Tradicionalmente se ha utilizado aceite para el tratamiento de tarimas en exterior. Los aceites nutren la madera pero no la protegen contra las radiaciones solares y su degradación.
En consecuencia, en tres meses muestran un aspecto grisáceo y con fisuras. Los aceites desaparecen en pocos meses y es necesario volver a lijar o incluso acuchillar para volver a realizar una aplicación.
Su principal cualidad es que se mantiene inalterable, sin ninguna variación de color y aspecto, durante 12 meses. Otras ventajas: Permite trabajar sin olores y limpiar los útiles con agua. Certificado antideslizante según norma UNE-ENV 12633-2003 (Rd>45 clase 3). De fácil mantenimiento. No es inflamable. Cumple las más estrictas reglamentaciones de salud y medioambientales.