Además de sus valores ambientales de primer orden, de los mitos y leyendas asociados a él, de la belleza de los paisajes que genera, el bosque nos ofrece el formidable material que es la madera, el único verdaderamente renovable.
Sin embargo, las masas forestales suelen estar lejos de las zonas de consumo, lo que hace de la madera un material logístico.
Cuando las carreteras se degradan, cuando los puertos están inactivos, y las infraestructuras ya no se mantienen, la cadena logística de la madera sufre. La destrucción de la riqueza, el despilfarro del recurso, la perturbación de la trazabilidad, los grandes riesgos para el personal y el aumento de los costos son las consecuencias.
La OIMT/OIBT informó recientemente de los males que afronta Gabón en estos términos:
“Los problemas de transporte y las demoras en la entrega de combustible están afectando gravemente a los molinos que funcionan lejos de las zonas costeras desarrolladas del Gabón. Los operadores de la zona de Lastourville, en el centro-este del Gabón, que dependen del Ferrocarril Trans-Gabón y de la carretera N3 para transportar su producción y suministrar combustible y piezas de repuesto, están experimentando problemas ya que han tenido que soportar descarrilamientos regulares y hundimientos de tierras al borde de la carretera. Se ha informado de que algunos operadores están realizando ellos mismos las reparaciones de las carreteras a medida que el clima ha mejorado y se les está compensando mediante reducciones de impuestos” (Informes sobre problemas de transporte en Gabón – OIMT 2020, 15 de enero).
El Gabón, que ha emprendido una revolución en materia de creación de valor en su territorio, así como una innovación en lo que respecta a los requisitos de certificación, trabajará sin duda con ahínco en este tema crucial. En efecto, sin logística, no hay madera. Para lograr una mayor fluidez y reducir los costos, una solución podría ser la delegación de servicio público.