Al frente de INDUSTRIAL JAIME está la tercera generación de la familia JAIME. Esta empresa afincada en Nules (Castellón) ha ido evolucionando en función de los tiempos, las necesidades y situaciones. Inició su andadura como carpintería, realizando trabajos para interior y para exterior, y desempeñando una fabricación industrial de cajas de colmena. A finales de los años 70 concluyó para INDUSTRIAL JAIME el negocio de las colmenas, y se puso el foco en la carpintería para exterior. Entonces apareció otra vía de negocio en el segmento de la industria auxiliar y componentes para muebles. Concretamente, cajones.
“En aquel momento PVC y metal no estaban tan evolucionados como en la actualidad -rememora Manuel Jaime, administrador de la empresa-, sólo se hacía cajón de madera. Hasta que irrumpieron en el mercado el PVC, el contrachapado para cajones y, a continuación, la melamina y el metálico; primero para mueble de oficina, y después para cocina”.
Hasta 2004 esta empresa castellonense fabricó para pequeñas promociones de viviendas y para el particular. Y el cajón solo a nivel nacional, hasta el año 2000. A partir del 2001 comenzó a mirar mercados foráneos, “porque en España quedaban cada vez menos fábricas de muebles y, además, PVC y metal acaparaban cada vez más cuota de mercado”.
GENERANDO VALOR
Como es sabido, el cajón ha evolucionado en este siglo hacia las prestaciones estructurales, con el desarrollo de los herrajes y guías metálicas, cada vez más sofisticadas, ocultas y capaces de soportar más peso. La industria del mueble demanda un cajón más técnico y preciso.
INDUSTRIAL JAIME se ha ido adaptando a estos requerimientos de los clientes y siempre ha procurado generar valor y factores diferenciales para sus clientes frente a la competencia. A la vez, atentos también a la estética del cajón, se ocupó también de los elementos y accesorios de organización del interior del cajón, tanto en cocina como en baño y armario.
A raíz de la gran crisis de 2007 se comprimió aún más el mercado nacional, e INDUSTRIAL JAIME se fijó aún más en los mercados de exportación: Europa central, hasta Dinamarca. Fabricando los componentes de cajones de madera, principalmente de haya y de roble, contrachapados y MDF rechapado. “Ofrecemos desde un MDF lacado o pintado en ultravioleta, hasta el piecerío de cajón en roble aceitado -apunta Manuel Jaime-. Nos adaptamos a lo que necesita cada cliente; nuestro único estándar son las materias primas. Día a día tratamos de fortalecer el servicio, y además desarrollamos ideas propias y las proponemos a los clientes. Unas salen adelante, y otras no”.
INDUSTRIAL JAIME trabaja con maestría la unión de las piezas mediante cola de milano. Su técnica y destreza forman parte de su identidad. De hecho, hoy día continúan uniendo los cajones con este sistema. “Hemos adaptado máquinas y procesos para poder unir piezas de tan solo 9 milímetros de grosor, y con madera o con rechapado -remarca Manuel Jaime-. Ciertos clientes lo han valorado y apuestan por nuestro producto”.
Quienes compran a INDUSTRIAL JAIME buscan un ‘traje a medida’, que “desarrollamos conjuntamente, o bien el cliente nos dice lo que desea, o en ocasiones somos nosotros quienes proponemos soluciones de unión, de organización, acabados, etc., para ayudarle a diferenciarse en el mercado”.
RUBIO MONOCOAT, UN VALOR AÑADIDO
INDUSTRIAL JAIME está aplicando, de forma industrial, el aceite Oil Plus 2C de RUBIO MONOCOAT a las piezas de madera para los cajones que fabrican algunos de sus clientes.
“Es un recubrimiento natural, apto para el contacto con alimentos, cien por cien ecológico, que permite al tacto y a la vista disfrutar de la propia madera -afirma el gerente de la empresa castellonense-. Converge con lo que nosotros deseamos ofrecer al mercado, y con lo que demandan nuestros clientes europeos”.
Además, en un cajón fabricado con piezas aceitadas con RUBIO MONOCOAT se puede reparar rápida y fácilmente un arañazo; “aplicando un poco del mismo producto y extendiéndolo, sin riesgo de solapamientos o diferentes tonos en la madera”.
INDUSTRIAL JAIME barniza el cajón después de montarlo. “Con el sistema de acabado tradicional, lijar y barnizar supone varias pasadas por máquina. Con RUBIO MONOCOAT sólo hay que realizar una única pasada -destaca Manuel Jaime-. Estamos logrando industrializar el proceso, incluso con colores muy oscuros, integrando el producto de RUBIO MONOCOAT en nuestra línea de producción. Muy cerca de obtener el máximo rendimiento del producto: 45 metros cuadrados de superficie, con 1 litro de aceite, en una única pasada por máquinas. Son tiempos de producción y costes de energía que ahorramos”.
RUBIO MONOCOAT ha contribuido decisivamente al posicionamiento y avance de INDUSTRIAL JAIME en mercados muy exigentes, amantes de la madera, como son el escandinavo o el centroeuropeo. “Fabricamos el piecerío de madera para fabricantes de mobiliario; los más importantes prefieren que la madera esté acabada con el aceite de RUBIO MONOCOAT, incluso con un abanico creciente de colores. Que actualmente son cuatro, y esperamos que con el tiempo sean más, incluso en el rango de los más oscuros, que habitualmente son los más difíciles de lograr -concluye Manuel Jaime-. Con RUBIO MONOCOAT aspiramos a ampliar nuestro conocimiento sobre el acabado de la madera, a proponer al mercado nuestros propios desarrollos y, por supuesto, a incrementar la cartera de clientes”.