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ALBERCH cumple 85 años y se propulsa hacia el futuro

Con tres motores: Relevo generacional, modernización de almacén y centros productivos y un inminente cambio informático.

ALBERCH, S.A. ha celebrado en 2024 su 85 aniversario. Son cuatro generaciones de profesionales que han erigido un almacén muy peculiar, así como modernos centros transformadores de madera y tablero para las empresas de carpintería y mueble, la reforma, el interiorismo y la construcción. Carles Alberch (C.A.) es CEO de la empresa y uno de los dos accionistas, junto a su primo Ferrán, quien se ha especializado en el sector sanitario.

MADERA SOSTENIBLE (M.S.): No todas las empresas alcanzan 85 años de vida…

Ha habido altos y bajos, naturalmente. En ocasiones pienso cómo fue posible salir adelante en determinadas situaciones; particularmente de las grandes crisis: la de los años setenta, la de los ochenta, la de los noventa… las hemos ido superando todas.

M.S.: La familia Alberch continúa al frente de la empresa, y ya ha afrontado el siguiente cambio generacional.

C.A.: El relevo generacional es algo que debe gestionarse de manera profesional. No basta con dar entrada a diferentes miembros de la familia. Las personas designadas han de estar preparadas, les tiene que gustar este sector y, sobre todo, tienen que querer tomar las riendas del negocio. 

Mi padre en su trayectoria veía cómo grandes empresas iban cayendo, en su mayoría por cambios generacionales. Por eso la sucesión se tiene que preparar y hacer bien, con un protocolo serio y escogiendo a las personas idóneas, convirtiéndolas en buenos profesionales.

En ALBERCH, S.A. la persona elegida para lanzar la empresa hacia el futuro es Laura Alberch (L.A.), sobrina de Carles, actual directora comercial de la firma badalonesa. Quien se ha preparado muy bien para afrontar el reto, y se ha sumergido en el mundo de la madera con entusiasmo.

Carles Alberch, con su sobrina Laura, dirigen el área de madera en ALBERCH, S.A.

“Es un sector complejo, pero muy agradecido -afirma Laura Alberch- Desde fuera, parece un sector arcaico, muy masculino. Sin duda se me ha pasado por la cabeza cómo iban a aceptar a una mujer en un puesto directivo en un almacén de madera pero, la verdad, creo que estamos viviendo una época de cambio bastante importante en el sector, y las mujeres y los jóvenes vamos a jugar un papel decisivo para su desarrollo”.

M.S.: ¿Cuántos trabajadores hay actualmente en ALBERCH?

C.A.: Somos 130 trabajadores. La fiesta de los 85 años concluyó con una jornada festiva para el personal a la que acudieron los jubilados también. Éramos unas 400 personas aproximadamente. Fue agradable reencontrarse con gente que han sido la historia de la empresa.

L.A.: ALBERCH es una empresa familiar de verdad y eso se notaba en la fiesta. Fue una jornada emocionante, bonita en la que todo el mundo sentía la empresa como su familia. Hay que celebrar con alegría estos momentos. No todo es trabajar. 

MS: ¿Cuáles son los grandes retos a los que se enfrentan los importadores y almacenistas de madera?

L.A.: El sector se enfrenta a un reto muy grande: su modernización y su digitalización. Somos un sector que no ha hecho los deberes en este aspecto, y a partir de ahora nos aguardan años interesantes y emocionantes, que yo personalmente afronto con muchas ganas.  

MS: Uno de los grandes aciertos de ALBERH ¿ha podido ser su profunda diversificación, más allá de la madera?

C.A.: El sector de la madera maciza ha ido a la baja, y tristemente cada vez va a menos. Cuando yo empecé, el 75% u 80% de la ocupación del almacén era madera maciza y el resto eran aglomerados y melaminas, prefabricados… Antes teníamos 70 especies de madera y ahora hemos reducido a menos de la mitad, centrándonos en las más comerciales.

