SICAM se confirma también para el 2015 como un Salón con una fuerte vocación internacional. La edición del año pasado había consolidado un nivel ya muy elevado, con aproximadamente 500 expositores (de los cuales un 33% provenían del extranjero) y más de 17.000 visitantes profesionales registrados, el 35% de los cuales venían de 95 países de todo el mundo.
Son los números de un éxito que año tras año confirma la validez y la eficacia de un formato ferial exclusivo, que consigue crear en la feria un mezcla perfecta de varios factores, todos ellos decisivos: la atmósfera particular que se respira entre los stands, el cuidado de los detalles en los servicios y en los equipamientos, y el ambiente agradable que consiguen concentrar la atención de los operadores únicamente en las relaciones personales y en los productos expuestos. En pocas palabras, en el desarrollo del business.
Con operadores de la industria del mueble de todo el mundo, SICAM se convierte también en un observatorio privilegiado sobre las nuevas tendencias y las evoluciones del mercado internacional; las últimas ediciones han registrado un aumento constante y significativo de operadores y, sobre todo, presencias de calidad. Entre los mercados que han registrado una participación creciente, los primeros nombres son los de la India y Rusia, Turquía y otros países emergentes para la producción de muebles como Brasil y Vietnam. La pasada edición ha registrado también un claro aumento de presencias de los países del África del Norte y de una parte de América del Sur, de Irán y de la China; todos intentan aplicar en su producción la calidad italiana y europea de los componentes.
Ya se han presentado las fechas de la edición 2016 de SICAM: se celebrará de nuevo en Pordenone del martes 18 al viernes 21 de octubre
Coyuntura interesante
En este marco macroeconómico, uno de los sectores principales (con más de diez mil millones de dólares de superávit) es la industria italiana de la “madera-mobiliario”, que resulta segunda detrás sólo de la China en la lista mundial que controla el saldo de la balanza comercial. Italia genera, a pesar del déficit estructural de materias primas, y gracias a las propias capacidades manufactureras, un valor añadido en la industria del mueble (estimado en 4,9 mil millones de euros) muy superior al de muchos países más ricos de materias primas, como Francia (2,3 mil millones de euros), España (1,8 mil millones de euros) y Suecia (900 millones de euros).
La industria de la “madera-mobiliario” italiana es una industria que, mientras mantiene y transmite a través del tiempo la habilidad de generaciones de artesanos, sabe mirar también al futuro. Las empresas italianas de la industria del mueble, de hecho, son líderes en Europa en las inversiones en Investigación y Desarrollo, superando (con 56,4 millones de euros invertidos) a las inglesas (con 44,6 millones), las alemanas (con 39,9 millones) y las francesas (con 17,5 millones) en el gasto al origen de la competitividad por innovación y diseño. Por lo tanto, no es casualidad que todos los grandes diseñadores estén en Italia para encontrar la pasión por las ideas innovadoras y la capacidad de transformar los proyectos en productos excepcionales, únicos en el mundo.
La excelencia manufacturera italiana de la “madera-mobiliario” presenta, en realidad, una fuerte matriz territorial, puesto que dos de las tres principales regiones productivas de muebles de la Unión Europea, el Véneto y la Lombardía, son italianas; entre las primeras 15 regiones europeas productoras de muebles, nada menos que 5 son italianas (además del Véneto y la Lombardía, encontramos también las Marcas, el Friuli Venezia Giulia y la Toscana).