Se trata de una casa actual, diáfana y con grandes aperturas, que dejan traspasar la luz natural, pero mantienen el espíritu de una casa mediterránea, con materiales nobles y tradicionales, como es el pavimento utilizado de toba catalana, la piedra colocada en seco, la madera natural…
La casa ha sido proyectada en una planta, con espacios que no marcan la vida exterior e interior.
Las grandes aperturas del salón y comedor con un juego de 4 correderas de más de 2,5 metros de altura y una longitud total de más de 15 metros hacen que los espacios exteriores e interiores se fusionen en uno solo, conservando el espacio íntimo de cada sala; pero al mismo tiempo liberando cada uno, formando una sola unidad con gran personalidad.