Tal como informó el diario LA RIOJA el pasado 20 de octubre, el grupo Garnica Plywood, líder mundial en la industria del contrachapado, tiene nuevos dueños mayoritarios en la firma global de inversión Carlyle, que se ha hecho con la mayoría de la empresa maderera riojana en una operación que ha rondado los 500 millones de euros. La transacción está sujeta a las aprobaciones regulatorias habituales y se espera que se cierre de manera oficial a principios del próximo año.
Actualmente Garnica tiene 1.200 trabajadores, factura 350 millones de euros y vende en más medio centenar de países a unos 600 clientes.
La familia Garnica, que fundó la planta hace 81 años, así como parte del equipo directivo y algunos accionistas, seguirán manteniendo una cuota de participación en el negocio.
El nuevo dueño mayoritario de la firma ubicada en Baños de Río Tobía se asocia con la familia Garnica y el equipo de gestión dirigido por Christian Michel para apoyar el negocio en su próxima fase de desarrollo. Porque invertirá para impulsar el crecimiento en los mercados premium, ampliando su gama de productos y mercados finales y manteniendo y expandiendo el liderazgo de la compañía en innovación e I+D.
El capital de la inversión será aportado por Carlyle Europe Partners, un fondo de 6.400 millones de euros que invierte en oportunidades europeas en diversos sectores e industrias. Y sigue con su trayectoria de colaboración con los fundadores, familias y accionistas de compañías líderes con sede en la Península como Codorniu, Cepsa, Altadia, Cupa o Logoplaste.
El fundador y presidente de la histórica empresa riojana, Pedro Garnica, asegura que «desde sus orígenes como aserradero, Garnica se ha transformado en líder mundial en el desarrollo de las mejores soluciones de contrachapado» y ahora está estratégicamente situada en las cinco cuencas de plantación de chopo más importantes de Europa. Tiene siete centros de producción, cinco en España y dos en Francia. «Me gustaría agradecer a ICG su apoyo en los últimos siete años durante un periodo importante de cambios para nuestro negocio», ha señalado, al tiempo que destaca que de la mano de Carlyle «divisamos la siguiente etapa de crecimiento de Garnica internacionalizando todavía más el negocio y buscando impulsar un mayor crecimiento a través de inversiones estratégicas».
Alex Wagenberg, managing director en Carlyle Europe Partners, resalta la «posición destacada» de Garnica en el mercado del contrachapado de madera premium «y es altamente reconocida por sus clientes como uno de los mejores fabricantes». Y el consejero delegado de la firma riojana, Christian Michel, sostiene que la llegada del nuevo fondo «permitirá realizar nuevas inversiones para consolidar la presencia global de Garnica los próximos años».
«No tenemos miedo a perder empleo, pero hay que retener la inversión», dicen los sindicatos
El anuncio de la adquisición de Garnica por parte del fondo Carlyle no pilló a contrapié a los sindicatos, que conocían «desde hace meses» las intenciones de ICG, el anterior principal propietario. Y una vez cerrada la operación, «nuestra sensación sigue siendo de tranquilidad. No tenemos miedo, al menos por el momento, a la pérdida de puestos de trabajo porque los dueños siempre nos han transmitido sus intenciones de mantener el empleo y dar continuidad al proyecto», aseguraba el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT de La Rioja, Juan Carlos Alfaro.
En esta línea, el responsable de Organización de CCOO del Hábitat de La Rioja, Javier García, cree que la producción en las plantas del grupo Garnica Plywood «seguirán precisando el mismo número de personas» o incluso más, porque el fondo Carlyle «tiene más fuerza, cuenta con una proyección mayor a nivel internacional» y eso cree que puede permitir a la compañía maderera riojana ampliar sus mercados. «Ahora lo más importante es que seamos capaces de retener las inversiones en las factorías riojanas –ubicadas dos de ellas en Baños de Río Tobía y otra en Fuenmayor–, porque cuando se depende de un gran grupo internacional o un fondo puede surgir esa incertidumbre a largo plazo», añade.
Alfaro añade que «hay otras situaciones que nos deben preocupar más» como la guerra en Ucrania o la inflación «porque pueden tener consecuencias negativas para los pedidos que entren en Garnica. Son escenarios que se nos escapan de las manos y no podemos controlar».
La firma riojana «tiene una firme implantación en nuestra comunidad –con más de ocho décadas de trayectoria– porque a los centros de producción hay que sumar la sede de Logroño donde están las oficinas y un centenar de puestos de trabajo», explica García. Confía en que «podamos mantener todo ello en nuestra comunidad porque genera actividad y riqueza además de empleos».
Fuente: LA RIOJA
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