El pasado día 13 de noviembre fallecía Manuel Soler Burillo. Una persona irrepetible, como insuperable es la xiloteca que reunió en su casa de Denia (Alicante). No tanto por la cantidad de referencias, como por la formidable ilusión y cariño que ponía en la empresa. Aventurero, viajante incansable, hombre del mundo entero, fenicio colonizador de amistades, demostró que en la búsqueda y reunión de conocimiento dan igual los países y las lenguas. Simplemente no hay fronteras.
Manuel nació en Sueca, al lado de la Albufera de Valencia, rodeado de campos de arroz y de naranjales. En diciembre de 2000, se jubiló y vivió en una cabaña de madera (no podía ser de otro material) construida por él mismo.
Fue capitán de la marina mercante durante 38 años, se jubiló con 55 y creó su xiloteca a partir de 6 maderas que le regalaron, convirtiéndola finalmente en la más grande e importante de España. Construyó y compartió su gran colección. Y animó y ayudó a los demás a crear y agrandar las suyas. Sobre la base común de una profunda y sincera pasión por la madera.
Quedan a nuestra disposición sus cuatro magníficos volúmenes de MIL MADERAS y su libro “¡¡¡ FONDO FERRO !!!”, con las aventuras de un marino por los siete mares; una biografía que desvela las múltiples facetas de su vida. Y es que recorrió más de un millón de millas (cerca de dos millones de kilómetros) viajando por todo el mundo. Visitó más de cuarenta países, de los cinco continentes, y casi siempre trajo consigo piezas de madera de todos aquellos lugares.
Gracias Manuel Soler por todo lo que nos has enseñado, no solamente de maderas, sino por todos los valores humanos que nos has transmitido, de una buena persona.
Fotografías: BALONES DE MADERA y PROFEMADERA.