Diferencias entre suelos de parquet, de tarima y laminados

JESÚS DEL SER explica las diferentes opciones para que «no te den gato por liebre».

Si no sabes distinguir términos como «parquet», «tarima maciza o flotante», o «suelo laminado», no te preocupes. Nadie nace sabiendo y para poner o renovar el suelo de una casa, el primer paso es conocer todas las posibilidades que tenemos para que el resultado cumpla nuestras expectativas. Jesús del Ser, empresa del sector de la madera con más de 40 años de experiencia te explica las diferencias que podrán ayudarte a tomar una decisión y, lo más importante, a que no te den gato por liebre.

Antes de empezar, si estás decidido por un suelo de madera, debes saber que existen muchos derivados con nombres parecidos que generan cierta confusión al consumidor, deliberada o no. De hecho, hay una iniciativa en marcha a nivel europeo denominada Wood4you, a la que se ha sumado Jesús del Ser, por la que los fabricantes de madera luchan para que solo a los productos de madera se les puedan llamar madera.

Por ello, nada mejor que estar bien informado a la hora de decidir renovar o poner el suelo de madera tu casa. Nuria del Ser, gerente de Jesús del Ser, nos cuenta las principales opciones y sus diferencias para poder acertar.

Hay una iniciativa en marcha a nivel europeo denominada Wood4you, a la que se ha sumado Jesús del Ser, por la que los fabricantes de madera luchan para que solo a los productos de madera se les puedan llamar madera

Empezamos por la tarima maciza tradicional, que está formada por tablas de madera maciza, cuyo grosor va desde los 22 hasta los 30 milímetros y van machihembradas, es decir, llevan macho y hembra en laterales y testa para su unión. Puede ser de diferentes tipos de maderas: robles, pino, maderas tropicales etc. La forma de instalación puede ser pegada directamente a la solera (previa preparación) en dimensiones de tabla de hasta 2,30 metros como máximo; o bien, clavada sobre rastrel. La decisión de una u otra instalación, depende de la altura y del sistema de calefacción. Si existiera suelo radiante se tendría que poner pegado obligatoriamente.

Luego está la opción de la tarima multicapa, más conocida como tarima flotante. Se trata de una tarima con una capa de uso superior de madera noble de 3, 4 o 6 milímetros. La parte inferior suele ser tablero fenólico o de madera, colocada en posición contraria a la capa superior (para dar estabilidad a la tabla) y su composición puede variar, dependiendo del fabricante.

Son lamas machihembradas de 15, 19 o 24 cm (o a veces incluso más) de ancho. Esta tarima es la adecuada para formatos grandes, sobre todo en los anchos de  tablas. Se pueden colocar pegadas directamente a la solera (sobre todo, si el suelo tiene calefacción radiante), o se puede realizar una instalación flotante sobre un foam. Es decir, no se pega la base de la tabla al suelo, se pone pegamento en el machihembrado.

Otra opción es el parquet o lamparquet. Son piezas de madera, todas del mismo tamaño, en cuanto a grosor, ancho y largo. En este caso, también con macho y hembra. Suelen ser piezas de 12 ó 15 milímetros de grosor, un ancho de 6 ó 7 centímetros y largos máximos de unos 42 cm. Siempre se coloca pegado.

Es importante distinguir las opciones previas de otras alternativas muy extendidas: los suelos laminados o vinilos, ya que los suelen llamar tarimas también, pero erróneamente puesto que no están realizadas con madera. En realidad el material es sintético: «para que nos entendamos, son fotografías de madera pegadas», indica Del Ser.

Generalmente llevan una base compuesta por un tablero de fibras de alta densidad, una capa decorativa de melamina que imita el dibujo y la textura de la madera y una película transparente que protege el conjunto. Su precio es sensiblemente menor, pero a diferencia de la madera, cuando se desgastan no admiten acuchillado ni barnizado. 

Precisamente, esta falta de rigor en la terminología, comentada al principio, es lo que denuncia el sector maderero europeo, que alerta del impacto ambiental de esas imitaciones y pide que se deje de engañar a los consumidores, a través de la iniciativa Wood4real. Las asociaciones del sector de la madera exigen una legislación en Europa que pueda regular los reclamos engañosos en este ámbito.

TARIMA MACIZA O TARIMA FLOTANTE, ¿CÓMO SABER CUÁL ELEGIR?

Ahora bien, a la hora de seleccionar qué tipo de tarima de madera es la más adecuada para cada hogar, la primera cuestión es saber el tipo de reforma que se va a realizar. «Si es una reforma sencilla, donde los suelos no se van a picar y los inquilinos incluso no quieren salir de la vivienda durante el proceso, la decisión estaría clara. Habría que poner un material acabado y de fácil instalación, como cualquiera de nuestras tarimas de madera flotantes», explica Nuria del Ser. Esta opción presenta la ventaja que, aunque la instalación es rápida y sencilla, el material es de primera calidad, ya que son tarimas de una sola lama y con un acabado a la carta.

Por otro lado, si el sistema de calefacción es con suelo radiante, la tarima debe ir pegada al suelo para que el funcionamiento del sistema sea el adecuado. Y aquí dependerá del ancho de tabla que le guste al cliente. «Se puede poner tarima maciza, pegada directamente al mortero, pero en anchos y largos limitados. No recomiendo pegar tablas más anchas de 15 cm y largos máximos de 1,80 m aproximadamente. Así, si el cliente quisiera tablas más anchas (de 19 cm o 24 cm, por ejemplo), le tendríamos que aconsejar la tarima flotante o tarima multicapa, pudiendo elegir la capa de uso y el acabado», detalla Del Ser.

En el caso de que no existan problemas de altura o de nivel, se pueden poner rastreles. Realizar una nivelación en seco y clavar la tarima. En este caso se puede elegir entre tarima maciza o tarima flotante. «Habría que estudiar en cada casa los niveles que existe en la obra, para valorar la mejor opción de instalación», concluye la gerente.

Por último, en cuanto al acabado, la opción que más juego da para realizar formatos personalizados es la tarima maciza, ya que las piezas se pueden colocar en espiga, Punta Hungría y se puede realizar en cualquier tamaño. También para marqueterías y diseños especiales, al gusto de cada cliente.

En conclusión, la mejor recomendación a la hora de elegir el suelo de madera de nuestro hogar es ponerse en manos de profesionales con experiencia y prestigio del sector de la madera que nos puedan aconsejar en base a las circunstancias y necesidades de cada vivienda y sus inquilinos.

Myriam Alvarez, Myriam Alvarez Comunicación