La noche del 8 al 9 de enero de 2021, la borrasca Filomena dejó en Madrid y en todo el centro de España una histórica nevada. Tan solo en la ciudad de Madrid se calcula que unos 150.000 árboles de sus calles se vieron afectados por la gran nevada. Uno de ellos fue la falsa acacia (Robinia pseudoacacia) de enfrente de casa de Sara Navarro, en el barrio de Lavapiés, la cual se partió casi por la mitad.
Sara quiso que esa madera caída, tanto la de la falsa acacia como la de otros tantos árboles de Madrid, no quedara en el olvido, por eso tuvo la iniciativa de recogerla y utilizarla para tallar unas cucharas, que no dudó en repartir entre algunos de sus vecinos. “Me partió el corazón ver como estaba mi calle y Madrid. Por ello decidí recoger madera caía y hacer las cucharas que regalé a varios de mis vecinos. Son cucharas que tienen una historia detrás”, explica.
Esta fotógrafa lleva en 11 años viviendo en el barrio de Lavapiés, por eso quiso regalar una cuchara tallada con la madera de la falsa acacia al panadero y la librería, así como a una vecina que terminó siendo la presidenta de la comunidad. “Desde el pasado confinamiento y el salir a aplaudir a los balcones hice un vínculo muy especial con los vecinos, por eso pregunté al panadero en dónde vivían, para hacerles llegar la cuchara. El destino quiso que fuera la presidenta de la comunidad y la historia encerrara que había cuidado de ese árbol, por lo tanto, era una forma de cerrar el círculo”, señala.
La iniciativa de Sara Navarro fue todo un éxito y empezó a recibir peticiones de personas que también querían hacerse con una cuchara de madera de los árboles de Madrid caídos a causa de Filomena. Ya ha empezado a mandar los pedidos de las primeras cucharas. Se trata de una elaboración artesanal, que requiere de mucho tiempo, ya que hay que sumarle un proceso de secado mayor al tratarse de madera verde, así como luego su tallado, lijado, darle aceite… “Es un proceso que tarda y eso siempre lo quiero poner en valor y se lo digo a todos los que contactan conmigo. No quiero romper esa magia que siento al hacer estos trabajos, por eso les explico todo el proceso, incluso he grabado un vídeo donde pueden verlo”, indica.
Unas cucharas especiales, con una historia detrás, que Sara realiza con la madera de árboles afectados por Filomena. Además de la mencionada acacia falsa, también recogió madera en el parque del Oeste, Templo de Debod… madera de cedro del Himalaya. Álamo, ciprés, alibustre de china, incluso del Cedro del Abuelo, un árbol singular de Madrid con más de 130 años. “Nunca había trabajado con este tipo de maderas que he recogido. La falsa acacia tiene una veta muy bonita, me ha sorprendido al trabajar con ella. También tiene una veta muy bonita el cedro del Himalaya, además de un gran aroma, que me transporta cuando trabajo con su madera”, explica.
La relación de Sara Navarro con la madera comenzó hace tres años, cuando esta fotógrafa de profesión, sintió la necesidad de crear con sus manos cosas con madera. Buscó cursos de talla en Madrid y encontró uno en The Workshop Madrid, un taller de la calle del Laurel que funciona como coworking para el sector de la carpintería y ebanistería. Allí tienen maquinaria, herramientas, para los profesionales y amantes del sector. Ahí fue donde Navarro se inició en el mundo de la madera. “Soy fotógrafa y siempre he estado muy vinculada a la naturaleza. Por eso me decidí a trabajar con la madera, pensé que una cuchara sería lo más sencillo por dónde empezar y me apunté”, recuerda.
Una pasión que con el paso de los años se ha ido acrecentado, decidió crear su propio estudio y hacer tablas de cocina de distintos tipos de madera que se pueden encontrar en su web Sierra Studio, donde también están las cucharas. “Me costó mucho dar el paso porque soy muy perfeccionista. En diciembre recibí tantos encargos, incluso de Berlín y de Italia, que me agobié un poco”, indica.
Hasta la llegada de Filomena solo trabajaba con madera seca, pero ahora ha dado un paso más al trabajar con madera verde. No será el único avance de Navarro, ya que quiere seguir formándose en el sector y terminar siendo ebanista. Su próximo paso será hacer muebles.