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ASOMA edita un díptico sobre “Mantenimiento de Ventanas de Madera”

Lijar y barnizar son cosa del pasado.

Las ventanas de madera en la actualidad aplican la útltima tecnología en su fabricación e incorporan perfilería diseñada y mecanizada con calidad y sentido común. Con madera de larga durabilidad natural, correctamente tratada y, casi siempre, laminada. A todo lo cual se suman sistemas de instalación y elementos accesorios que le otorgan estanqueidad, a la vez que aislamiento y ventilación.

Con todo, “el usuario no tiene que preocuparse más por el mantenimiento de la ventana, como sucedía antes”, aseguran desde ASOMA, la Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera.

En efecto, antiguamente la madera al exterior requería un mantenimiento regular, en el que había que lijar y barnizar. En la actualidad, esto ya no es necesario. Los productos protectores se integran con la madera, no forman película y nunca dejan de protegerla. Evitando además la formación de espacios para el alojamiento del agua y la presencia de hongos de pudrición.

Si todos los productos y sistemas de fabricación han avanzado, ¿por qué muchas personas siguen pensando en las ventanas de madera como algo del pasado?

En la parcela estética, además, en el acabado se puede optar por una tonalidad que va desde el súper mate hasta el brillo, igual que en un mueble. La madera es el material más bello, cálido y sostenible. Los recubrimientos más modernos permiten conservar y mostrar su aspecto natural o, si se prefiere, optar a cualquier color. No amarillean, como sucedía antaño.

Además, a lo largo de la vida de la ventana de madera se puede ir modificando su aspecto, dejándola siempre como nueva. El cliente tendrá unas ventanas bellas y eficientes para siempre.

La madera, por sus excelentes propiedades térmicas y acústicas, siendo el material sostenible y natural por excelencia, ofrece además gran versatilidad.

Actualmente es un material muy solicitado por los arquitectos, informado y consciente de que numerosos fabricantes garantizan más de diez años de vida del cerramiento, espléndido tal como el primer día, con solo realizar una limpieza regular de la perfilería, y sin necesidad de acometer un costoso y complejo mantenimiento.