La Univerdad Politécnica de Valencia lidera un proyecto europeo, en el que también están países como Portugal o Francia, para producir nuevos paneles aislantes para los edificios a partir de madera de pino marítimo con una capa interior de corcho expandido que mejore sus prestaciones para la construcción.
Serán paneles modulares que permitirán mejorar la eficiencia energética de los edificios a lo largo de todo su ciclo de vida, en un proyecto que ofrece un mayor valor añadido a la madera de los montes mediterráneos y contribuye a la lucha contra el cambio climático.
“La idea surgió cuando vimos que toda la madera que se produce en nuestros bosques tiene un aprovechamiento menor. Por lo que se termina acumulando madera en los montes y acaba quemándose, con las consecuencias sociales, económicas y climáticas que eso provoca”, señala Pau Brunet investigador del grupo de TIC contra el Cambio Climático de la UPV.
En Europa, la madera que se aprovecha para producir CLT crece, por norma general, en bosques productivos del centro y el norte, principalmente, en Escandinavia, Austria o Alemania. Hasta la fecha, por el contrario, la madera de pinos mediterráneos no está siendo empleada en la construcción, ya que es de menor calidad y suele utilizarse para productos con un valor añadido menor, como las paletas para el transporte de mercancías.
“Las serrerías que tenemos en la zona mediterránea son pequeñas, tienen dificultades para vivir de la producción de los palets. Nosotros lo que queremos es que esa madera pueda llegar a utilizarse para la construcción y así sea un producto con mayor valor añadido, lo que permita crear empleo, fijar población y, al mismo tiempo, reducir el riesgo de incendios forestales”, ecplica Pau Brunet.
“La idea que barajamos es que la lámina del material que utilicemos para la construcción no requiera grandes inversiones para nuestras serrerías, ya que no podrían hacer frente a ella. Por eso, será de dimensiones que pueda adaptarse a los recursos que tienen y que puedan venderlo por un precio superior al que lo hacen con los palets”, añade.
LOS PLAZOS
El proyecto comenzó su andadura el pasado mes de mayo y tiene previsto desarrollarse hasta enero de 2023. En la actualidad, se está analizando el material disponible y qué madera es mejor, aunque ya se ha determinado que se empleará la de pino marítimo. Luego se procederá al diseño de los paneles. Todo esto se prolongará hasta mediados del año que viene. “Nos hemos decantado por el pino marítimo en los tres países, pero también estamos valorando el pino negro, -que ya se usa para la construcción-, y el pino blanco lo querríamos utilizar para otros productos o elementos relacionados con esa construcción”, matiza Pau Brunet.
Una vez se termine toda esta primera fase, se procederá al análisis térmico, acústico o de reacción al fuego, entre otros, de los paneles creados. Tras ello, los paneles se utilizarán en la construcción y rehabilitación de 4 edificios públicos. Una construcción que comenzará a finales de 2021 y tiene previsto su fin a mediados de 2022. Durante ese tiempo y hasta el final del proyecto, se darán cursos para arquitectos, diseñadores y profesionales relacionados con el sector, así como conferencias para mostrar los resultados.
En el proyecto también participan informáticos que desarrollarán un programa para BIM (Building Information Modeling o software para el modelado de información para la edificación) que incorpore los beneficios del ciclo de vida de los materiales empleados, como el stock de carbono. Esta herramienta será empleada principalmente por profesionales del sector de la construcción e investigadores con el fin de evaluar la huella de carbono de los edificios.
Junto a la UPV, participan también el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, el Institut Technologique Forêt Cellulose Bois-construction Ameublement, la Asociación Clúster de la Construcción Sostenible de Andalucía, la Asociación de Investigación Técnica de las Industrias de la Madera, la Agencia Andaluza de la Energía, el Instituto Valenciano de la Edificación de la Comunidad Valenciana, el Instituto Superior de Agronomía de la Universidad de Lisboa y el Pôle de Compétitivité XYLOFUTUR.