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Francesc de Paula Pons: “El mejor convenio es el que deja insatisfechas a todas las partes”

“En 2012 se ha consumado en CONFEMADERA HÁBITAT un cambio de la cultura de la subvención a la cultura de la gestión”, afirma el Secretario General de la patronal de la madera en España.

Avalado por el Gobierno de España, ha eclosionado el proyecto «El Árbol es Vida», y se ha puesto en marcha la Fundación Laboral de la Madera y el Mueble. Son dos herramientas que abren sendas vías de futuro y consolidación del sector.

 

Alcanzados estos dos objetivos, ¿cómo es el futuro inmediato de CONFEMADERA HÁBITAT como institución?

 

Tenemos dos años para revisar lo que es nuestra Confederación, y también lo que son cada una de las Asociaciones integradas en CONFEMADERA HÁBITAT. Especialmente las agrupaciones territoriales han de ver que ha cambiado el escenario y su ligazón con los diferentes gobiernos regionales. Hay que resituarse, replantear el futuro de una forma distinta.

 

¿Se refiere Vd. al reparto de cuotas de las Asociaciones y Federaciones a la Confederación?

 

El fondo de la cuestión no es tanto qué dinero aporta cada Asociación, sino qué trabajo puede desarrollar cada una. Que éste pueda ser valorado y le corresponda una retribución económica. Lo que es obvio es que no podíamos continuar financiándonos bajo el esquema anterior.
Países como Austria, Finlandia o Francia destacan por sus respectivos modelos forestales. España ha encontrado el suyo para promover la industria de la madera. Aprovechémoslo, y que nos sirva para desarrollar el sector de la madera en todos sus ámbitos.

 

¿Significan «El Arbol es Vida» y la Fundación Laboral de la Madera y el Mueble dinero fácil, rápido y seguro para el sector?

 

Aquí nadie regala nada. Con el primer proyecto hay que pedalear todos los días para conseguir donantes, y también para convertir los recursos en acciones útiles y de interés. De igual manera, la Fundación requiere un trabajo que, en caso de hacerse bien, dará sus frutos. No es ningún regalo: poner en marcha dos proyectos de gran calibre y calado es más bien un reto.

Siempre hemos tenido que trabajar muy duro para generar recursos y mantener activos los proyectos de promoción del sector que hemos llevado a cabo- Vivir, Construir y Transportar con Madera-.

Creo que «El Arbol es Vida» obtendrá un gran impacto en la sociedad española. Fomentar la cultura del amor y el respeto al bosque calará entre la gente, sin distinción de edad, origen ni condición.

 

¿Cómo se manifestarán en la realidad estas dos herramientas?

 

Erradicaremos la limitación que siempre hemos tenido en los campos de la formación, la prevención y la promoción. A partir de ahora, cuando detectemos una necesidad para el sector; ya sea de ámbito estatal o territorial, la solución la diseñaremos nosotros mismos y la incorporaremos al marco de nuestra Fundación; de una forma colectiva.

«El Arbol es Vida» consuma estos días su última fase burocrática, que no es sencilla, a punto de crear el consorcio que desempeñará su gestión.
El patronato de la Fundación Laboral, paritario entre patronal y sindicatos, presidido por un hombre de enorme experiencia empresarial y gran negociador como es Antonio Baixauli, ya ha abierto camino y funciona con normalidad. Hemos contactado con todos los institutos y centros tecnológicos de España que tienen relación con la madera para contrastar los programas formativos y las necesidades perentorias.

La última encuesta de la EPA nos indica que el sector ha visto caer su número de trabajadores hasta los 137.000. Hace pocos meses registraba 150.000. Esta bajada significa que menos personas aportarán recursos a la Fundación Laboral de la Madera y el Mueble. Hemos de tener muy en cuenta esta evolución, para poder desarrollar los proyectos que vaya trazando el Patronato.

 

¿Cómo marcha la exportación de los productos españoles de madera?

 

Después de unos años de estabilización, el mueble español progresa en los mercados exteriores. Las manufacturas de madera, sin embargo, ven frenada la escalada que iniciaron en 2010. Esta ralentización es lógica, ya que el motor de la exportación era casi exclusivamente el tablero. Ahora poco a poco salen al exterior aquellos productos que poseen mayor valor añadido.

Me preocupa que el Gobierno ha recortado significativamente la partida de los recursos de apoyo a la exportación. Han dejando a muchas pequeñas empresas en medio de una tormenta, en alta mar.

 

¿Y en el interior? ¿Se atisban signos de mejoría del consumo en España?

 

El mercado interno está catatónico. No se mueve. El consumidor medio no tiene renta ni confianza. No hay ni va a haber vivienda nueva. Ni este gobierno ni el anterior han mostrado coraje para incentivar fiscalmente la rehabilitación y la reforma. Desde CONFEMADERA HÁBITAT pensamos que la actividad industrial, el empleo y el consumo se reactivarían rápidamente si se estimulase la reforma de los edificios. Asimismo, esta acción serviría para hacer aflorar y erradicar parte de la economía sumergida.

Por el momento, sólo se apoya a sectores como el automóvil, que atesoran mucho menos empleo que la madera y el mueble.

