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Frondosas estadounidenses: ¿El material de construcción más respetuoso con el medio ambiente?

Su perfil medioambiental es difícil de superar. La industria norteamericana está sometiendo su cadena de producción y distribución a una evaluación medioambiental independiente.

También quiere que sus compradores más importantes de todo el mundo impongan medidas estrictas destinadas a retirar de las cadenas de suministro los materiales que puedan suponer un riesgo medioambiental.

 

De entre las numerosas ventajas de las maderas de frondosas estadounidenses, hay una en concreto que debería ser motivo de reflexión para muchos usuarios y prescriptores de materiales de construcción. Se trata del hecho, respaldado por evaluaciones forestales a nivel nacional que efectúa el gobierno federal de los Estados Unidos cada diez años, de que entre 1953 y 2007 el volumen de madera en pie de los bosques estadounidenses experimentó un incremento superior al 100%, de 5.000 a 11.400 millones de m3. Esta formidable expansión del recurso, que además coincide con un período caracterizado por un aumento significativo de la demanda de madera tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo, es prueba de un compromiso claro, a largo plazo, a favor de las buenas prácticas de gestión forestal y de la producción sostenible de la madera de frondosas en los Estados Unidos.

 

Las especies de frondosas constituyen una parte muy importante tanto de los bosques de los Estados Unidos como de la industria de productos de madera del país. Representan el 43% de la madera en pie de los bosques de EE.UU. (el 57% restante corresponde a las coníferas). Aproximadamente el 25% (60 millones de m3) de la producción anual total de madera aserrada, madera contrachapada y chapa de madera (250 millones de m3) se obtiene a partir de estas especies. La masa forestal de frondosas más significativa se extiende de norte a sur desde el extremo noreste de los Estados Unidos hasta alcanzar la costa meridional, llegando por el oeste hasta más allá de río Mississippi. También existe un área más reducida de producción de madera de frondosas al Noroeste del país en la costa pacífica.

 

Los recursos de madera de frondosas estadounidenses son significativos no sólo por su tamaño, sino también por su gran diversidad. Están formados por cientos de especies de las que, al menos 30, tienen un valor comercial significativo. En los estados del este, el roble rojo y el roble blanco son las especies más abundantes, seguidos por el arce duro y el arce blando, el tulipwood, el hackberry, el sweetgum y el fresno. En los estados del noroeste el aliso rojo es la frondosa comercial más importante.

 

Mientras que la madera de coníferas suele utilizarse para aplicaciones estructurales en la construcción, donde la necesidad de suministro de grandes volúmenes a bajo coste tiene más peso que otras cuestiones estéticas, la madera de frondosas es muy apreciada para aplicaciones de acabado como ebanistería, suelos, molduras y encimeras de cocina y mobiliario de establecimientos de venta.

 

Respaldadas por ser un recurso variado y en expansión, a lo que hay que añadir el creciente interés en todo el mundo por la sostenibilidad, la madera de frondosas estadounidenses está desempeñando un papel cada vez más importante en el suministro de materias primas para las industrias de la construcción y de mobiliario en todo el mundo. Los Estados Unidos contribuyen con casi una quinta parte a la producción mundial de madera aserrada y de trozas para chapa de madera. También es el mayor proveedor externo de madera de frondosas de la UE, con una cuarta parte de todas las importaciones de madera aserrada y de chapa de madera de frondosas.

 

A pesar de su importancia global, la industria de la madera de frondosas estadounidense no está compuesta por grandes grupos industriales anónimos, sino que se trata más bien de una comunidad. Alrededor de cuatro millones de personas junto con otras entidades privadas poseen los 110 millones de hectáreas de bosques de frondosas y bosques mixtos de roble y pino de los Estados Unidos. De toda la madera de frondosas privada producida en el país, sólo el 17% procede de bosques que son propiedad de grandes empresas, mientras que el resto procede de explotaciones forestales de carácter familiar no corporativas. En los Estados Unidos hay más de 14.000 empresas dedicadas a la madera de frondosas, la mayoría de ellas pequeñas y de propiedad familiar.

 

Esta estructura de la propiedad tiene implicaciones significativas tanto en las prácticas forestales como a los impactos medioambientales. En la mayoría de los casos, la motivación más importante de los propietarios de bosques de frondosas en los Estados Unidos no hay que buscarla en absoluto en la producción de madera, sino simplemente en el disfrute de la propiedad forestal en sí. A diferencia de la madera de coníferas, que normalmente procede de plantaciones de rápido crecimiento, la práctica totalidad de la madera de frondosas estadounidenses se obtiene de bosques más naturales, de mayor diversidad y de crecimiento más lento. Puesto que la producción de madera y la rentabilidad económica no son los objetivos fundamentales para los propietarios de bosques de frondosas estadounidenses, suelen aplicar unas prácticas de gestión forestal menos agresivas y con rotaciones largas.

