Francisco Cifuentes, arquitecto de Aulets Arquitectes, participó en el Fórum Internacional de Construcción con Madera 2024, celebrado el pasado mes de junio en el Palacio Baluarte de Pamplona, con la conferencia “Repensar sistemas constructivos / repensar procesos”. PONENCIA COMPLETA AQUÍ.
Cifuentes afirmó que “para que las construcciones de edificios dejen de contribuir en producir externalidades y emisiones de CO2 a la atmósfera, tenemos que construir con materiales procedentes de la biosfera, que permitan desarrollar actividades económicas que preserven y desarrollen los ecosistemas de nuestros territorios”.
En ese sentido, “hemos de saber que cuando construimos un edificio en un lugar, no solo estamos modificando el territorio donde estamos construyendo, sino que estamos transformando aquellos lugares de los cuales provienen los materiales. Esta comprensión resalta la importancia de considerar el impacto global de nuestras acciones locales y nos invita a reflexionar sobre cómo podemos ser más conscientes y responsables en nuestras decisiones de construcción”, explicó.
Para cambiar el actual modelo de construcción, Cifuentes plantea que hay que de diseñar edificios que presenten nuevos procesos constructivos, que tengan como objetivo reducir las emisiones de CO2 tanto en la construcción como en su vida útil, así como conocer la trazabilidad de los materiales que son utilizados en la construcción. Para ello hemos de plantear nuevos procesos constructivos que puedan activar relaciones entre el territorio, la industria y la arquitectura.
Al respecto, puso como ejemplo la escuela de Arimunani, que se planteó como un proyecto que tenía que dar repuestas a estas preguntas, además de dar diseñar estrategias para dar respuesta a un programa educativo.
Para conseguir este objetivo se desarrollaron tres estrategias:
- definir la tipología del edificio más idónea con el programa docente,
- adaptar el edificio a las condiciones climáticas y
- utilizar materiales de la biosfera.
“Si el material con que se trabaja es la madera, esta decisión ha de permitir desarrollar procesos industrializados, que a la vez permita consolidar una economía forestal sostenible y recuperar el cuidado de los bosques y ecosistemas”, ha remarcó.
El edificio de Arimunani, en Marratxí (Illes Balears), se construyó en su mayor parte con materiales de la biosfera, lo que permite reducir la energía incorporada en el edificio en un 60% de emisiones de CO2. Para la estructura y la carpintería se ha utilizado madera de pino radiata del País Vasco, el pavimento es de linóleum (aceite de lino y serrín), los paneles exteriores son de cemento con virutas de madera para asegurar una buena durabilidad y reducir mantenimiento, y finalmente la protección de los aleros de cubierta y voladizos se protegen con chapa de zinc.
El edificio está diseñado para protegerse de la radiación de verano mediante las sombras de los árboles y los voladizos. Las aulas son pasantes lo que favorece la circulación del embat (brisa marina) en verano, tener una buena iluminación en el interior de las aulas sin necesidad de luz artificial y aprovechar la radiación en invierno. Además, el patio interior del edificio crea un oasis climático que conecta directamente con las aulas.
El proyecto además de ser una investigación climática, es una investigación que desarrolla un prototipo de construcción en madera que permita industrializar sistemas y poder replicarlo en otras escuelas.