No hay tanto mercado para la madera maciza, y la gente prefiere productos más acabados, listos para su colocación en obra, como los tableros y melaminas. Por otro lado la industria del prefabricado de madera ha evolucionado mucho técnicamente y nos obliga a manejar muchas referencias, tipologías de tableros, suelos, revestimientos. Obviamente en ALBERCH nos hemos ido adaptando a la demanda del mercado.

MS: ¿Hasta qué punto transforma ALBECH la madera y los tableros para sus clientes?

C.A.: Siempre hemosapostado por invertir en maquinaria y en los medios necesarios para optimizar nuestros servicios.Disponemos de maquinaria de última generación para trabajar la madera, y podemos servir al carpintero piezas cortadas, canteadas y mecanizadas. Cada día todo va más rápido, el cliente es más exigente y quiere el producto más pronto y más acabado. Aunque nuestro objetivo no es sustituir al carpintero sino que queremos facilitar su trabajo. Para lograrlo, siempre hay que estar inviertiendo y mejorando. 

Cuando hay obras importantes, nos involucramos personalmente en la dirección del proyecto y en la ejecución de la obra. Conocemos la madera de primera mano, porque la hemos manejado durante muchos años. 

MS: ¿Sigue ALBERCH tratando la madera en autoclave?

L.A.: Siempre hemos sido un referente en el tratamiento de la madera. La madera, cada vez, se conoce más y se está perdiendo el miedo al uso de la madera en el exterior si está correctamente tratada. Creemos que es un mercado que irá al alza. Precisamente hemos adquirido uno nuevo autoclave con mayor capacidad de carga. Con él, hemos doblado la producción y ampliado los tipos de tratamiento.

MS: ¿Qué efecto está teniendo el boom de la construcción con madera en ALBERCH?

L.A.: La madera está de moda en la construcción. Los arquitectos y sus clientes han descubierto que la madera es un material maravilloso para la construcción. En los países más avanzados de Europa y América se construye mucho con madera, pero no sabemos todavía qué va a suceder, porque los sistemas constructivos en España dependen mucho del hormigón. Observamos que surgen muchos proyectos con madera, como elemento estructural y también decorativo, y lógicamente nos hemos preparado para responder a esta demanda.

C.A.: Cambiar un sistema constructivo es un proceso que requiere años, por no decir siglos. Aquí se ha construido siempre con ladrillo y hormigón, y empezar a construir con madera supone un cambio y la necesidad de formación para los arquitectos, los industriales y los montadores que vayan a dedicarse a esta actividad.

Hace cincuenta años había más carpinteros de obra que los que hay ahora, es una figura que ha ido desapareciendo, y ahora tendría que volver. Seamos prudentes, tenemos que ir paso a paso. De momento, dentro del mundo de la construcción, la madera representa un porcentaje muy bajo del total proyectado y edificado. La construcción de edificios con madera en España aún llevará tiempo. Si lo hacemos bien, estaremos en un mercado muy fuerte, con importantes ventajas para la industria, las promotoras, las constructoras, los trabajadores, los clientes y el medio ambiente.  

Lamentablemente, en España hay muy poca cultura de la madera, muy poco conocimiento, y podría ser un grave problema que se emplee la madera de forma inadecuada. Ya sabemos que, si hay problemas, la culpa es siempre de la madera, lo cual no suele ser cierto.

L.A.: Observamos que se está fomentando la formación dirigida a arquitectos, ingenieros y carpinteros, sobre sistemas constructivos con madera. Todavía echamos de menos a la madera en las universidades. A menudo nos encontramos con proyectos donde detectamos que ni la madera, ni el tratamiento, ni la aplicación del material son los apropiados. Sabemos que el proyecto puede fallar. 

Queremos colaborar con las universidades y las escuelas para que quienes van a realizar los proyectos adquieran ese conocimiento imprescindible para emprender el crecimiento de la madera en la construcción.