 

La tala selectiva, limitando el apeo a tan sólo unos pocos pies por hectárea, en lugar de aprovechar a mata rasa, es una práctica habitual en los bosques de frondosas estadounidenses. El tamaño de las operaciones de aprovechamiento está limitado por las pequeñas dimensiones de las explotaciones que, en muy pocos casos, superan las diez hectáreas. Tras la tala, los propietarios forestales normalmente confían en la regeneración natural, que es prolífica en los profundos y fértiles suelos de los Estados Unidos. Hay poca necesidad o pocos incentivos para añadir abonos químicos. Tampoco se utilizan especies no autóctonas o modificadas genéticamente.

 

La gestión a largo plazo de los bosques de frondosas estadounidenses para la producción sostenible de madera contribuye significativamente al almacenamiento de carbono. Durante los últimos 50 años almacenaron cada año el equivalente a 165 millones de toneladas de dióxido de carbono (excluyendo el material talado). Esta cifra bastaría para compensar aproximadamente el 14% de las emisiones domésticas anuales de los Estados Unidos en 2006, o el 9% de las emisiones anuales de transporte de los Estados Unidos de ese mismo año. Esta contribución directa de los bosques de frondosas estadounidenses al secuestro de carbono no incluye el carbono retenido en almacenamiento a largo plazo como componente de productos de madera de frondosas estadounidenses. Con unas vidas de servicio que se prolongan durante generaciones, el mobiliario, los suelos y los productos de carpintería y ebanistería fabricados con maderas de frondosas estadounidenses actúan como almacén de carbono adicional durante muchas décadas.

 

La madera de frondosas estadounidenses es muy eficiente energéticamente. El proceso de transformación de la madera en productos de construcción utilizables requiere, probablemente, una cantidad de energía mucho menor que en la mayoría del resto de los materiales. Además, gran parte de la energía necesaria para producir productos de madera de frondosas estadounidenses es bioenergía. Un estudio efectuado en 2007 en 20 aserraderos de madera de frondosas del noreste de los Estados Unidos reveló que a partir de la biomasa (como por ejemplo corteza de árbol, serrín y recortes de madera), se obtenía el 75% de la energía necesaria para producir madera aserrada secada en cámara. Así pues, el volumen de las emisiones de dióxido de carbono generadas durante la producción de madera aserrada de frondosas estadounidenses es aún menor y más reducido que en el caso de la producción de muchos materiales reciclados.

 

Una evaluación preliminar, efectuada por la American Hardwood Export Council (AHEC), de la huella de carbono de las maderas de frondosas estadounidenses desde el bosque hasta el distribuidor europeo sugiere que el secuestro de carbono durante el crecimiento del árbol en el bosque servirá con creces para compensar las emisiones de carbono totales producidas en la tala, la transformación y el transporte. La evaluación de AHEC también sugiere que el transporte es un factor relativamente pequeño en la huella de carbono global. Esto es particularmente cierto cuando el transporte se hace por mar. Transportar madera de frondosas estadounidenses por barco a través del Atlántico, un trayecto de más de 6.000 km, requiere una cantidad de energía un poco mayor que un transporte por carretera de 500 km. De hecho, es probable que incluso una circunnavegación completa del globo terráqueo (40.000 km) se compensara fácilmente con el carbono secuestrado en los productos de madera transportados.

 

Con argumentos tan sólidos, la industria estadounidense de la madera de frondosas promociona el desarrollo de iniciativas que escruten el impacto medioambiental de los materiales y la transparencia de las cadenas de suministro. AHEC fue pionero en este sentido en 2007 al encargar una evaluación independiente del riesgo de entrada de madera ilegal y no sostenible en las cadenas de suministro de la madera de frondosas estadounidenses. El informe fue elaborado por Seneca Creek Associates, una consultoría independiente que cuenta con un equipo formado por expertos independientes y de reconocido prestigio en el campo de la silvicultura estadounidense. El estudio llega a la conclusión de que apenas hay motivos para dudar del cumplimiento de las leyes nacionales y estatales en el sector de la madera de frondosas y que, es probable, que la madera robada tan sólo represente, como mucho, el 1% de la producción total de madera de frondosas estadounidense.

 

Los autores del estudio Seneca Creek también están convencidos de que la madera de frondosas estadounidense se debe considerar de Bajo Riesgo para cada una de las cinco «categorías de riesgo» que establece la norma FSC para la madera controlada. En otras palabras, además del bajo riesgo de tala ilegal, es muy improbable que procediese de bosques en los que los derechos tradicionales o civiles o los valores de conservación se vean amenazados por las actividades forestales, o de bosques convertidos en plantaciones o de terrenos de uso no forestal o de árboles modificados genéticamente.

 

Apoyada en los resultados del estudio Seneca Creek, la industria de la madera de frondosas estadounidense es una fuerte defensora de la implantación de regulaciones destinadas a erradicar del comercio internacional los suministros ilegales de madera. En 2008, la Federación Estadounidense de la Madera de Frondosas, la asociación que representa a la industria, unió, con éxito, sus fuerzas a las de diversos grupos medioambientales en un intento de ampliar la Ley Lacey estadounidense para cubrir también los productos de madera. La enmienda tipifica como delito en los Estados Unidos la posesión de cualquier producto de madera «obtenida, en propiedad, transportada o vendida» infringiendo cualquier ley extranjera o estatal relevante. Cualquier empresa estadounidense dedicada al comercio de productos de madera que no aplique la diligencia debida respecto a sus suministros de madera podría enfrentarse a sanciones penales.

