PELLICER es una carpintería industrializada que ha evolucionado y no se ha limitado a la fabricación de ventanas y/o puertas, sino que camina hacia la construcción de viviendas de madera; sector que a juicio de su gerente y propietario, Carles Pellicer, ha evolucionado “enormemente”.
Pellicer se inició en la fabricación de las casas de madera debido a que, en su momento, no encontraba a nadie que la quisiera hacerlas. Hoy exhibe una referencia de su trabajo en una obra de la arquitecta Petra Jebens, realizada a escasos kilómetros de Artesa de Segre (Lleida).
Trabaja sobre todo con la madera de proximidad. A Construmat ha llevado ventanas fabricadas en madera laminada con pino rojo del Pirineo y tableros alistonados para hacer muebles, y su objetivo es seguir creciendo y desarollando nuevos productos.
“Se puede hacer de todo con madera de aquí, nuestra, si la tratamos debidamente – asegura-. Nuestro mercado está intentado salir del armario; estábamos un poco metidos”.
Y prosigue: “Si bien hasta ahora todo era hormigón, acero y cristal, materiales que frenaban la irrupción de otros nuevos, ahora esto está cambiando mucho”.
El gerente de PELLICER observó que en Construmat “se veía madera, hay mucha madera”; a la par que señala que hoy la casa que se fabrica ya no es “la vivienda con troncos de Heidi” sino que se ha transformado y la gente se ha sensibilizado de que la energía “cuesta dinero y que con la construcción tradicional el aislamiento era muy limitado”.
Carlos Pellicer le ve muchas oportunidades al sector, y cree que hoy “se mira” la madera de otra forma”. A su juicio es evidente también que la bioconstrucción cobra fuerza, porque hay una mayor “sensibilidad por la ecología”, y no se mira tanto el precio, puntualiza.
No obstante, también contempla amenazas para la buena marcha de este mercado, y en este sentido reivindica la importancia de no tratar de vender casas a precio de ganga “porque si intentamos hacer la vivienda barata es porque reducimos las prestaciones, y sólo tendrá estética”.
Para Pellicer, la madera estructural no es el futuro de la construcción en España sino que ya es el presente, pero en todo caso, ha de trabajarse bien y “no prostituirla”. Es un claro convencido de que “el próximo paso del carpintero no será el de promotor, pero sí el de constructor”.
Respecto a su integración en la AFE, lo considera útil, y “más ahora que no sólo aglutina empresas que fabrican estructuras de madera, sino casas enteras y productos afines a esta actividad, como los recubrimientos, herrajes, etc.”