El objetivo de la jornada era poner en contacto a los investigadores con los actores del sector forestal: propietarios, industria transformadora, empresas y certificadoras, para favorecer su coordinación y participación en proyectos comunes y, de esa forma, fomentar la innovación tecnológica española en el ámbito forestal.
A lo largo de la jornada se abordó la sostenibilidad del sector forestal en su sentido más amplio, desde todas las perspectivas, tanto la económica, como la ambiental y la social. COSE puso de manifiesto que el 67% de la superficie forestal española es propiedad privada y, por tanto, está en sus manos la conservación y el futuro de las dos terceras partes del territorio forestal. Por lo tanto, si se quiere garantizar la persistencia de las masas forestales, hay que facilitar al máximo la labor de los selvicultores y reconocer el papel fundamental que juegan con su gestión, necesaria para la conservación y generación de actividad.
«El 67% de la superficie forestal española es propiedad privada»
El monte es un generador neto de recursos que nos proporciona múltiples bienes y servicios esenciales para el bienestar humano y para el desarrollo socioeconómico de la sociedad, pero hoy por hoy no todo es medible y por lo tanto no puede ser valorado en el mercado; como la función sumidero de CO2, la regulación del ciclo hídrico, el mantenimiento de la biodiversidad, el freno a la desertificación y erosión del suelo y el paisaje. Ninguno de ellos internalizados por el selvicultor.
Para COSE, «la investigación tiene sentido si nos permite mejorar e identificar nuevos indicadores y metodologías que sirvan para valorar aspectos socioeconómicos y de mejora de la calidad de vida, incorporar los beneficios ambientales (la protección del suelo, cantidad y calidad del agua) en nuestros balances económicos y que se disponga de suficiente información, así como una forma de aplicación asumible técnica y económicamente».
«Hasta ahora medimos aspectos como la superficie, las existencias de madera y corcho, la estructura de la masa, estado de la cubierta forestal… -explicó en el INIA Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE-. Pero no evaluamos aspectos muy relevantes por su alta demanda como el valor recreativo (uso social y disfrute de la naturaleza), el valor terapéutico de los bosques y su incidencia en la salud, la fijación de carbono de las raíces y del suelo a distintos niveles y las externalidades positivas antes mencionadas».
«Desde COSE queremos apoyo en I+D suficiente para que los propietarios forestales podamos trabajar en el desarrollo de indicadores socioeconómicos y ambientales de la selvicultura y de la estructura de la propiedad forestal para caracterizar el sector forestal primario»
Actualmente, los indicadores socioeconómicos disponibles se obtienen a partir de fuentes incompletas, pues todos los datos de cortas provienen de las estadísticas autonómicas que son estimaciones a partir de las comunicaciones o permisos de corta, que en un alto porcentaje no se ajustan a la realidad. Estos partes se cubren con anterioridad a la corta, son cifras a riesgo y ventura y en la mayoría de los casos no se indica el destino industrial, por lo que resulta difícil saber ambos datos. En consecuencia, esta falta de rigor no refleja la verdadera facturación de los selvicultores.
El empleo en la selvicultura tiene que especificarse más; el que se designa no está claro lo que computa, como por ejemplo asignar el empleo de las empresas que cortan, sacan la madera y el transporte a fábrica al empleo generado en la selvicultura.
Tampoco hay datos homologables a escala nacional sobre el número de propietarios de montes y sobre la estructura de la propiedad; cada autonomía hace lo que puede y sin criterios homologables. Igualmente faltan por incorporar todos los Productos Forestales No Maderables, que ahora están adquiriendo mucha importancia por su contribución a la actividad forestal y a la economía.
También es difícil de encontrar la cifra de árboles que plantamos anualmente, (únicamente hallaremos los que se subvencionan por las distintas administraciones, dejando fuera, por ejemplo, las plantaciones de eucalipto).
Obtener y clarificar estos datos es clave para conocer el sector y conseguir unos indicadores fiables.
«Desde COSE queremos apoyo en I+D suficiente para que los propietarios forestales podamos trabajar en el desarrollo de indicadores socioeconómicos y ambientales de la selvicultura y de la estructura de la propiedad forestal para caracterizar el sector forestal primario».
«Vemos necesario cuantificar las carencias detectadas para completar y mejorar los datos e información que se le proporcionan al INE para la elaboración de las tablas input-output de la contabilidad nacional, que ampliarían la realidad del sector de la selvicultura e incrementaría la aportación a la economía nacional y al PIB procedente de su gestión -concluyó Patricia Gómez-. También serviría para que estos nuevos recursos (los no maderables y los beneficios ambientales) se incorporaran a la economía real y tuvieran reflejo en la fiscalidad, abriendo la puerta a nuevos mercados para la diversificación de rentas».