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«Hoy todo ha cambiado, pero el camino ha sido duro»

Nuria del Ser, timón de la empresa que fundó su padre.

Con más de cuatro décadas de trayectoria a sus espaldas, el fabricante de tarimas macizas y almacén de madera, Jesús del Ser, no dudó en soltar las riendas de la empresa que con tanto empeño había creado de la nada, para que la guiara su hija Nuria. Pero no fue un traspaso sin más, sobre todo, teniendo en cuenta su condición de mujer.

Con 25 años en el oficio, desde el principio a pie de obra y en contacto con el cliente final, interioristas o arquitectos, Nuria del Ser siempre se ha interesado por seguir el recorrido de su producto una vez que salía de fábrica. Pura dedicación y pasión por el trabajo bien hecho, en un mundo en el que siempre ha predominado la presencia masculina.

Nuria del Ser (Madrid, 1973) aprendió el negocio de maderas desde su raíz. Antes de heredar la dirección de la compañía familiar, ella empezó conociendo a fondo el sustrato del negocio que había concebido su exigente padre, Jesús del Ser, en 1979. En cuanto terminó sus estudios, se metió de lleno en la fábrica en el polígono El Cerro de Segovia.

Nuria del Ser, gerente de JESUS DEL SER

«Empecé a trabajar hace 25 años en la fábrica y los comienzos fueron bastante duros. Tres días a la semana trabaja en allí para aprender desde abajo la clasificación de las diferentes maderas, las especies, el secado, el proceso de fabricación y demás -rememora-. Para ello, trabajaba codo con codo con ocho compañeros (todos hombres) y con bajo nivel cultural. Evidentemente, yo no cogía el peso de los tablones, pero con ellos, el encargado y mi padre aprendí durante años todo lo que sé ahora de maderas».

Los otros dos días de la semana la actual gerente acudía a las obras, casi siempre en Madrid, donde aprendía con los instaladores de tarima las diferentes formas de colocación de la misma, según los niveles que hubiera en la obra, el sistema de calefacción de la vivienda, etc. «Así fui formándome y viendo los diferentes problemas y las soluciones de las instalaciones de la tarima. Aquí también era muy complicado, pues en las obras no se veían mujeres. Los jefes de obra «lo sabían todo»… y era imposible preguntar o dar una opinión contraria a lo que decían», se lamenta.

También fue intercalando el trabajo en taller con el de la oficina, aplicando lo que había aprendido en la carrera universitaria, gestionando albaranes, facturas y pedidos. «Veía los costes, contabilidad, gestión de clientes y proveedores, facturación, control de existencias etc. Así me hice una idea de la empresa por completo e iba proponiendo y modificando estrategias que con el tiempo se vieron que eran correctas», relata Nuria.

Y finalmente, se inició en la venta, lo que más le apasiona. «Me encanta el trato con el cliente, pero como conozco todos los departamentos, también hago los pedidos de compra y la gestión de todo el proceso de fabricación», afirma la directiva que controla la gerencia de la empresa, aunque su padre, con 87 años, ya retirado, sigue acercándose un par de veces por semana para estar al día del negocio.

Empezaste tu experiencia laboral muy joven en un sector eminentemente masculino, ¿cómo fueron los inicios?

Estaba en un sector de hombres totalmente. Y he de decir que lo pasé bastante mal. Poco a poco me fui posicionando, tanto en la empresa como en las obras. Mi lema era: FORMACIÓN, FORMACIÓN y FORMACIÓN. A parte de la experiencia que iba adquiriendo día a día, me leía todo lo que encontraba en diferentes asociaciones del sector; me estudiaba las distintas fichas técnicas de cada madera, con sus densidades, procedencia, utilidades etc; comparaba lo que decía la ficha técnica con las maderas que teníamos en nuestros almacenes, veía el grano de la madera, la veta etc. Fue una formación que hice sola y también me empapé de toda la información que me iba dando mi padre, en base a su experiencia, viajes en busca de maderas y su día a día. Todo esto, no cabe duda que me formó, pero evidentemente, me hubiera gustado aprender de otra manera.

¿Cuál ha sido la evolución en estos 25 años? ¿crees que ha habido avances?

Hoy en día todo ha cambiado. Ahora se ven mujeres en los diferentes sectores del mercado, incluso en el mío hay muchas. Hay igualdad en gran medida y una valoración y respeto por la mujer. En las obras es un gusto entrar y ver que hay «jefas de obra», interioristas y mujeres al frente de diferentes empresas como el aluminio, cocinas etc. En mi opinión, hemos progresado, aunque alguna vez nos sigamos encontrando hombres de la vieja escuela, con el mismo trato y prepotencia de hace años hacia la mujer (pero son los menos), y claro, hoy en día me posiciono de forma diferente hacia ellos.

JESÚS DEL SER

Empresa familiar creada en 1979 dedicada al tratamiento y fabricación artesana de madera con acabados a la carta y a medida, especializada en tarimas macizas y flotantes, que ofrece en más de 22 variedades diferentes, tanto para interior como exterior.

Hoy en día, tras más de cuarenta años, Jesús del Ser alberga más de 12.000 metros cuadrados entre fábrica, secadero eléctrico, secaderos de oreo al aire libre, naves de almacén, aserradero, almacén de maderas, etc. La diferencia la marca la fabricación a medida y su trato cercano y exclusivo con el cliente, así como la fabricación nacional, controlando todo el proceso, desde la importación de la madera hasta la entrega.

Su larga experiencia en el sector y su profundo conocimiento de las diferentes cualidades de cada madera, les permite asesorar y recomendar las idóneas en cada proyecto, aportando soluciones directamente en obra.

Una entrevista de Myriam Alvarez