 

AHEC también ha abogado por la introducción de legislaciones similares en algunas de las regiones de mayor consumo de madera, incluyendo la Unión Europea. Como respuesta a las campañas de los grupos medioambientales y de organizaciones responsables de comercio de la madera, como AHEC, el 12 de noviembre de 2010 se publicó en el Diario Oficial de la UE la «Ley de la Madera Ilegal» (ITL), que «establece las obligaciones de los operadores que colocan madera y productos de madera en el mercado de la [UE]». Esta ley, que entrará plenamente en vigor a partir de marzo de 2013, convertirá en delito la colocación de madera talada ilegalmente bajo las leyes de cualquier país, en el mercado interno de la UE. La ley también obliga a los importadores de madera europeos a implementar procedimientos de diligencia debida con el fin de minimizar el riesgo de procedencia de la madera de fuentes ilegales. Esta regulación beneficiará a todo el mercado de la madera europeo, eliminando definitivamente cualquier incertidumbre referente al origen legal de la madera consumida en Europa.

 

Actualmente AHEC está promoviendo el avance hacia un enfoque más científico para el suministro de las especificaciones verdes de los materiales por medio de la Evaluación medioambiental de sus Ciclos de Vida (LCA). A pesar de que todavía hay camino por recorrer antes de que la LCA se convierta en un factor decisivo en la especificación de materiales en el mercado europeo, ya hay claras señales de progresos en esta dirección. Es cada vez mayor el uso de sistemas de clasificación de edificios verdes como BREEAM en el Reino Unido, HQE en Francia y DGNB en Alemania y, todos ellos, se basan en la LCA para la asignación de créditos a los materiales de construcción.

 

En la línea de esta nueva tendencia del mercado, AHEC encargó en 2010 el mayor estudio de LCA nunca efectuado en el sector de la madera de frondosas a nivel internacional. La evaluación independiente la está llevando a cabo PE International, líder en el sector de las evaluaciones LCA, de acuerdo con la serie de normas ISO14040 para LCA. Este estudio incluirá, como un elemento separado, la evaluación independiente de la «huella de carbono» de las distintas especies de frondosas estadounidenses conforme a algunas normas para el cálculo de la huella de carbono como la norma PAS 2050 del Reino Unido y el Protocolo internacional Green House Gas (GHG).

 

El estudio incluye la recopilación de datos de inventario de ciclo de vida medioambiental (LCI) para las principales especies de frondosas estadounidenses, desde el punto de extracción en los Estados Unidos hasta el punto de entrega en la UE y en Asia, como madera aserrada secada en cámara o como chapa de madera. Esto permitirá a la industria identificar los «puntos calientes» de mayor impacto medioambiental y perfilar mejor los objetivos de las medidas de mejora. El estudio también incluye una evaluación completa del impacto del ciclo de vida de diversos productos acabados básicos en la construcción y en mobiliario fabricados en la UE a partir de madera de frondosas estadounidenses.

 

Uno de los resultados más importantes del estudio será la preparación de Declaraciones Ambientales de Productos (Environmental Product Declarations – EPDs) para productos de madera de frondosas estadounidenses. Las EPDs parecen estar destinadas a convertirse en una importante herramienta para la comunicación, tanto a los prescriptores como a los usuarios finales, de los datos referentes al LCA de los productos. Las EPDs están diseñadas para permitir una comparación imparcial del rendimiento medioambiental de los distintos productos mediante el suministro de información de forma estructurada, verificada y de base científica. Las EPDs proporcionan información a lo largo de toda la cadena de suministro del producto, están diseñadas para asegurar la neutralidad sin juicios de valor y su veracidad y precisión deben ser ratificadas por una tercera parte independiente. Se ha elaborado una norma internacional, ISO 14025, que proporciona asesoría en lo relativo a la estructura y el contenido de las EPDs.

 

Así pues, ¿es la madera de frondosas estadounidenses el material de construcción más respetuoso con el medio ambiente del planeta? Lo cierto es que no lo sabemos – todavía. Tendremos que esperar a los resultados del estudio de PE International y al incremento de EPDs publicados. Sin embargo, la madera de frondosas estadounidenses pueden y deben aspirar a serlo, dada su capacidad única para combinar un recurso amplio y en rápida expansión, una extracción de baja intensidad, magníficas capacidades para la absorción de carbono, emisiones reducidas durante los procesos de transformación, un extraordinario rendimiento en uso y una industria con un compromiso demostrable con la transparencia y la mejora medioambiental.

 

Por Rupert Oliver, consultor de la American Hardwood Export Council (AHEC) para temas medioambientales.