El Primer Congreso Nacional de Recicladores de Palés, celebrado el pasado día 10 de Mayo en Madrid y organizado por ANREPA, asociación nacional que integra y representa a las empresas que se dedican al reciclado del palé, ha dejado patente la necesidad urgente de trabajar unidos; administraciones y profesionales del sector, para combatir el intrusismo que existe en este sector.
Al primer Congreso de ANREPA asistieron un centenar de profesionales y técnicos afines al sector del reciclaje de palés. Aunque la competencia desleal no es algo exclusivo de este sector, sí es cierto que en él se da un caldo de cultivo apropiado para que se produzca. De ahí la importancia de combatirla.
El presidente de ANREPA, Alfonso Cáceres, encargado de presentar el Congreso, dio paso a la intervención de los distintos ponentes.
En su exposición incidió en la existencia de «bastantes operadores ilegales que hacen mucho daño a los legales, al funcionar sin márgenes, sin protección del medio ambiente y sin ningún tipo de seguridad», así como en la necesidad de acabar con su actividad intrusita mediante la denuncia.
Para Julio Lorente es evidente, y así lo dejó patente en su exposición, que si no se denuncian los casos de intrusismo «no se puede actuar». Y también reseñó la importancia para ello de colaborar con FER como vía «para evitar esta lacra».
A juicio de este jurista, si hay algo que también es necesario ahora es que la Administración cuente con «más fuerza y más medios», tras reconocer que «con la intención, que no le falta, no basta».
Según expuso la ponente, las Comunidades Autónomas están haciendo un gran esfuerzo por simplificar y homogeneizar criterios. Y se está empezando a utilizar herramientas informáticas que «ya» permiten validar la veracidad de las autorizaciones y de la documentación que presentan las empresas.
A su juicio, «el uso de los medios electrónicos es fundamental para el interesado y para que la Administración pueda tener un control exhaustivo. En este caso, la agilidad también juega un importante papel ya que se puede hablar de miles de entregas de residuos y de que las administraciones cada vez tienen menos medios. De ahí que sea fundamental que la información llegue donde tiene que llegar de forma rápida».
Para María del Sol Santos, además gracias a estos sistemas las empresas autorizadas pueden utilizar estos servicios y contar con menos personal en las tareas administrativas y simplificar los procesos.
En su intervención, los ponentes pidieron a los socios de ANREPA que se unan y que trabajen legalmente, resaltando la importancia de trabajar juntos como única forma de conseguir lo que se persigue. «Juntos, podemos, todos debemos ir en el mismo barco», concluyeron.
Josefina Velasco insistió en la obligación de perseguir la falsificación y la piratería, defendiendo las paletas EUR como las únicas de marca registrada y cien por cien intercambiables. Puso como ejemplo ilustrativo el hecho de que si uno va con mercancía sobre un palé de este tipo por algún país de Europa, automáticamente le devuelven el mismo palé vacío, algo que en España, «por desgracia, todavía no se está haciendo, aunque esperemos que llegue pronto», dijo.
Por su parte, Antonio Carpio, vicepresidente de CALIPAL, se refería en su intervención a cómo, a diferencia de España, en otros países como Italia, prácticamente el cien por cien de los reparadores están homologados, con su licencia, convencido de que, al final, las malas prácticas se traducen en malos productos.
Según Carpio, en España «tenemos un palé europeo muy degradado». En este sentido insistía en que, si bien en la fabricación de palés se puede decir que el cien por cien están homologados, no ocurre lo mismo en los reparadores, donde «estamos en pañales».
«Somos muy pocos los que lo hacemos bien; por eso nos sentimos muy perjudicados, porque tenemos mucha competencia desleal», decía, cada vez más convencido de que habría más trabajo si se hicieran las cosas bien.
Un dato que quisieron desvelar ambos ponentes como relevante es que, si bien en España sólo hay seis reparadores homologados frente a treinta fabricantes, en el resto de los países el número de reparadores homologados triplica al de fabricantes; algo que a su juicio sería lo normal si se tiene en cuenta que la vida de un palé es de unos cinco años. «Nosotros causamos risa», decían.
Para ambos hay mercado, muchas empresas están demandando este producto, pero lo quieren de calidad, y eso se traduce simplemente en que si la reparación se realiza correctamente, puede entrar en los centros distribuidores o comerciales a intercambiarse. «Nosotros cuando reparamos no reparamos palés de los pools de alquiler, sino de todos los tipos, y el más importante es el palé europeo, pero lo estamos degradando», concluyeron.
Para el ponente, lo fundamental pasa en la actualidad por concienciar a toda la asociación de recuperadores de que la materia prima de donde extraen sus productos es la madera, ofreciéndoles una visión forestal que tal vez algunos no tienen al encontrarse en otra fase del proceso como es la de la recuperación.
Jesús Fernández tiene muy claro que en España se podría aprovechar más su masa forestal; algo que además de hacer un país más eficiente, generaría empleo y actividad en zonas deprimidas.
También resaltó la labor «fundamental» que realizan los recicladores, con el aprovechamiento de un recurso maderero que en caso de no aprovecharse podría ir a un vertedero.
Otra de las cuestiones que se puso sobre la mesa en este Congreso fue la «Situación Actual NIMF 15: España y Europa». La encargada de hablar sobre esta cuestión fue Carmen Díaz, Jefa del Servicio de Coordinación Fitosanitaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
En su opinión esta norma, aunque muy similar a la que ya existía, recoge algunas mejoras que suponen «un pasito más» en aspectos fundamentales en los que se ha profundizado más, como es facilitar al administrado toda la tramitación que tiene que hacer con la Administración. Además, aporta una mayor transparencia.
El mensaje del ponente fue claro y conciso: «Hay que pagar impuestos, no se pueden eludir, pero también hay que pagar los impuestos justos», y para ello tildó como esencial realizar una labor de control al sector, a la competencia desleal, que son los que están defraudando. «Y ante este supuesto también cabe denunciar, para evitar que el sector pueda estar bajo sospecha», manifestó.
En este aspecto incidió en la idea de ser cumplidores de todo lo relativo a los impuestos y cuestiones medioambientales, intentar llevar todo en regla, no dejarse caer en la trampa de la tentación o el dinero fácil.
También insistió en cómo «muchas veces, el fraude nos viene dado por otros, por lo que es necesario que yo controle mi entorno», algo que a su juicio se puede hacer desde la propia actividad económica de cada uno. «Si no se hacen las cosas bien, puedo convertirme en posible responsable subsidiario de las infracciones que un tercero cometa», expresó el ponente.
El ponente resaltó la importancia de que el sector tenga cuidado y se muestre vigilante de las facturas que sus empresas reciben de aquellos que estén haciendo uso de los módulos. Y aconsejó que «si se deciden por utilizar este sistema y no encajan perfectamente en él, que no lo hagan».
Lanzó la idea de evitar que el sector piense que a través de un sistema como el de los módulos puede cubrir defectos como puede ser la falta de facturación, avanzando en la importancia de conseguirlo por otras vías: facturas, recibos, justificar los pagos porque «aunque hay quien tiende a pensar que los módulos te permiten evitar todos esos problemas, en realidad son una fuente de creación de problemas cuando no eres una persona que estés en ese propio módulo».
El Congreso, celebrado en el Hotel Avenida de América de Madrid, finalizó con la celebración de una mesa redonda en la que el sector planteó problemas y casos concretos a los ponentes.