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GO MIKOGEST explora los criterios de sostenibilidad del recurso micológico

El grupo operativo MIKOGEST celebró el pasado 16 de abril en Ávila, provincia micológica por excelencia, una jornada titulada “Gestión dinámica innovadora del recurso micológico”, en la cual expuso sus avances para mejorar en la trazabilidad, la gestión del recurso, la profesionalización de los recolectores y la seguridad alimentaria.

“Las setas son un recurso que puede contribuir a fijar población en el medio rural”, destacó en la inauguración del evento Roberto Rubio, Jefe del Área Forestal y Recursos Naturales de la Fundación CESEFOR que coordina el grupo operativo MIKOGEST, junto a Olga González, gerente de FAFCYLE (Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León) quien recalcó la importancia de generar valor en el territorio y crear modelos de actividad local sostenible sin agotar el recurso.

Olga González, gerente de FAFCYLE, y Roberto Rubio, Jefe del Área Forestal y Recursos Naturales de CESEFOR.

Juan Pedro Romero Trueba, Jefe de Servicio en la Subdirección General de Innovación y Digitalización del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, valoró los esfuerzos de modernización de este sector y habló sobre innovación y desarrollo en el Plan Estratégico Nacional PAC 2023-27, donde lo forestal está presente en las convocatorias de ayudas AEI AGRI, como objetivo transversal de la nueva PAC post 2020.

Tras una breve presentación del proyecto MIKOGEST, Patricia Gómez Agrela, gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE) concluyó que se esperan resultados relevantes como atajar la inseguridad jurídica de propietarios, recolectores y empresarios, conseguir una fiscalidad adaptada a las peculiaridades de la actividad micológica, planificar el recurso micológico a través de una gestión sostenible para asegurar la producción y la conservación de los ecosistemas, controlar la carga recolectora para no causar daños al monte ni al medio ambiente, así como la trazabilidad y la seguridad alimentaria.

A través del análisis Big Data se están estimando la capacidad productiva y la potencialidad micológica de los setales, con la ayuda de herramientas TIC como la smartbasket, para “garantizar que en un futuro se pueda seguir recolectando setas”, apuntó José Miguel Altelarrea, su desarrollador técnico en CESEFOR.

Necesitamos una definición y un reconocimiento legal y fiscal de los que ejercen esta actividad, para lo que se ha diseñado un plan formativo y creado la Asociación de Recolectores Profesionales de Setas Silvestres. “Un interlocutor con otros actores del sector y con la Administración”, puntualizó Fernando Aguilera, abogado de la Federación Española de Empresarios de Setas y Trufas (FETRUSE).

En la gastronomía, setas y trufas son un producto muy valorado. “La trazabilidad tiene que ser obligatoria –remarcó Antonio Montoro, profesor de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación-. Existe una legislación sólida, vigente y aplicable sobre seguridad y trazabilidad alimentaria en torno a un producto como la seta; falta voluntad y herramientas para aplicarla”. En este sentido, la autoridad plantea el principio de precaución: sólo podemos comercializar los hongos específicamente autorizados; todo lo que no está aceptado, está prohibido.

Antonio Montoro, profesor de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación.

Albert Pla, fiscalista de FETRUSE, apuntó que la fiscalidad actual a efectos tributarios de los recolectores de productos silvestres plantea “ciertos obstáculos” que desincentivan la actividad legal y fomentan el intrusismo. “Pero la legislación actual sobre el IVA abre una oportunidad –señaló-, la actividad recolectora es una actividad sujeta a IVA y existen argumentos válidos para incluirla en el Régimen Especial de la Agricultura, Ganadería y Pesca, aunque no haya una actividad previa de cultivo y plantación”.

La Asociación de Recolectores Profesionales de Setas Silvestres “hace transparente esta actividad -según Josep María Serentill, presidente de FETRUSE-. Empresarios y recolectores debemos ir de la mano, para que la Administración reconozca el sector primario como básico”.

Enrique Fernández Villamor, presidente de FAMCAL.

“Defendiendo la seta, defendemos al recolector”, concluyó Enrique Fernández Villamor, presidente de la Federación de Asociaciones Micológicas de Castilla y León (FAMCAL).

CRITERIOS DE SOSTENIBILIDAD DEL RECURSO MICOLOGICO

Hoy en día la recogida de setas es una actividad que está generalizada en España. Con regiones especialmente micológicas, unas más recientemente y otras con mucha tradición, la alta afluencia de público hace necesario una regulación en la recolección y comercialización de estos productos.

¿Qué ocurre si la recogida de setas es continua y estamos interviniendo cada año en el mismo lugar? ¿Corren estos setales el riesgo de desaparecer? ¿O qué sucede si eliminamos el mantillo superficial que existe bajo las setas silvestres? ¿Cuál es el efecto del fuego en su producción? ¿a qué especies afecta más?

“Estas y otras cuestiones nos han de servir para identificar criterios de sostenibilidad del recurso micológico, lo cual es objeto de trabajo del grupo operativo MIKOGEST”, explicó José Antonio Bonet, investigador del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC).

Cuando hablamos de criterios de sostenibilidad del recurso, se puede concluir que las setas dependen en gran medida del clima, algo incontrolable por los gestores. “Pero tenemos también una estructura de la masa, unas especies arbóreas, una densidad y una edad de los árboles, donde los gestores forestales sí pueden intervenir. Esto tendrá una consecuencia en la producción de las setas”.

Forman parte de este proyecto como socios: FAFCYLE, COSE, FETRUSE, CTFC y CESEFOR. Como agentes subcontratados, la Federación de Asociaciones Micológicas de Castilla y León (FAMCAL), la Asociación Forestal de Burgos (ASFOBUR) y la Asociación Forestal de Salamanca (ASFOSA). Como entidad colaboradora participa la Junta de Castilla y León.

El proyecto de innovación del grupo operativo MIKOGEST tiene una duración de dos años y ha sido beneficiario de una ayuda en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-AGRI) en el marco del programa nacional de desarrollo rural 2014-2020 (FEADER) en la convocatoria 2019, con un presupuesto total de 584.000€ (467.200€ FEADER y 116.800€ AGE).

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