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SGS, un líder junto a MADERA JUSTA

Desde 2012 es una enditad de certificación para poder desarrollar auditorías bajo este esquema.

SGS es referente mundial en inspección, verificación, ensayos y certificación. Goza de la reputación de ser la referencia mundial en cuanto a calidad e integridad, contando con una red de más de 1.650 oficinas y laboratorios en todo el mundo, con más de 80.000 empleados. “Somos el organismo líder en el Mundo de certificación en Gestión Forestal con más de 7.000 certificaciones de Cadena de Custodia”, afirma María Bartolomé, interlocutora de SGS con la Fundación COPADE.

María Bartolomé (SGS) junto a Javier Fernández, Director General de COPADE, en la firma de renovación del acuerdo de colaboración entre la Fundación y la Entidad de Certificación.

María Bartolomé (SGS) junto a Javier Fernández, Director General de COPADE, en la firma de renovación del acuerdo de colaboración entre la Fundación y la Entidad de Certificación.

Con presencia global, tenemos una historia de éxitos en la ejecución de proyectos a pequeña y gran escala, así como en proyectos internacionales muy complejos. Nuestra gente sabe hablar y entender el lenguaje y la cultura de los mercados locales, así como operar de manera constante, confiable y efectiva a nivel internacional”.

Como entidad de referencia mundial, SGS es impulsora de proyectos que ayuden a las empresas a desarrollar su actividad desde un punto de vista social, económica y medioambientalmente responsable. Con esta base SGS comenzó en 2012 la colaboración en el desarrollo del estándar MADERA JUSTA, formando parte activa en la conformación de los estándares y documentos que ahora mismo definen este esquema de certificación.

Actualmente SGS está reconocida por la entidad MADERA JUSTA como Enditad de Certificación para poder desarrollar auditorías bajo este esquema.

Nuestro objetivo ahora es aprovechar la extensa red que disponemos para afianzar el estándar MADERA JUSTA como el esquema y sello de referencia para aquellas empresas que quieran que sus productos procedan de bosques gestionados de forma sostenible y que la comercialización se lleva a cabo bajo los criterios éticos del Comercio Justo, asegurando que los derechos del trabajador son respetados”, concluye María Bartolomé.