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Los propietarios forestales gallegos mantienen las cortas de madera durante la pandemia

Con una facturación de 222,5 millones de euros en 2020.

El bosque gallego vuelve a demostrar ser un sector resiliente a las crisis cíclicas. Durante la pandemia de Covid-19, los propietarios forestales de Galicia mantuvieron las talas en un volumen similar al año anterior y consiguieron en 2020 una facturación de 222,5 millones de euros, según los cálculos de la Asociación Forestal de Galicia (AFG), elaborados a partir de los datos de cortas de la Consellería de Medio Rural.

Fuera de los primeros meses de encierro, cuando se frenó la actividad de toda la cadena maderera, las comunidades forestales y propietarios privados mantuvieron el manejo forestal de manera similar a otros ejercicios, continuando con labores silvícolas, acciones de prevención de incendios, plantaciones y talas habituales.

Las comunidades forestales y los propietarios privados demuestran la fortaleza del sector, que ha continuado manejando el bosque de manera similar a otros ejercicios

La facturación total por la venta de madera en 2020 ascendió a 222,5 millones de euros, de los que 157,4 millones corresponden a eucalipto y 65,1 millones a pino, según estimaciones de la Asociación Forestal de Galicia. Respecto a 2019, la facturación de los propietarios cayó un 8,5%, principalmente por la caída del precio del eucalipto, mientras que el pino se mantuvo en cifras similares a los últimos años (Ver tabla 2).

Por comarcas, la mayor facturación de los propietarios forestales es la de Bergantiños – Mariñas Coruñesas, con 31,2 millones de euros pagados por la venta de madera en 2020. Le siguen Ferrol – Ortegal, con 29,7 millones de euros, y la Armada de Lugo, con 29,6 millones de euros (Ver tabla 1).

Por especies, Ferrol – Ortegal lidera la facturación en eucalipto (27,2 millones de euros), seguida de la Armada de Lugo (26,2 millones) y la Armada de Bergantiños – Coruñesas (26). En pino, destaca la comarca de Lugo – Sarria, con 11,6 millones de facturación en coníferas, seguida de Terra Cha (7,3 millones de euros) y Fonsagrada – Ancares (6,2 millones de euros).

En cuanto a los árboles de hoja caduca, no es posible concretar datos fiables de facturación, ya que suponen menos del 3% de los cortes comerciales en Galicia y además existen diversidad de especies y calidades. El principal uso de los árboles de hoja caduca sigue siendo la leña doméstica.

Más allá de su escaso valor comercial, las comunidades forestales y los propietarios privados son pieza clave en la conservación de más de 400.000 hectáreas de árboles caducifolios en Galicia, contribuyendo así a la conservación de la biodiversidad y los usos sociales de estas masas.