Cuando la cadena nórdica Radisson puso su mira en invertir en España, lo hizo fijándose en un edificio de viviendas del siglo XIX. Este edificio de fachada en esquinazo neoclásica está situado con vista a la plaza de Platerías, frente al Museo del Prado y a pocos minutos del Reina Sofía y del Thyssen. El arquitecto Julián Domínguez, del estudio CIP Arquitectos, se puso con el proyecto, encontró un gran hándicap, que la reconstrucción debía ser en madera.
“Ya teníamos muy avanzo el proyecto en acero y nos encontramos con que se nos exigía que la rehabilitación del edificio, que contaba con numerosas protecciones, debía ser en madera”, recuerda. Pese a que en un primer momento esa condición no les cayó del todo bien, “gracias a que la rehabilitación fue en madera nos salió mucho más barato de lo previsto, además se realizó en un plazo más corto de tiempo y con sistemas más ligeros”, reconoce el arquitecto, quien contó su experiencia en el “I Encuentro sobre madera y construcción”.
Se utilizó para los trabajos de reforma sistemas de madera microlaminada y macrolaminada. “Hubo que reforzar casi todo el edificio y luego también hacer forjados nuevos”, indica. Además, se hicieron trabajos en la carpintería exterior ventanas, contraventanas y fraileros; se llevó a cabo la restauración de escalera interior en obra y portones de acceso, piezas protegidas del edificio. Además, se trabajó en la carpintería interior para habitaciones: puertas, armarios y empanelados; así como en la decoración de madera de pasillos, restaurante, bar, oficinas y salas de reuniones.
“Además de todos los beneficios que nos encontramos en la madera a la hora de la rehabilitación del edificio, lo que destaco es que una de sus grandes ventajas de trabajar con este material es que se adapta a los apoyos con mayor facilidad”, puntualiza Domínguez.
TRABAJOS DE REHABILITACIÓN
La gran dificultad de la rehabilitación de este edificio que data de 1860 y que tuvo una primera rehabilitación en 1936, se encuentra en que su grado de protección es elevado, teniendo que respetar fachadas y otros elementos interiores, como el patio de luces, que por su interés artístico se tienen que mantener.
La rehabilitación estructural del edificio tuvo tres grandes actuaciones. La primera de ellas fue la consolidación de entramados y pié derechos, sustituyendo los que estaban mal por otros de madera microlaminada siguiendo los orígenes de las vigas. La segunda gran actuación se centró en los forjados, que fueron reforzados, saneados o sustituidos. La sustitución consiste en vigas de madera macrolaminadas y tableros OSB, con relleno de arlita para posteriormente aplicar una solución acústica de suelo flotante. La tercera actuación fue sobre el micropilotaje para la sujeción del muro del patio, sirviendo incluso para el vaciado necesario para poder realizar operaciones de refuerzo y saneamiento.
El cambio de uso del edificio así como la solicitud de la propiedad impulsaron la realización de soluciones de aislamiento acústico que se contemplan en el actual DB-HR, yendo a una solución de suelo flotante para forjados, trasdosados para fachada y doble tabique de vigas,eso laminado para separación entre habitaciones.