por

Los gancheros vuelven al Tajo como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

El reconocimiento de la UNESCO les fue concedido el pasado mes de diciembre.

La localidad de Zaorejas (Guadalajara) acogió la celebración de la XXVII Fiesta Ganchera del Alto Tajo, un evento declarado de Interés Turístico Regional, que atesora la figura de Bien de Interés Cultural (BIC) y que este año ha estrenado su condición de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, concedido el pasado mes de diciembre.

Dicha celebración, organizada por la Asociación de Municipios Gancheros del Alto Tajo (Peralejos de las Truchas, Taravilla, Poveda de la Sierra, Peñalén y Zaorejas), pone en valor una actividad ancestral que se remonta a varios siglos atrás y que rememora un oficio arraigado y con mucha historia en esta comarca, con el que los gancheros de la zona transportaron durante mucho tiempo los troncos cortados y la madera a través del cauce del río Tajo y el río Guadiela hasta Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina.

El oficio de la ganchería aparece documentado desde el siglo XVI y perduró hasta mediado el siglo XX. Ya a finales de los años 40, la consolidación del transporte por carretera en camiones acabó con esta apasionante actividad, siendo definitiva su desaparición en la década de los 60. Es entonces cuando se va trasmitiendo de forma oral, en el seno de las familias, los conocimientos de la ganchería y surge la tradición de homenajear a los antepasados que la llevaron a cabo, consolidando una festividad que se celebra de forma mancomunada: cada año de forma rotativa, un pueblo distinto de esta zona de Guadalajara, lleva a cabo la gran fiesta de los gancheros. Se ha convertido en seña de identidad de una comunidad, que se reconoce en un territorio y un paisaje concreto, el Parque Natural del Alto Tajo.

En 1961 fue objeto de interés del escritor Jose Luis Sampedro, al recrear en su novela “El río que nos lleva” la vida de estos hombres y mujeres. En 1989 Antonio del Real lleva este argumento al cine, con el mismo título, y mereció una mención de la UNESCO por sus valores ecológicos y culturales. “Es una preciosa tradición que llega a nuestros días, que fue conocida universalmente por el libro ‘El río que nos lleva’ de José Luis Sampedro y que esta vez estrena la declaración de la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad”, apuntó durante la celebración el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido.

Los gancheros recibían el nombre por su única herramienta, un gancho o bichero, especialmente diseñada para su actividad: una larga pértiga de dos o tres metros, generalmente de madera de avellano, con punta de lanza y un saliente curvo, como una garra de hierro acerado (los más famosos eran los útiles fabricados en Priego). Lo fundamental para ser ganchero, además de una gran habilidad en el manejo del gancho, era el esfuerzo, el arrojo para afrontar los riesgos y el sentido del equilibrio.  

El programa festivo de esta Fiesta Ganchera, por la que pasaron numerosos visitantes, presentó la suelta y descenso de troncos por el río Tajo desde una zona cerca al puente de San Pedro como acto central, pero contó con otras actividades, como una demostración de corta de troncos, pasacalles con dulzaineros, talleres artesanales, juegos populares o una comida popular, entre otros. A lo largo de estas jornadas pasaron unos 3.000 visitantes por Zaorejas y su entorno.

Durante la celebración, el delegado de la Junta en Guadalajara, José Luis Escudero, manifestó que «vamos a seguir apostando por una gestión forestal sostenible”. A este respecto señaló que«en una zona muy ligada a la madera, queremos poner en valor un recurso propio de la comarca como es el ámbito forestal y también el agua, y en ese sentido, estamos haciendo un esfuerzo e inversión para que este oficio maderero, actualizándolo al día de hoy, haga que la gestión forestal sostenible sea una oportunidad para generar riqueza y empleo al territorio».

Escudero recalcó que «vamos a seguir apostando por la madera, por una gestión forestal sostenible y muestra de ello es el proyecto piloto que hemos llevado a cabo con la Mancomunidad de Municipios del Alto Tajo, que está dando muy buenos resultados y que queremos replicar en otros municipios».