Las carpinterías industrializadas, decepcionadas ante las ayudas del Gobierno a la Rehabilitación

Los industriales de carpintería en madera, reunidos en la junta directiva de FEIM –Federación Española de Industrias de la Madera- mostraron de forma unánime su decepción con las fórmulas propuestas por el Gobierno para fomentar la rehabilitación.

 

«No se trata sólo de aplicar un IVA reducido a las obras de reforma, ya que esto no es suficiente para motivar las mismas, ya que lo que se había solicitado reiteradamente era que dichas obras (sustitución de puertas, suelos, ventanas, etc.) dada su condición, a nuestro entender, de inversión en activo fijo, se pudieran deducir también del IRPF en las mismas condiciones que la adquisición de vivienda -informa la junta directiva de FEIM-. En las medidas aprobadas, esta deducción sólo se contempla para reformas estructurales que supongan un montante superior al 25% del valor de la vivienda, excluido el valor del suelo, contemplando entonces a la carpintería entre otros oficios, como un elemento anexo e indisociable de esa gran reforma, lo que limita enormemente su aplicación para nuestro sector.»

 

La patronal de la carpintería industrializada de madera considera que si la reducción del IVA no va acompañada de deducciones, ayudas directas, financiación favorable u otros estímulos al consumo, sin duda fracasará.

 

La industria de la carpintería industrializada de madera depende de la rehabilitación, porque la obra nueva colapsó. Se están terminando cada vez menos viviendas (en 2009 se iniciaban 110.000, frente a las 651.000 de 2007). En 2010 se están acabando en torno a 250.000 y las iniciadas posiblemente no lleguen a 100.000 a final de año. Este es el trabajo que van a tener los industriales de FEIM, en cuanto a vivienda nueva se refiere, a partir de finales de 2011.
Lo verdaderamente preocupante es el stock de vivienda nueva en España. En general, en todos los ámbitos se coincide en una cifra de alrededor 1.250.000 unidades sin vender, a las que hay que sumar las escrituradas y puestas a la venta de forma simultánea y las adjudicadas por las entidades financieras. Este año se están vendiendo en torno a 40.000 viviendas mensuales de las cuales 23.000 son usadas y 17.000 nuevas.

 

«Si no se produce el descenso de precios que requiere el sentido común, esto es, en torno a un 40/ 50 por ciento, el mercado de la vivienda nueva no se empezará a mover hasta después del 2015, porque España no va a absorber más de 325.000 unidades / año (hoy absorbe alrededor de 200.000 viviendas nuevas al año), porque el consumidor aguarda la esperada caída de precios -advierte la cúpula de la Federación Española de Industrias de la Madera-. Los bancos saben perfectamente lo que han prestado para hacer la vivienda, y no están dispuestos a darle al promotor, a quien le ha prestado 100.000 €, otros 200.000 € para el cliente, porque después es el banco el que no le va a poder cobrar los 300.000 € al cliente final. Si este nudo gordiano no se corta de inmediato, el sector de la carpintería industrializada no podrá contar con la vivienda nueva (dos tercios de su actividad) para seguir funcionando y verá caer su facturación aún más, si cabe.»

 

Respecto a la situación económica, los empresarios del sector son tajantes: «Aún se puede ir a peor, porque de los datos anteriores se deduce que este año y el próximo se reducirán aún más, las ya exiguas cifras de facturación del sector. Estamos aguantando lo indecible para no terminar de deshacer el tejido industrial en España, pero cada día que pasa sin llegar la reactivación es más difícil continuar». Aunque siempre queda una esperanza: «En España hay 5 millones de parados, pero también 17 millones de ocupados. Alguien tiene que consumir: el funcionario, el farmacéutico, el jubilado, el rentista, por eso es imprescindible promover la rehabilitación, ya que en general la población que no ha perdido su empleo, ya tiene vivienda. También resultaría muy interesante para nuestro sector y la economía en general, fomentar la rehabilitación de nuestro enorme y en parte anticuado parque hotelero, habilitando las pertinentes líneas de financiación y exigiendo la aplicación de las nuevas normativas de seguridad, confort acústico, etc.»