Después de la peor caída de la historia de los mercados mundiales de maquinaria y herramientas para la industria de la madera en el período 2008-2009, el mercado está regresando a una senda de crecimiento. Sin embargo, la recuperación también ha traído un aumento de los precios de las materias primas necesarias para producir aristas cortantes, por lo que dichos costos no han disminuido proporcionalmente durante la crisis.
Los fabricantes de herramientas se enfrentan ahora a un incremento de los costes de sus materias primas de hasta un 100 por ciento en un año.
El material más afectado es el carburo de tungsteno, un ingrediente clave para los metales duros. Según Metal Bulletin, a mediados de 2009, en el pico de la crisis, el precio del tungsteno comercial (paratungstato de amonio) era de alrededor de 200 dólares por tonelada métrica, mientras que en mayo 2011 se llegó a los 480 dólares.
La leve disminución del precio del cobalto, que se utiliza como aglutinante de metal duro (PCC) para la fabricación de filos de corte, no puede compensar el aumento general de precios.
Hay múltiples razones para explicar esta subida de precios, especialmente para el tungsteno. Aproximadamente el 80 por ciento de la producción mundial de mineral de wolframio procede de China.
Sólo el 60 por ciento de las minas de wolframio se encuentran en China, pero en los últimos años, las actividades mineras en otros países fueron interrumpidas debido a los bajos precios. Pese a los enormes recursos minerales de tungsteno en América del Norte y Bolivia, por ejemplo, es prácticamente imposible recurrir a otros suministradores.
Parece que algunas empresas mineras occidentales están considerando la posibilidad de volver a abrir algunas minas fuera de China. Sin embargo, llevará años recuperar volúmenes significativos de esta materia prima disponibles en el mercado.
El gobierno chino ha comenzado a regular los flujos de exportación, lo que unido a la creciente demanda provocada por la recuperación económica, ha reducido aún más la disponibilidad. El gobierno chino también ha reducido el suministro de electricidad a los yacimientos mineros, a fin de lograr objetivos ambientales voluntarios y la protección del clima. Algunas minas han cerrado y algunas empresas han suspendido la extracción el pasado otoño, cuando ya había alcanzado los volúmenes previstos.
Todo esto ha provocado una enorme subida de precios en los últimos doce meses, sin olvidar la revalorización de la moneda china frente al dólar de EE.UU., lo que también ha impulsado los precios de exportación chinos.
Las variaciones de precios son menos importantes para el diamante policristalino (PCD), a pesar de la escasez debida a la creciente demanda. Como resultado de la disponibilidad de carbono sin fin (el elemento original de los diamantes), el PCD es una verdadera alternativa, especialmente para el mecanizado de materiales a base de madera.