Los fabricantes denuncian la falta de mantenimiento y el deterioro de los parques infantiles

Según AFAMOUR, el 20% de los parques está en mal estado.

Los parques -y más aún en tiempos de crisis- desempeñan una significativa labor social. Potencian la socialización y la comunicación entre los niños cuando se encuentran en un espacio de juego; constituyen el lugar natural de encuentro en los núcleos urbanos, con áreas de recreo -que deberían ser seguras- que estimulan el desarrollo y aprendizaje de los niños a través del juego y con zonas de esparcimiento y descanso donde los más mayores puedan disfrutar de su tiempo libre.

 

Es un derecho de salud pública que en estas áreas haya mantenimiento y limpieza para prevenir accidentes y enfermedades en la población infantil. Sin embargo, el deterioro de muchos de estos parques es alarmante, según AFAMOUR, la Asociación Española de Fabricantes de Mobiliario Urbano y Parques Infantiles: astillas en las partes de madera, oxidaciones en las partes metálicas, tornillos flojos, grietas en los suelos de seguridad, desgastes en ciertos componentes como cuerdas y/o la aparición de aristas cortantes…

 

En España, el mantenimiento de las áreas de juegos en los parques públicos era ya una asignatura pendiente antes de la crisis, sobre todo en pequeñas poblaciones, pero la coyuntura económica actual ha agudizado la situación, según Afamour.

 

La inversión en estas áreas ha descendido un 25% anual desde 2010, y esto empieza a apreciarse en el deterioro y, por lo tanto, en la falta de seguridad de muchos parques infantiles y del mobiliario urbano, denuncia la asociación. De hecho, según AFAMOUR, el 20% de los parques está en mal estado. «Los recursos se han congelado, se realizan las mínimas reparaciones, las operaciones de conservación y mantenimiento se han reducido y, en muchos casos, se han rescindido los contratos de mantenimiento o no se abonan los cánones acordados a las empresas mantenedoras. Desgraciadamente, sólo cuando hay un accidente en estas áreas por falta de mantenimiento se sacan presupuestos para arreglos urgentes y además más caros», afirma Javier Yoller, presidente de AFAMOUR.

 

Explican desde la asociación que en el periodo 2005-2009 mejoró significativamente el estado de los parques gracias a la sustitución de muchos que se habían quedado obsoletos y a la adecuación de los suelos amortiguadores. «Hoy, hemos vuelto a la situación anterior a 2005». Con un juego bien mantenido se alarga la vida útil aproximadamente un 40 % más .

 

Según Afamour, los ayuntamientos han comprado juegos certificados, han instalado suelos de goma amortiguadores, pero no han destinado recursos al mantenimiento, ni a la inspección y conservación de los juegos. Además, denuncian, «en algunos casos, sobre todo en las zonas turísticas, se empiezan a ver juegos de fabricación china, de un aspecto muy aparente, pero con deficiencias de seguridad e incluso sin certificaciones de conformidad».

 

Además, en los actuales formatos de licitación pública predomina muchas veces el factor precio por encima de la calidad; esto hace, afirma la asociación, que «nos hayamos encontrado productos -en su mayoría no fabricados aquí- que posiblemente no reúnan unas condiciones óptimas de seguridad y calidad. Si a esto le añadimos cierta falta de mantenimiento, el resultado en algunos casos es que el consumidor se encontrará con productos de un estándar de calidad mediocre y mal mantenidos».

 

Asegura la asociación que la seguridad es un valor ya estándar en todos los productos de equipamiento de áreas de juego diseñados y fabricados en España. Actualmente todos los fabricantes españoles poseen todos sus modelos certificados según las normas EN 1176 y EN 1177. En España , unas 80 empresas, que emplean a unas 1.050 personas, se dedican a este tipo de equipamiento.

 

¿Qué requisitos se le exige a este producto?: «Materiales y tratamientos no tóxicos; estructuras seguras y cimentaciones y anclajes comprobados; protecciones anticaídas en zonas de altura; deben evitar atrapamientos de dedos, cabeza y cuerpo; ausencia de aristas, bordes cortantes y salientes peligrosos; accesos limitados para los niños pequeños si el juego no es apropiado para los más peques; zonas de seguridad en cada elemento (mínimo 150 cm.) con recubrimiento de seguridad amortiguador (arena, gravilla o suelos sintéticos) en función de la altura de caída; programas de inspección ,mantenimiento y conservación; limpieza y retirada de elementos peligrosos de la zona de juegos (cristales, latas, …); información de la edades de uso, del titular del parque y los teléfonos de reparaciones y emergencias».