SALA FORESTAL,S.L. es una empresa especializada en el sector forestal en Cataluña que atesora tres generaciones. Dedicada a la explotación primaria de la madera, su compromiso es la valorización de los recursos madereros, mediante procesos respetuosos con el entorno que garantizan el principio de conservación y protección del medio natural.
“Tenemos equipos de monte y nos encargamos de los aprovechamientos y la comercialización del producto, tanto si va a trituración, sierra o desenrollo -explica Carles Pineda Riu, ingeniero de montes y portavoz de la empresa catalana-. Al margen, SALA BIOMASSA pone el foco en el segmento energético. En este caso, con la madera de trituración, propia y de terceros, hacemos astilla forestal, solo de tronco y solo de pino, sin finos; G-30 o P-45, de alto poder calorífico, y siempre con un rango de humedad 25 a 32 por ciento”.
Esta astilla básicamente va dirigida a calderas de tamaño medio, para piscinas, ayuntamientos, casas rurales, hoteles… No es una astilla industrial; es un combustible con mucho más rendimiento y poder calorífico, y con unos componentes volátiles muy bajos, porque en el proceso de manipulación se pierde una gran cantidad de corteza. Además, al quitar los finos, todo lo que son los elementos volátiles, las partículas, bajan en picado.
SALA BIOMASSA destaca, además, por su logística de servicio. “Tenemos un sistema de entrega de unas 48 horas, camión neumático con volquete, con capacidad para 30 ó 40 metros cúbicos y pisos móviles -explica Carles Pineda- Servimos a clientes, toda la zona de Cataluña y sur de Francia”.
El mundo de la biomasa forestal ha evolucionado muy rápido…
Nuestro gerente empezó en el 2011, sin ningún cliente. Empezó primero con la planta y la idea, y luego se empezó a fidelizar al cliente que, viendo el producto, quedaba encantado y convencido. Así ha ido creciendo nuestra empresa. Durante los años 2021 y lo que llevamos de 2022 hemos registrado un notable incremento en la producción.
¿Es ahora el momento de la biomasa forestal, ante los altos costes de la energía?
Por un lado sí aunque, por otra parte, los aserraderos quienes desenrollan no tienen madera, los patios están vacíos y leña tampoco hay… Al final, la cuestión de la energía es el precio. La astilla tiene un techo, que es el precio de los combustibles fósiles. De momento, estando el gas como está, tienes margen para avanzar. Ahora bien, en el momento en el que esto empiece a crecer y crecer, ya veremos lo que pasará. Ya hay empresas grandes, en el sector energético, que observan todo esto, y están tomando nota.
¿Existe realmente un perfil de cliente con una conciencia ecologista real, dispuesto a pagar más por un combustible como la biomasa forestal?
Por supuesto que existe. Es un cliente que no antepone el precio tampoco. Tiene una conciencia social responsable. Quien compra ecológico lo hace por conciencia y por la proximidad de su proveedor, aunque el producto sea algo más caro.
¿Os entendéis bien con el propietario forestal privado?
En general colaboramos bien, aunque también hay quienes desconfían del rematante de madera. El monte no es una fuente de dinero inmediato; hay que gestionar y tener paciencia para obtener la rentabilidad. Para los herederos de parcelas forestales, tener que esperar a turnos de 20, 30 o 40 años es difícil de entender. Hoy todo el mundo quiere obtener rendimiento aquí y ahora. Pero el monte no es un campo de trigo…
La mayoría de propietarios forestales privados en Cataluña posee parcelas pequeñas, y más en la zona de Girona, donde operamos nosotros. Estamos hablando de 1, 2 o 3 hectáreas. Tratar con sus dueños, que normalmente residen en la ciudad e ignoran u olvidan que tienen un trozo de monte, es complicado. Pero ahí estamos…
Observo que habéis creado un Cluster de la Biomasa. Esta figura ¿viene a ayudar a vuestra actividad?
El Cluster de la Biomasa reúne muchos ámbitos del mundo forestal, y no solo el energético. Obviamente, nos puertas de la Administración para poder hablar y obtener vías de dialogo, para plantear las necesidades del sector. A veces topamos contra un muro, pero somos optimistas, porque vamos avanzando.