie de documentos este plan de futuro, abogando por promover una infraestructura verde en todo el continente para combatir el cambio climático y proteger la biodiversidad, esencial para el bienestar humano. Como tal vez ya sepas, esto tenía sus antecedentes en los compromisos adquiridos por los líderes de la UE un año antes, así como en los adoptados a nivel internacional por 193 países en la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Más recientemente, en octubre de 2020, la Comisión Europea aprobaba los niveles de referencia forestal para cada estado miembro. A la hora de calcularlos, contabilizaba tanto las emisiones como las absorciones resultantes de sus tierras forestales, con el objetivo de lograr el equilibrio. Es su modo de abordar la compensación de carbono.

El mes pasado la Comisión Europea aprobaba los principales elementos de la Estrategia sobre Biodiversidad para 2030, entre los que se encuentran:

  • Crear zonas protegidas en el 30% del suelo u los mares de Europa.
  • Con objetivos jurídicamente vinculantes de recuperación de la naturaleza en 2021 que prevean una protección más estricta de los bosques de la Unión Europea.
  • Restaurar en toda Europa los ecosistemas marinos y terrestres degradados. Entre diversas acciones, destaca la plantación de 3000 millones de árboles para 2030.

La meta de 2050 y su arma más factible

Entretanto, el gobierno español aprobaba, en noviembre de 2020, la denominada Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP). El fin de este documento estratégico es sentar las bases para materializar la ansiada neutralidad climática fijada para 2050. Su hoja de ruta apunta a una reducción del 90 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que contempla la absorción del 10 % restante mediante sumideros de carbono.

Comparación de emisiones y absorciones LULUCF en escenarios objetivo y tendencial Fuente: Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo. MITERCORD, 2020

A este respecto, según el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, esto supone un claro avance en el reconocimiento del sector forestal en su papel frente al cambio climático y recuerda, asimismo, que los espacios forestales cumplen con otros cometidos, como los servicios de tipo ambiental, cultural, la protección de la biodiversidad… Concluye subrayando la relevancia de apoyar la gestión forestal.

La importancia de reforestar para neutralizar

En este escenario, los bosques de España y Europa desempeñan un papel fundamental en la lucha contra la crisis climática y en la descarbonización de la economía mundial. Muy probablemente son el arma más factible y rentable para combatir el cambio climático.

Situación de la repoblación en la Sierra de Gredos en noviembre – Bosques Sostenibles 2020.

Reforestar para neutralizar las emisiones de dióxido de carbono es la principal solución, y tan sencilla como viable. Mientras los gobiernos la promueven y establecen metas a medio y largo plazo, surgen iniciativas que contribuyen de forma activa a que la plantación de árboles viva un impulso decidido.

Ese es el caso de Bosques Sostenibles. Si ya conoces su historia, sabrás que se dedican a compensar nuestras emisiones de dióxido de carbono y las de las empresas, recurriendo a la recuperación de zonas naturales que destaquen por su especial valor e intereses científicos, educativos o culturales. También lo hacen por salvaguardar la diversidad biológica de dichos espacios.

Estas actuaciones le han llevado a ser puestos como ejemplo en España de buenas prácticas en la gestión forestal de terrenos públicos por la Asociación Europea de Administraciones y Empresas Públicas Forestales, Eustafor, en la que se integran compañías, agencias y organismos públicos forestales. Han destacado especialmente su proyecto en la Sierra de Gredos, en Castilla y León.