MS.: ¿Es el EUDR otro palo en la rueda que complica aún más la decisión de comprar madera y prescribirla en proyectos y construcciones?

L.A.: El EUDR no constituye un problema. Simplemente hay que trabajar con buenos proveedores. Si es así, como es nuestro caso, no hay problema en qué te pidan más o menos documentación. Al final, este reglamento viene a proteger y favorecer a nuestro sector. 

Actualmente llegan a Europa materiales importados de países asiáticos, no se conoce exactamente su procedencia, y para las empresas que queremos hacer las cosas bien, el rigor normativo no tiene afectación en nuestra compra. Obviamente, sí comporta una carga burocrática. Pero no nos asusta cumplir con la legislación, llevamos años haciéndolo. 

La falta de digitalización en el sector, desde la gestión forestal hasta el almacén, hace que resulte muy difícil la trazabilidad tan precisa y específica que requiere el reglamento. En todo caso, somos optimistas, y pensamos que el EUDR va a impulsar al sector a modernizarse, ya que lo vamos a necesitar para poder alcanzar el nivel de trazabilidad que se exige. Hoy por hoy, prácticamente nadie está preparado para poder realizar ese seguimiento tan al detalle de la madera a lo largo de la cadena de custodia.

C.A.: A largo plazo, el EUDR será beneficioso para el sector, pero las leyes deben estar bien hechas. El problema del EUDR está en que sus exigencias no están bien definidas, no se sabe lo que se quiere. Esto crea mucha incertidumbre. No se puede exigir que cada pieza de madera o de producto de madera importados vengan marcados con las coordenadas del lugar exacto donde se ha cortado el árbol. 

Para la gente que piensa que la madera importada puede ser ilegal, medidas como el EUDR están justificando que realmente lo es. 

Nosotros tenemos los certificados de gestión forestal sostenible de los bosques de donde proviene la madera, y honestamente pensamos que no debería de hacer falta más documentación. 

Vemos esta normativa como una medida que puede mejorar la imagen de la madera como un material transparente y eliminar la imagen de que proviene de desforestación e ilegal. Pero puede tener el efecto contrario que se crea que es necesaria para eliminar la gran cantidad de madera ilegal cosa que es totalmente falso. Esto provoca que últimamente tengamos muchos más controles en aduanas, para verificar la procedencia de la madera, que provocan para nuestro negocio gastos extra en ocupación de espacio en el puerto, demoras en la logística y preparación de la madera … Nos merecemos que nos dejen respirar un poco. 

M.S.: ¿Es hoy el servicio más importante que el propio producto?

L.A.: El servicio es hoy la palabra estrella en nuestro sector. Empujados por Amazon y plataformas semejantes, en nuestra vida cotidiana hemos normalizado la urgencia. Ya es completamente normal servir la mercancía en menos de 24 horas. 

Obviamente, el producto tiene que estar en un precio competitivo, pero, al final, el servicio es lo más importante para el cliente.  Por esto, no podemos dejar de invertir en nuestros procesos y medios de logística, de preparación y transformación de la madera. 

Actualmente estamos llevando a cabo un profundo cambio informático en la empresa para ser más ágiles y poder servir mucho más rápido porque, insisto, hemos normalizado la urgencia.

M.S.: En ALBERCH salta a la vista el orden y la limpieza. Observo que está todo muy a la vista, casi para comprar al detalle. Te animas a comprar un listón, un saneamiento, parqué …Todo está muy bien expuesto.

L.A.: Aunque somos mayoristas, una pequeña parte de nuestras ventas va al detalle. Cualquier carpintero y particular puede venir y comprar el material, aunque es un porcentaje muy bajo de nuestras ventas. 

En todo caso, para nosotros es importante que todo esté en orden y bien expuesto para que lo vean fácilmente los clientes. 

