NORMA ha participado en Maderalia 2018 con numerosas propuestas de acabados y diseños en sus puertas. Entre las novedades más significativas mostradas por la firma soriana en la feria, cabe reseñar su amplia variedad de melaminas y la incorporación de nuevos certificados que prácticamente no tiene nadie en el mercado, como es la exigente norma estadounidense UL. Tal es su nivel de exigencia que, una puerta que logre resistir en una habitación estanca 60 minutos expuesta al fuego, tiene que aguantar a continuación, durante un minuto, el manguerazo de los bomberos. Según Jesús Ortego, responsable de marketing en NORMA-DOORS, “es un ensayo aún más riguroso que el que requiere el certificado Certifire de resistencia al fuego de los laboratorios Warrington”.
Con estos nuevos sellos NORMA quiere potenciar una línea de producto, la de las puertas para hoteles y otros edificios públicos y privados donde arquitecto o decorador prescriben una puerta técnica con las máximas prestaciones. “Son soluciones en las que NORMA se distingue claramente en el mercado, por su experiencia y por los certificados que avalan sus productos”, dice Jesús Ortego.
«Nos hemos preparado, y nos han certificado los laboratorios y entidades de acreditación más exigentes del mundo”
Para NORMA, Maderalia ha sido un buen escaparate para exhibir sus puertas, en las que el visitante pudo contemplar rechapados de madera natural y lacados en blanco, así como una gran presencia de las melaminas, que van ganando terreno en este segmento de la construcción y la decoración.
Maderalia ha servicio no sólo para mostrar lo que hace NORMA sino lo que puede hacer, por exigente que sea la demanda de su cliente. “Para ello nos hemos preparado, y nos han certificado los laboratorios y entidades de acreditación más exigentes del mundo”.
En los últimos años, NORMA-DOORS ha invertido en torno a 2 millones de euros en maquinaria y equipos para la fabricación de puertas de paso. Monitorizando sus sistemas para controlar la calidad de los procesos y de los productos. En la empresa trabajan unas trescientas personas en plantilla, dependiendo de los picos de producción. A ellos se suman delegados en toda España y en numerosos países. Entre todos estos profesionales, bien preparados y dirigidos por los responsables de cada departamento, la firma soriana cuenta con un departamento de ingenieros dedicados en cuerpo y alma, al control de calidad y al desarrollo de proyectos.
La fábrica tiene una capacidad productiva de unas 6.000 unidades por día. Desde su reapertura en 2014, la compañía facturó 5 millones de euros partiendo de cero, 13 millones el siguiente ejercicio, 18 millones en 2016 y 23 en 2017.