Nosotros proponemos desgravación fiscal. Que el consumidor haga gasto y a continuación se lo pueda desgravar. Pero aún veo con mucha reticencia al Gobierno en este tema. Confío en que la propia economía española, a medio plazo, enderece su rumbo. Esperemos que nuestras empresas reúnan suficiente músculo para aguantar un poco más…

Objetivamente, creo que 2013 y el principio de 2014 van a ser tiempos muy duros. Crece el paro, y ahora la tijera mira hacia el sector público. Vamos hacia un escenario de menos consumo.

 

Por el contrario, parece que aumenta la presión fiscal sobre las empresas…

 

En efecto. Parece mentira que un Gobierno pueda ser tan insensible ante los problemas de las empresas. Creo que tienen una obsesión recaudatoria, y están quemando las posibilidades que la industria tiene para supervivir.

Los cambios en el régimen de módulos en el sector del mueble son insuficientes para luchar contra el fraude fiscal. Por otra parte, las nuevas condiciones en que las empresas de la madera deben pagar y posteriormente recobrar el IVA son inaceptables. Se está pidiendo a un sector debilitado que lleve el peso de la financiación y de la recaudación.

 

¿Es contenible el intrusismo profesional que tanto afecta a nuestro sector?

 

Es complicado, ya que esas personas que hacen una competencia desleal principalmente a los profesionales de la instalación de elementos de carpintería encuentran en las grandes superficies productos en kit baratos y fáciles de colocar. Por otra parte, el consumidor no obtiene un incentivo fiscal a cambio de recibir una factura por una reforma realizada en su hogar. La responsabilidad de atajar este problema reside en la capacidad de inspección de Trabajo y de Hacienda. Nosotros sólo podemos denunciar las irregularidades que detecten las empresas.

 

El sector acomete un año sin sus grandes ferias nacionales…

 

En efecto. Parece como si todos quisiéramos saltarnos este 2013 poco alentador, y depositáramos nuestras esperanzas en el 2014. La gente no se encuentra con fuerza, ni con ánimos ni con ilusión para participar dignamente en una feria. Sorprende que en países vecinos como Italia o Alemania, la feria es un instrumento fundamental. Pero aquí en España lo vemos como un gasto, no como una inversión.
Sólo cabe aguardar a que las empresas recobren algo de oxígeno, y veremos si en 2014 es posible celebrar los grandes eventos del sector.

 

¿Qué opina Vd. sobre el Convenio Colectivo Estatal de la Madera? Parece ser que no ha agradado a todo el mundo…

 

Ningún convenio agrada a todos. Yo llegué a CONFEMADERA HÁBITAT cuando se estaba negociando el primero. También entonces hubo impugnaciones y conflicto.

El mejor convenio es el que deja insatisfechas a todas las partes…

El IV Convenio Colectivo Estatal de la Madera está firmado y está aplicándose. No firmarlo era más grave que firmarlo. Hoy estaríamos negociando punto por punto cómo aplicar la reforma laboral. Creo que finalmente alcanzamos un texto claro, nítido y ajustado a los intereses de los empresarios.
Cada convenio de la madera ha mostrado una virtud, que se ha demostrado con el paso del tiempo: el primero eliminó la antigüedad, el segundo reguló la distribución irregular de la jornada laboral y el tercero aclaró la clasificación profesional (pasando de categorías a grupos profesionales); lo cual es un instrumento empresarial.

Sobre este último, el Ministerio de Trabajo ha reconocido que es legal, está muy bien hecho y que servirá como ejemplo para otros sectores.
Hemos dado los primeros pasos para acometer el V Convenio. De acuerdo con los tiempos que corren, cada uno hay que enfocarlo y afrontarlo de una manera distinta. Como denominador común, hemos de ser conscientes de que negociamos para satisfacer a muchos subsectores, empresas y personas. Lo inadmisible es no tener convenio. Con un tejido empresarial basado en pymes, la regulación es esencial.

 

Algunas Asociaciones opinan que este Convenio favorece más a los sindicatos que a las empresas…

 

El papel de los empresarios y los sindicatos está reconocido en nuestra Constitución. Si elimináramos a los segundos, habría que inventarlos de nuevo. En una negociación colectiva, se habla con una persona que representa a miles.

Objetivamente CONFEMADERA HÁBITAT quiere regular la relación entre las empresas y los trabajadores de un sector amplio y variado; territorial y subsectorialmente. No atendemos a los intereses puntuales de ninguna de las partes.

Jurídicamente, el IV Convenio es impecable, y estratégicamente es lo que conviene a la generalidad del sector.

Si lo que genera desconfianza entre algunos empresarios es la Fundación Laboral de la Madera y el Mueble, yo digo que esas personas serán en breve adalides y los mayores entusiastas de la Fundación, ya que supone una garantía de futuro para el sector.

 

¿Cómo será el futuro asociativo del sector de la madera?

 

Estamos abocados a una integración global. A hacer economías de escala, a juntarnos en un único local, compartir personas, potenciar sinergias y optimizar recursos.

El asociacionismo subsectorial y territorial va a requerir una unidad y una comunicación mayores. En España no podemos aplazar más esta necesidad.