Al final, nuestra competencia son también los centros logísticos. Nosotros tratamos cargas grandes, de productos elaborados y transformados, que ellos no están acostumbrados ni capacitados para manipular. Para ofrecer con calidad y agilidad productos de madera es muy importante que el almacén esté preparado y disponga de personal especializado.

C.A.: Una de las claves de nuestro negocio es la organización y maniobrabilidad en el almacén, que esté todo en su sitio, que rote el estocaje, que los pedidos se preparen y registren con rapidez.

M.S.: ¿Cuáles son los retos de ALBERCH, S.A. a corto y medio plazo?

C.A.: Venimos de épocas tormentosas; de una crisis financiera muy dura, de la escasez y la subida de precios de la madera y los tableros a raíz de la pandemia. Sabemos que vienen años complicados, con mucha competencia, pero también espero que sean unos años de estabilidad en los suministros y en los precios.

M.S.: Sin embargo, se avecinan movimientos de aranceles a nivel global, ¿puede esto afectar al comercio de la madera?

C.A.: Pienso sinceramente que seguirá todo más o menos igual. La subida de aranceles lo único que implicará es que los americanos paguen más caras todas sus importaciones. 

Creo que el año 2025 será bastante estable. La construcción está funcionando bien, se está trabajando y cuando preguntamos a las constructoras con las que trabajamos, nos dicen que los pisos que están haciendo están vendidos.

M.S.: AEIM (Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera), es una asociación que presidió Carles Alberch y de la que ahora su sobrina, Laura, es vicepresidenta. ¿Es ALBERCH una empresa que confía en el asociacionismo para mejorar el sector?

L.A.: Desde luego que sí. Ahora hemos entrado en la junta directiva de AEIM gente joven, muy preparada, y con muchísimas ideas que proponer para modernizar y desarrollar nuestro sector y nuestros negocios. Tenemos que trabajar juntos por el sector de la madera. Cada vez hay más legislación, nuevas normativas, y es necesario que la Asociación nos represente como sector, donde no solo están almacenes de madera, sino también agentes importadores e industriales que transforman la madera.  

C.A.: Cuando yo entré a la Asociación, hace 40 años, apenas servía para algo más que asistir cada año a la Conferencia Europea de Resinosas. Apenas desarrollábamos ninguna actividad más. Con el tiempo se ha ido fortaleciendo y, hoy en día, es sin duda la organización más representativa y con mayor margen de interactuar con otros agentes del sector y de otros sectores. 

M.S.: ¿Cómo es actualmente la relación de AEIM con las organizaciones ecologistas y conservacionistas?

C.A.: Ahora, madereros y ecologistas dialogamos y nos entendemos. Tenemos el mismo objetivo, que no es otro que preservar y gestionar correctamente los bosques. Aquella mentalidad que antaño tenían los ecologistas, de que nosotros lo destrozábamos todo en el bosque, ha sido superada. 

Es indudable que se han hecho y se siguen haciendo disparates en determinadas regiones forestales del planeta. Pero nosotros, en AEIM, queremos preservar, ordenar y cuidar el bosque. Es absurdo pensar que quienes comerciamos con madera aprobamos la deforestación y la degradación de las masas forestales. Nuestro negocio es a largo plazo. En cuatro generaciones hemos vendido mucha madera y la masa forestal sigue creciendo.

L.A.: Lamentablemente, cuando ven madera apeada en el monte o apilada en un puerto, la gente piensa que empresas como la nuestra vamos al monte y lo arrasamos todo, y esto no es así. El bosque es como un huerto que hay que cuidar y gestionar, para disponer siempre de madera, da una ocupación para la gente que vive cerca y, lo que es más importante, para garantizar que ese bosque siga existiendo, creciendo sano y con la mayor biodiversidad posible. 

Aún no hemos sabido hacer llegar a la sociedad cómo trabajamos realmente. Hemos tenido muy mala imagen durante muchos años, pero ahora ha llegado el momento en el que tenemos que explicar lo que hace y lo que representa realmente este sector para la sociedad.