Una mayor densidad y sección de los perfiles mejora el comportamiento al fuego de una ventana de madera. La carbonización del material genera un aislante; una verdadera protección para el núcleo de la madera. Además, los ignifugantes reducen la inflamabilidad, la emisión de calor y retrasan la combustión.
Según marca el Código Técnico de la Edificación, el conjunto del elemento ventana, y no únicamente el vidrio, ha de garantizar el valor EI necesario para que una determinada zona de una fachada sea certificada como resistente al fuego.
El comportamiento de la madera frente al fuego
Es más fácil la ignición y la propagación de la llama en materiales de pequeña sección y con aristas vivas, empeorando el comportamiento al fuego del conjunto del cerramiento.
De igual forma, los materiales de alta densidad y de mayor espesor mejoran la reacción al fuego, arden con menos facilidad y la combustión es más lenta.
Por su baja conductividad térmica, la madera presenta un buen comportamiento ante un incendio en fase de pleno desarrollo. La combustión, alimentada por el oxígeno, se desarrolla únicamente en la superficie de la pieza.
La existencia de fendas (grietas, hendiduras longitudinales debidas a cambios bruscos de temperatura), en sentido de las fibras de la madera, incrementa los efectos negativos del fuego. La madera laminada que apenas tiene fendas, presenta una velocidad de carbonización menor que la madera maciza.
La carbonización, por su parte, aporta protección aislante a las capas interiores en la que se produce la pirólisis (descomposición química de materia orgánica, causada por el calentamiento en ausencia de oxígeno), quedando el interior del material sin afectar. La capa carbonizada es unas seis veces superior como aislante que la propia madera. Esta característica hace que la pérdida de la capacidad portante del elemento se deba principalmente a la reducción de su espesor, y no al deterioro del material.
Tratamientos para las ventanas de madera frente al fuego
Si bien la madera posee excelentes prestaciones frente a la acción del fuego, la industria afronta la reacción y la resistencia al fuego de los cerramientos de madera mediante los ignifugantes. Estos productos reducen la inflamabilidad, la emisión de calor y retrasan la combustión, mejorando la que disponen per se.
La carbonización de la madera es muy similar tanto en materiales tratados como sin tratar. Los productos adhesivos para maderas laminadas encoladas, por su parte, tienen que tener propiedades ignífugas y que no alteren las prestaciones mecánicas y/o estructurales.
Hay que prestar especial atención a que los ignifugantes no produzcan humo, no desprendan gotas o partículas inflamadas en la fase inicial del incendio.
Existen dos tipos principales de ignifugantes:
• Ignifugantes superficiales
– Con su uso, se funden y recubren las partículas de la madera (boratos, silicatos). La temperatura de fusión es inferior a la de la madera; los ignifugantes se adhieren al material rellenando los poros, evitando la penetración de oxígeno, comburente de la combustión.
– Los ignifugantes se descomponen liberando sustancias que reducen la inflamabilidad (liberando agua, compuestos orgánicos, formando espumas… son barnices intumescentes, que colaboran en la carbonización de la madera, formando película en la superficie de la madera).
• Ignifugantes en profundidad
– Se aplican mediante tratamientos en autoclave, o bien por inmersión en caliente, aunque de esta forma se obtienen profundidades menores que en autoclave. La profundidad media obtenida se sitúa entre los 10 y 20 milímetros.
CTE DB SI 2. Propagación exterior
El Código Técnico de la Edificación otorga validez a las ventanas que aporten la resistencia al fuego necesaria en las fachadas.
La exigencia de que una determinada zona de fachada sea resistente al fuego puede cumplirse mediante un elemento acristalado fijo que garantice el valor El necesario (el conjunto del elemento, no únicamente el vidrio) pero no mediante una ventana practicable, dado que cuando esté abierta no aporta la función resistente al fuego necesaria (lo aporta si incorpora un sistema de autocierre, siendo necesario valorar el elemento en su totalidad ya que su efectividad dependerá de su activación mediante un sistema previo de detección, del sentido de apertura del elemento en cuanto a su capacidad de soportar diferentes presiones). Estos productos prestan puntualmente un servicio de registro para ventilación y mantenimiento.
Mejoras para una mayor resistencia al fuego de la ventana de madera
Existen y están contrastadas numerosas vías de mejora para incrementar la resistencia al fuego de una ventana de madera. Entre otras:
– Utilizando materiales de alta densidad y/o de rápida carbonización.
– Los perfiles laminados pueden mejorar la resistencia estructural así como la capacidad de torsión.
– Con acristalamientos resistentes al fuego.
– Empleando herrajes resistentes al fuego, acorde a las prestaciones declaradas y protegidos con productos intumescentes.
– Colocando juntas intumescentes en marco, hoja y entre marco y premarco.
– Aplicando espumas ignífugas entre premarco y fábrica de albañilería.
– Los junquillos atornillados mejoran la integridad al ser elementos de pequeña sección.
– Sellado de acristalamientos con productos ignífugos.
– Sustituir los calces del acristalamiento por materiales intumescentes, siendo recomendable su colocación por todo su perímetro (cámaras de acristalamiento).
– Utilizar secciones adecuadas: a mayor sección, mejor comportamiento.
– Los tratamientos ignífugos ayudan a ralentizar el proceso de inflamabilidad.
– En ventanas de dos hojas conviene colocar una junta intumescente en el tapajuntas (donde se produce la unión de las hojas).
– Mediante la colocación de protecciones intumescentes en las zonas de drenaje, lo cual dificulta la penetración directa de la llama en zonas internas de la ventana.
La colocación de juntas intumescentes no debe de alterar el resto de prestaciones.
Luis García
Responsable Técnico
Departamento Construcción ENSATEC