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La RED RURAL NACIONAL asume la necesidad de actuación ante el abandono del medio rural

Administración, Sociedad Civil y Agentes Económicos y Sociales debaten sobre la estructura de la propiedad forestal en España.

Actores principales de la RED RURAL NACIONAL (administraciones públicas, sociedad civil y agentes económicos y sociales) debatieron la semana pasada en Madrid sobre la estructura de la propiedad forestal en España, así como de la importancia y necesidad de actuación ante el abandono del medio rural.

REORIENTAR LA GESTION

Álvaro Picardo, en representación del gobierno de Castilla y León, puso el foco en la importancia de la explotación, por encima incluso de la propiedad. “Hay que entregar el monte a los jóvenes”, reclamó. Asimismo, aconsejó crear un registro de explotaciones forestales: “Nadie tiene ni idea de dónde están sus tierras”, dijo al repleto auditorio de la sede del MAPAMA en la Gran Vía de San Francisco, en Madrid.

Daniel Rodríguez, técnico de la Asociación Forestal de Galicia (AFG), habló a los asistentes a la jornada sobre los montes vecinales en mano común. “La media de edad entre los propietarios es muy alta y, por lo tanto, los métodos de gestión tampoco están al día –introdujo-. Lo peor es que los montes están descapitalizados, debido a la tendencia bajista del precio de la madera”.

Ante la falta de rentabilidad, según AFG, las soluciones pasan por vincular las subvenciones a proyectos viables y conceder al sector incentivos fiscales, por su función económica, social y ambiental a favor del interés general. Además, elaborar un plan sectorial contable.

 

Daniel Rodríguez, técnico de AFG, a la izquierda, junto a Pedro Agustín Medrano, gerente de ASFOSO.

 

A juicio de Pedro Agustín Medrano, gerente de la Asociación Forestal de Soria (ASFOSO), sería bueno revitalizar las figuras de los montes de socios y proindivisos, potenciar la comunidad, entendida ésta como la comunión de personas del medio rural y del medio urbano. “Solo las personas del medio rural no pueden sacar adelante el problema del abandono –expresó el gerente de ASFOSO-. Hay que establecer alianzas, captando modelos de negocio viables”.

Para el ponente la multiactividad genera oportunidades económicas. “Debemos pensar en ello, ayudando a las personas con iniciativa, mediante estrategias de organización y actuación”, animó.

Pedro A. Medrano presentó a su auditorio el grupo operativo sobre “Activación Digital” que dirige actualmente. Una iniciativa que conecta al propietario de la tierra con los promotores de iniciativas y proyectos. Para finalizar, advirtió: “El abandono del medio rural deriva en el nacimiento de oligopolios sobre la tierra”, un punto de difícil retorno para la actividad económica en nuestros pueblos.

ESTRUCTURA DE LA PROPIEDAD

Ignacio Pérez-Soba, Doctor ingeniero de Montes, admite que existen millones de hectáreas de monte sin propietario conocido. Y se declaró “pasmado” porque esto suceda en un país desarrollado como es España.

“La propiedad es la base de todo”, declamó Pérez-Soba, quien calificó al Catálogo de Montes de Utilidad Pública como “milagro administrativo”; algo “insuficientemente valorado” y “un proyecto inacabado que hay que ampliar”.

Patricia Gómez, gerente de COSE: “El coste del abandono es siempre mayor”

“La decisión de abandono es voluntaria, e incluso inteligente”, expresó a continuación Juan Picos, profesor de la Universidad de Vigo. A su juicio, con medidas económicas e incentivos costaría menos esfuerzo, recursos y energía frenar el abandono. Sobre todo cuando éste es todavía reversible o las fincas se encuentran en estado de semiabandono.

Juan Picos propone agrupar las propiedades forestales minifundistas a la manera en que se teje un cesto: generando un elemento flexible, entrelazado y resistente.

 

 

Existen en España en torno a 22.000 fincas rústicas inventariadas. “Tenemos más fincas rústicas de las que necesitamos –sentenció Bernardino Pérez, Subdirector General del Patrimonio del Estado-. Es un número excesivo para la administración del Estado”.

¿Por qué ha sucedido? Entre otros motivos, porque los bienes vacantes son para el Estado, por ley.

A su juicio, “debemos tener aquello que necesitamos, y vender lo que no necesitamos, lo antes posible”.

EL SELVICULTOR ACTIVO

Es difícil encajar la definición de selvicultor activo en una legislación que, en el mundo rural, sólo contempla un escenario agrícola.

En pocas palabras, un selvicultor activo es aquella persona física o jurídica que lleva a cabo en el monte una gestión forestal sostenible.

Belén Zubieta, ingeniero de montes y técnico de COSE.

“La figura del selvicultor no puede relacionarse con la del agricultor, aunque sólo sea por su diferente horizonte temporal”, considera Belén Zubieta, ingeniero de montes y técnico de COSE –Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España-.

En España al menos un 40% de la producción de madera se realiza sin un instrumento de gestión adecuado. “Aprovechamiento forestal no implica necesariamente gestión forestal –apuntó Belén Zubieta-, quien relaciona íntimamente el estatus de selvicultor activo con un sistema de gestión”.

COSE se lamenta de que existe en la sociedad un profundo desconocimiento de lo que es un propietario forestal privado. Se manejan y se conocen datos sobre la superficie forestal, pero en ningún momento se relaciona a tal actividad con personas.

Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE.

Se estima que en España hay aproximadamente 3,5 millones de propietarios o titulares forestales privados. El objetivo de COSE es convertir a una gran parte de ellos, si no a todos, en selvicultores activos. Para ello, sugiere optimizar las ayudas a la gestión.

“El coste del abandono es siempre mayor”, concluyó Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE, quien planteó en el MAPAMA una fiscalidad dinamizadora de la gestión forestal, para luchar contra el abandono del monte. Basada en deducciones ligadas a las inversiones realizadas en las propiedades forestales privadas.

El instrumento para combatir el abandono es incentivar la inversión forestal. De cara al futuro inmediato, “sin montes gestionados no hay bioeconomía”, advirtió la gerente de COSE.