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España es la 3ª superficie forestal europea, pero 8ª en aprovechamiento de la madera para energía

Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE (Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España), habló la pasada semana en GENERA, la Feria Internacional de Energía y Medioambiente, evento que se ha celebrado en IFEMA (Madrid), sobre aprovechamiento de la madera y el papel de “la biomasa forestal en el contexto de la transición ecológica”. En el transcurso de la ya habitual jornada técnica organizada por APPA -Asociación de Empresas de Energías Renovables-, que este año versaba sobre los “Progresos de la Biomasa en España”.

Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE, durante su intervención en la jornada técnica organizada por APPA en la feria GENERA, el pasado día 28 de febrero.

UN RECURSO DESAPROVECHADO

España registra un nivel de aprovechamiento de la biomasa forestal muy inferior al potencial que aguarda en el monte. Somos es el TERCER país de Europa en superficie forestal arbolada, por detrás de Suecia y Finlandia, y su masa forestal crece a un ritmo anual del 2,19% (media europea de 0,51%), pero el OCTAVO en aprovechamiento de la madera (cada año se quedan en el monte del orden de 30 a 40 Mm3/año de madera y biomasa). En países de nuestro entorno con un clima y una conformación del bosque semejante y un sector bioenergético bastante más maduro, como Francia o Italia, los porcentajes en el uso de la madera para energía tienen un peso mucho mayor. El consumo de biomasa per cápita en España de 0,103 tep/hab* (Toneladas Equivalentes en Petróleo por Habitante). En Finlandia es de 1,435tep/hab.

El recurso es cada vez más abundante, debido al despoblamiento del mundo rural y el abandono de los aprovechamientos y usos tradicionales de los bosques, y porque las extracciones son inferiores al crecimiento anual, lo que conlleva la acumulación de existencias en el monte que no se están valorizando.

El consumo de madera para otros usos, como el aserrío o la fabricación de pasta de papel o tableros, tiene un techo más o menos definido, mientras que el uso energético (mayoritariamente térmico) de la biomasa forestal ha crecido de manera sostenida durante la última década. “El consumo final de la energía BIO crece exponencialmente, por su enorme grado de eficiencia -observa la gerente de COSE-. Queda todavía mucha biomasa en el monte, que se queda sin utilizar. Además de desaprovechar un recurso y una oportunidad, esto supone un evidente riesgo de incendio”.

En efecto, en los últimos diez años España ha sufrido una media anual de más de 14.000 incendios forestales, que han quemado más de 100.000 has anuales (equivalente a 200.000 campos de fútbol).

MONTE: FUENTE DE EMPLEO y MATERIA PRIMA

En este escenario, nuestro país deriva hacia una matorralización y crecimiento de sus masas forestales en superficie (has) y volumen (m3). Tras esta amenaza, existe una oportunidad: COSE propone aumentar el aprovechamiento de la biomasa de los montes, para reducir el riesgo de incendios forestales, contribuir a mitigar el cambio climático y favorecer la bioeconomía rural, así como mejorar la vitalidad de las masas forestales, frente a plagas y enfermedades e impulsar un desarrollo rural.

Un megawatio (MW) instalado de energia producida con biomasa supone:

Según AEBIOM -Asociación Europea de la Biomasa- y FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura-, la biomasa para uso térmico genera 135 empleos (desarrollo rural) por cada 10.000 consumidores, mientras que gasóleo y gas natural generan tan solo 9 empleos.

EL COSTE DEL ABANDONO ES MAYOR

Las consecuencias de la ausencia de gestión en el monte son muy graves:

Los servicios ecosistémicos que ofrecen los bosques a la sociedad, fundamentales para el bienestar humano, se ven comprometidos”, expresó en GENERA Patricia Gómez Agrela.

OPORTUNIDADES

Las oportunidades que nos ofrece la biomasa forestal no son pocas, tal como enumera COSE:

Con las medidas adecuadas y la oportuna financiación se podría dar respuesta al gran reto energético, y también al social y ambiental”, considera la portavoz de COSE.

MARCO LEGAL

El apoyo tanto de las administraciones como del ejecutivo al desarrollo de la biomasa forestal está muy por debajo de las expectativas.

No encontramos un impulso decidido en las diversas políticas y planes promovidos por los sucesivos gobiernos en esta materia. Actualmente, en el marco legislativo actual ni la biomasa ni los bosques como sumideros de CO2 ocupan el lugar que se merecen ni tienen reconocimiento como fuente de bioenergía, como es el caso del Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética o del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

Se desconoce si la denominada Estrategia de Transición Justa apoyará de forma clara y determinante a la biomasa forestal

En COSE consideramos que debería de haber un equilibrio justo entre todas las fuentes de energía renovables”, apuntó su gerente.

EL CASO PORTUGUÉS

La Comisión Europea ha autorizado, en función de las normas de la Unión Europea (UE) sobre ayudas estatales, un plan portugués para apoyar las instalaciones de energía procedente de la biomasa ubicadas en zonas próximas a áreas forestales consideradas como “críticas”, debido al riesgo de incendios. El plan tendrá una duración de 15 años y un presupuesto de alrededor de 320 millones de euros, y se financiará a través de un aumento en las tarifas de energía. Las nuevas instalaciones producirán tanto electricidad, como calor y electricidad (cogeneración).

El objetivo de la medida es incentivar a los propietarios forestales a limpiar los bosques en riesgo de incendio, y al aprovechamiento energético de los residuos forestales para producir energía a partir de biomasa. El fin de esta actuación consiste en ayudar a prevenir futuros incendios forestales en Portugal.

MEDIDAS PARA DESPERTAR UN MOTOR ECONÓMICO

Según COSE, existen vías para activar y hacer fluir esta actividad y un mercado que, sin lugar a dudas, representaría una alternativa ideal al modelo energético actual. Entre otras medidas, COSE propone atender las siguientes:

SELVICULTORES

COSE aglutina a las asociaciones territoriales de propietarios forestales privados (un 67% de la superficie forestal española es de propiedad privada). COSE estimula y asesora a estos selvicultores para que se asocien y para que lleven a cabo una gestión sostenible y pongan en valor los recursos que hay en sus montes.

Las políticas europeas convergen en la llamada “transición ecológica”. Además de un medio para preservar, sanear y proteger el monte, el aprovechamiento de la biomasa forestal es una fuente de empleo y riqueza, que se quedan en nuestro medio rural.

Una salida económicamente viable de la biomasa forestal que se queda en los montes sin utilizar promueve una economía baja en carbono y contribuye a reducir el riesgo de incendios.

Los selvicultores nos comprometemos con la certificación forestal para garantizar la sostenibilidad y trazabilidad de la biomasa -concluyó Patricia Gómez-. Aprovechar de forma sostenible los recursos forestales, actualmente infrautilizados, es la mejor forma de proteger y conservar la naturaleza y el medio ambiente, disminuyendo el uso de materiales de origen fósil”.

La biomasa, al contrario que otras fuentes de energía, es un recurso que está en nuestras manos. Podemos generarla, es un recurso renovable.

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