La industria de la cadena del papel ha mostrado lo mucho que tiene que decir y aportar a la economía de nuestro país, en el evento 2019 del Foro del Papel que, con el título DIPAPEL y más de 350 asistentes, se celebró el 28 de marzo en el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía de Madrid.
El Foro del Papel reúne a trece organizaciones de la cadena del papel, que incluye a los fabricantes de celulosa y papel, impresores, editores y empresas de marketing directo, al sector de la transformación (fabricantes de embalajes de cartón ondulado y de cartón estucado, de bolsas, sobres, carpetas, cuadernos…) y a las empresas recuperadoras de papel y cartón.
El evento se abrió con la bienvenida, en nombre de las organizaciones integrantes del Foro del Papel, a cargo de Jordi Mercader, presidente de ASPAPEL. “Con Dipapel —explicó Jordi Mercader— queremos mostrar lo que nuestra cadena de valor significa en términos socioeconómicos, lo que aporta y lo mucho que tiene decir en la economía de nuestro país. La contribución de nuestra cadena de valor al conjunto de la economía es muy positiva y significativa. Y lo es por su efecto multiplicador, en lo que se refiere a producción, empleo, rentas y balanza fiscal. Y también por nuestra apuesta por la innovación y la sostenibilidad”.
Según un reciente estudio elaborado por Ceprede, teniendo en cuenta la aportación directa, indirecta e inducida, la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón aporta globalmente a la economía el 4,5% del PIB y genera uno de cada cincuenta empleos en nuestro país.
“Sin duda, se trata de cifras realmente importantes —señaló Jordi Mercader—; pero lo más relevante es que somos el 8,8% de la facturación de la industria y el 13,2% de su valor añadido. Esto significa que generamos un valor añadido muy superior a la media de la industria española. Aportamos directamente más de 8.500 millones de euros al año en valor añadido, que se convierten en casi 18.500, si tenemos en cuenta no solo el valor añadido directo, sino también el indirecto e inducido generado por nuestra cadena”.
Con el título de Dipapel, el evento anual de la cadena del papel, se planteaba qué decimos cuando decimos papel y qué significa el papel para nosotros, a la vez que reivindica lo mucho que la cadena del papel tiene que decir en la economía de nuestro país.
La circularidad y la descarbonización, la digitalización, la globalización, la innovación, la energía, la atracción y gestión del talento, la diversidad, la formación… plantean retos y oportunidades de los se habló en las conversaciones Dipapel con Pilar Llácer, profesora e investigadora en EAE Business School; Diego Sánchez de León, Senior Advisor de Leaderland, y Gregorio Izquierdo, director de Economía de CEOE.
Pilar Llácer explicó que “el futuro del trabajo es la pregunta del millón”. Y añadió: “Hay una enorme oportunidad con el mundo que abre la tecnología. Estamos en un momento de transformación. Todo lo que se pueda automatizar, será automatizado. Eso, ¿qué espacio nos deja? Uno maravilloso, el de la creatividad”.
Señaló que las profesiones más demandadas en este momento son las relacionadas con big data y data science, como experto en blockchain o en ética de datos. Y advirtió que es un “mercado altamente volátil” y que las “las carreras que hoy son las más demandadas no significa que dentro de dos años lo sigan siendo”. Lo que sí dejó claro Pilar Llácer es que “nos tendremos que reinventar y reinventar a nuestros equipos y lo tendremos que hacer rápidamente” y que “todos y cada uno de nosotros debemos tener competencias digitales”.
Diego Sánchez de León señaló que “debemos reflexionar sobre qué necesitamos que se mantenga dentro de nuestro ámbito de influencia más inmediato y qué tipo de cosas no solamente es más barato contratar justo cuando hace falta, sino que es más eficaz porque son funciones que pueden ser aplicables a muchas otras compañías y nosotros aprovecharnos de su experiencia”.
Con respecto al aprendizaje, Sánchez de León explicó que sólo aprendemos cuando tenemos un ingrediente: la tensión del aprendizaje, que aúna la necesidad, la seguridad propia y de otros y la puesta en riesgo del propio prestigio bajo escrutinio (como el piloto en un simulador de pruebas). “Y si conseguimos trasladar a las empresas ese concepto de simulación —concluyó—, lo estamos haciendo bien”.
Por su parte, Gregorio Izquierdo afirmó que “el PIB español necesita a la industria”. Señaló que “la industria es crítica para la sostenibilidad y el bienestar”, porque puede exportar, innovar e invertir y “eso permite diversificar y tener ciclos más estables y prolongados”. Explicó que “el nivel de vida depende a largo plazo de la productividad y la productividad de la inversión y la exportación”.
Respecto a la cadena del papel, Izquierdo vaticinó que “el sector probablemente va a aumentar mucho su protagonismo en la economía española” porque tiene dos motores muy relevantes: la economía circular y la transformación digital. “Lo importante —añadió— es la capacidad de adaptación de los sectores y ahí este sector es un paradigma, un sector que gana protagonismo en competencia, exportando, porque ese bienestar se expande al conjunto de la sociedad y es sostenible en el tiempo”.
La importancia para el futuro de la economía de una cadena de valor como la de la celulosa, el papel y el cartón, que crea empleo y riqueza desde la innovación y la sostenibilidad, ha quedado de relieve en este evento que reunió a más de 350 representantes de los grupos de interés de la cadena: clientes y proveedores, representantes de la administración y de los partidos políticos, medios de comunicación, organizaciones ecologistas, representantes de los consumidores, sindicatos, centros tecnológicos, universidades…