El riesgo de incendio forestal en 2021 se incrementará si no se hace frente desde ya a las tareas de retirada de los restos de ramas y troncos que ha dejado la borrasca Filomena a su paso por España. Este cúmulo de biomasa combustible pone a los bosques en una situación de alto riesgo si no se actúa con rapidez.
Desde diversos ámbitos, los especialistas reclaman actuaciones inmediatas. El Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales propone que los montes afectados por la borrasca sean declarados Zona de Actuación Urgente y que se disponga del presupuesto suficiente para realizar las actuaciones necesarias lo antes posible. Por ello, se alerta de que “la prioridad es limpiar las pistas para poder transitar y facilitar la prevención y defensa contra incendios forestales. En los bosques en los que se pueda entrar habrá que retirar cientos de árboles muertos… el elevado número de árboles tumbados y su concentración en algunos puntos puede ser peligroso ya que se incrementa la combustibilidad de dicho espacio y puede ser foco de plagas forestales”.
Si el cúmulo de biomasa es este año extraordinario, el cambio climático aumenta su capacidad de ignición. El análisis y estudio de los expertos demuestran que hay una relación directa entre el calentamiento global y el aumento de la superficie quemada en la Europa mediterránea.
TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, comparte esta preocupación e insta a una gestión integral del territorio, retirando con celeridad el cúmulo de arbolado dañado con criterios de sostenibilidad, aprovechando la biomasa como combustible y para la fabricación de tableros.
Debemos anticiparnos en la gestión de la campaña de prevención y extinción de incendios forestales 2021. En este sentido, las administraciones públicas deben aumentar las dotaciones económicas destinadas a la prevención, y poner en marcha cuanto antes la limpieza del monte y de las zonas de interfaz urbano-forestal; implementar los planes de autoprotección, ayudando a los pequeños municipios a la implantación de los mismos; crear nuevos cortafuegos; y reforzar los presupuestos para la adquisición de material de extinción en general.
Esta campaña 2021 se prevé especialmente difícil. La pandemia que estamos padeciendo -con personal periódicamente de baja-, y la climatología adversa, como ha sido el paso de Filomena y otras borrascas que se sucederán, agravarán sin duda el riesgo, teniendo en cuenta además que la emergencia climática provoca campañas contra incendios forestales cada vez más largas y por tanto requieren cada año de mayor inversión. La protección es posible con una planificación adecuada.