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El grado de resbaladicidad del parquet

El CTE indica: “Se limitara el riesgo de que los usuarios sufran caida, para lo cual los suelos seran adecuados para favorecer que las personas no resbalen, tropiecen o se dificulte la movilidad”.

El Código Técnico de Edificación, en lo que al uso de pavimentos se refiere, es muy claro cuando nos indica: «se limitará el riesgo de que los usuarios sufran caída, para lo cual los suelos serán adecuados para favorecer que las personas no resbalen, tropiecen o se dificulte la movilidad».

 

Se insta claramente a arquitectos e instaladores técnicos, a que pongan todos los medios para reducir el riesgo de que los usuarios sufran daños en el uso habitual de las zonas de paso pavimentadas de edificios públicos y de uso colectivo, debido a caídas provocados por deslizamientos. Y esto se puede realizar en base a unos estándares de resistencia al deslizamiento.

 

Esta indicación clara del CTE hace más hincapié en todos aquellos suelos de edificios o zonas de uso Público Residencial, Sanitario, Docente, Comercial, Administrativo o de Pública Concurrencia.

 

En el grado de resbaladicidad de un suelo, sobre todo de madera, entran en juego 2 factores fundamentales: por un lado el propio material de fabricación del suelo y por otro, el tratamiento posterior que se le aplique.

 

Por ello, y en base a estos 2 principios básicos es muy importante que se elija muy bien, tanto el tipo de pavimento a usar como el posterior tratamiento del mismo.

 

En el caso del material de fabricación del suelo, hay que fijarse en los indicadores que figuran en los embalajes de fábrica. En caso de no encontrar ninguna indicación sobre este aspecto, procede dirigirse al fabricante, quien tiene la obligación de facilitar estos datos técnicos.

 

En el caso del tratamiento posterior a aplicar (barnizado, limpieza, encerado, tintado, etc.) debemos estar seguros de hacerlo con productos que refuercen o, al menos, mantengan las propiedades de resbaladicidad que se exigen. Muchos de los productos existentes en el mercado no respetan los principios mínimos en cuanto a su resistencia a los resbalones, por lo que se puede estropear un buen proyecto o una buena instalación simplemente por no usar el producto de acabado necesario en el suelo.

 

LYSSOLEN aconseja dedicar un momento a pensar y planificar los tipos de suelo y sus usos con el fin de conocer perfectamente qué pavimentos conviene utilizar y como hay que tratarlos una vez instalados. Evidentemente, cuanto mayor es la superficie a cubrir, mayor es el riesgo de deslizamiento y, por lo tanto, de accidente.

 

Para saber que grado de resbaladicidad tiene un pavimento debemos conocer su índice Rd (índice de resistencia al deslizamiento). Este índice establece la siguiente clasificación:

 

 

 

 

 

El Código Técnico de Edificación establece, igualmente, un mínimo de clasificación de suelo en función del tipo de ubicación y uso. Indicando como anotación adicional que estas medidas son aplicables y exigibles a todas aquellas obras de reforma, re-acondicionamiento y restauración.

 

 

 

 

 

Conviene recordar siempre la necesidad de cumplir estrictamente con estas normas para estar cubiertos ante cualquier tipo de incidente sobre el pavimento: es mejor no ahorrar en seguridad.

 

Dpto. Técnico LYSSOLEN