En las contraventanas tradicionales fabricadas con tarima y armadura existen limitaciones tanto en la orientación de las lamas, siempre debe ser vertical, como en el ancho de las mismas, aproximadamente 9 cm. Y es obligatorio colocar una armadura para contrarrestar las fuerzas.
Estas limitaciones vienen dadas por el comportamiento de la madera, ya que en caso de no seguirlas la contraventana no funciona correctamente, se arquea impidiendo el uso normal de la misma.
Para evitar esta problemática se debe optar por modificar el sistema constructivo de la contraventana.
Los tableros contrachapados microlaminados, fabricados con laminas de madera de 2 mm. de espesor colocadas alternando el sentido de las fibras y encolados con colas fenólicas de alta resistencia a la intemperie ( calidad 3 según la UNE-EN 314).
Para tener un comportamiento homogéneo y evitar problemas con la última capa del tablero, se utilizan tableros 100% okume de alta calidad, libre de ventanas, de este modo al ranurar no aparecen diferencias de colores en la madera, ni grietas o defectos de la madera.
Como el okume es una madera que admite fácilmente el tintado se puede dar fácilmente un acabado similar al de la madera de la ventana, siempre y cuando el acabado sea con algo de teñido. También se pueden dar acabados pigmentados en colores lisos.
Al tener como materia prima un tablero liso, se puede realizar el ranurado según el diseño que indique el cliente. Con ranuras en cualquier orientación, y cualquier separación entre las mismas.
La contraventana de tablero fenólico es muy estable y no necesita armadura para evitar movimientos y arqueos. De este modo al no llevar armadura en la parte interior, es mucho más ligera que la tradicional y así se podrán fabricar hojas más grandes con menor peso, o utilizar herrajes más ligeros, incluso para correderas.
Además al realizar contraventana plegadas en acordeón se ocupa menos espacio en la jamba, maximizando la entrada de luz.