El pasado 26 de junio, día en el que se inauguró el 7º Congreso Forestal Español, COSE -Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España- participó en un taller sobre “BIG DATA para una gestión forestal sostenible. El valor de la información forestal y su activación socioeconómica”. Para analizar el manejo de la información; cantidad versus calidad, accesibilidad y disponibilidad de los mismos, y el paso de los datos masivos (big data) a los datos inteligentes (smart data).
Con una ponencia titulada necesidades de información de los propietarios y gestores forestales, a COSE le tocó acercar a los asistentes, entre ellos muchos investigadores y profesionales del sector, la realidad que se vive en el territorio, las carencias que encuentran los selvicultores y la información que echan en falta para su labor. Y es que no se concibe una correcta gestión sin una buena base de datos e información disponible y accesible. Si no se facilitan las herramientas necesarias a los propietarios y gestores de los espacios forestales (y la información es fundamental) la gestión y por tanto conservación de las masas se vuelve algo complejo.
«Nosotros percibimos el monte como un generador de recursos, que necesitan ser gestionados de forma sostenible. Como todos sabemos, la naturaleza nos proporciona múltiples bienes y servicios esenciales para el bienestar humano y para el desarrollo socioeconómico de la sociedad. Es por ello que se hace necesario valorar lo que tenemos, lo que existe en el monte, para medir lo que producimos y consumimos, y hacer una correcta planificación y ordenación de los recursos», afirma Patricia Gómez, gerente de COSE.
«Para cuantificar los múltiples servicios generados por la gestión forestal sostenible, de la ciencia necesitamos identificar nuevos indicadores y metodologías que permitan valorar los aspectos socioeconómicos y de mejora de la calidad de vida que aportan los montes gestionados; la protección del suelo, cantidad y calidad del agua, del aire, el paisaje, el valor recreativo, el empleo y la riqueza, la mitigación del cambio climático, la reducción del riesgo de incendios, amortiguación del daño de las catástrofes naturales, los productos forestales no madereros y la incidencia en la salud humana.
También necesitamos mejorar aspectos estadísticos a escala monte, como cortas anuales y existencias por Comunidades Autónomas y por especie, hectáreas repobladas según especie, consumo de madera per cápita, comercio de madera y sus productos y otros datos que nos den un reflejo de los gustos de la sociedad actual y tendencias de mercado.
Querríamos desarrollar metodologías de recopilación de datos indispensables para caracterizar el sector forestal primario y crear un sistema de información permanente y viable a fin de que se pueda realizar un seguimiento y análisis socioeconómico de la evolución de la selvicultura (Cuantificación de la producción forestal según destino, Precios, costes de las principales operaciones en la selvicultura y en la explotación forestal, Inversiones en selvicultura, facturación y cuentas de explotación de los selvicultores, empleo generado en la selvicultura).
Igualmente importante es disponer de unos indicadores para conocer la estructura de la propiedad forestal y poder definir qué es una explotación forestal y darle forma a la figura de selvicultor activo. Esto es fundamental para la vertebración del territorio, pues en España existen varios millones de propietarios forestales privados de muy diferente tipología en cuanto a la titularidad. Los esfuerzos por movilizar e incorporar al enorme colectivo de selvicultores a la gestión de los recursos forestales deben ser reconocidos y apoyados, pues sin su participación no es posible manejar los bosques».
«En el monte se tiene la sensación de que hay pocas cosas económicamente rentables -afirma Francisco Carreño, Presidente de COSE-. Sin embargo, la gestión e inversión forestal tiene un efecto positivo en el territorio y en la sociedad que hay que tener muy en cuenta. Sería deseable y muy positivo incorporar estos datos a la contabilidad nacional porque sería una vía más para visualizar el valor de lo que los montes ofrecen. La Unión Europea pretende fomentar el uso de indicadores para medir y evaluar los resultados que con los recursos de las Políticas Estructurales se destinan a la gestión del territorio. Estamos pues, en una etapa interesante para resolver un problema que tiene mucho de convencional, es decir, de relativamente fácil solución. La cuantificación del valor que generan nuestros montes, también los privados, tiene una vía muy sencilla para que aparezca en el PIB al igual que ocurre con la actividad en los montes públicos.
Se trata de calcular el cociente resultante de dividir todas las partidas presupuestarias de las Administraciones Públicas destinadas a inversión y gestión de los montes públicos, que sí aparecen en el PIB, entre el número de hectáreas. Ese cociente sería ya un indicador del valor de lo que produce la superficie forestal privada ya que es perfectamente asimilable la oferta de bienes y servicios tangibles e intangibles independientemente que se produzcan en terrenos forestales públicos o privados».
En su comunicación “RECURSOS PÚBLICOS PARA LOS BIENES Y SERVICIOS PÚBLICOS GENERADOS EN LOS MONTES”, COSE incidía en esto mismo: Debido al creciente interés y demanda de la sociedad hacia las funciones de los bosques y el mantenimiento de los servicios que generan, se requiere desarrollar políticas orientadas a la gestión del uso múltiple del monte con criterios de sostenibilidad, que pasa por el reconocimiento de la labor de los que cuidan esos espacios.
A partir de este concepto primero y fundamental se pueden deducir los demás: la multifuncionalidad, la integración de la planificación forestal en la ordenación del territorio, la cohesión territorial y subsidiariedad, el fomento de las producciones forestales y del desarrollo rural, la conservación de la biodiversidad, los servicios ambientales…
Se debe tender hacia un diseño no cortoplacista constatando los resultados sobre todo en un ámbito como el forestal donde los períodos de maduración son a largo plazo.
Los montes de particulares representan una fracción mayoritaria de la superficie forestal y al igual que sucede con otras facetas del mundo rural, constituyen un universo olvidado por la mayoría de la población aunque generen externalidades y bienes y servicios intangibles de primera magnitud. Estas externalidades constituyen bienes públicos ofertados por agentes privados. Se trata de dinamizar y estimular que la oferta de bienes y servicios se optimicen en cantidad y calidad.
El reto es amplio pues se trata de reconocer por parte de la sociedad el papel de los montes particulares para satisfacer las demandas sociales y normalizar la financiación de esa oferta de bienes de uso público con los correspondientes recursos públicos.
Es evidente que la mayor parte de la población desconoce este papel y que además existen lugares comunes y tópicos sobre la propiedad forestal privada que distorsionan nuestro quehacer. Nos gustaría avanzar en el desarrollo de una estrategia que traslade estos hechos a la sociedad y reconduzcan el discurso de tal manera que afloren estos mensajes eficientes y faciliten la gestión de una parte fundamental de nuestro territorio.
Requerimos una investigación aplicada que esté a nuestro alcance para solucionar los problemas que tenemos en la gestión del monte; plagas y enfermedades, incendios, nuevas prácticas forestales y herramientas para la adaptación y mitigación del cambio climático, indicadores para valorar lo tangible y lo intangible y llevar la innovación al sector forestal español.
Hay aspectos científicos que, fuera del laboratorio, pueden ayudar a estructurar el sector.
Nos gustaría un congreso forestal cercano, con más participación ciudadana y abierto para hacer llegar a la sociedad cómo realmente se comportan nuestras masas forestales, lo necesario que es actuar en ellas y comunicar a la sociedad todo lo que se hace por nuestros bosques, con un lenguaje más comprensible para el público en general.