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El bosque crece, a pesar de los incendios

Con más biomasa pero desasistido y con menos interés en su uso.

Algunos de los peores incendios de las últimas décadas acaban de producirse en los últimos días. Diversos espacios de Lleida, Zamora, Navarra y otros territorios han afrontado incendios con consecuencias terribles, en un verano adelantado. Estos episodios generan un impacto socioeconómico y ambiental de una enorme gravedad.

Sin embargo, como adelanta el Informe de la “Situación de los bosques y sector forestal en España” (ISFE), cuya última edición se presentó en el 8º Congreso Forestal Español (celebrado en Lleida, del 27 de junio al 1 de julio) en años últimos 5 años se confirma la tendencia decreciente que se produce desde el año 1991 en el número anual de incendios y en las superficies afectadas por el fuego, tanto total como arbolada.

El bosque crece – un 1,2% más de superficie forestal entre 2004 y 2018 -, debido fundamentarme a su regeneración natural, planes de restauración forestal y abandono del medio rural. Este escenario de crecimiento, en un contexto de abandono de su aprovechamiento, genera problemas en el control de los incendios forestales por el aumento de la densidad de los bosques. Tenemos, por tanto, mucho más bosque, con más biomasa pero desasistido y con menos interés en su uso.

La gestión de sus recursos es fundamental para el fomento de la bioeconomía, entendida como la basada en el uso de los recursos naturales como insumo. Estos recursos son renovables, fijan carbono y son cercanos. Además, la actividad socioeconómica que generan los bosques, contribuye a fijar población y se convierten en un activo en el ámbito rural. Deberían ser la base de la economía del siglo XXI.

El número de industrias del sector forestal representó un 11% del total del sector industrial, aportando un 5% del valor de la producción y un 7% del personal ocupado. Este valor podría incrementarse con mayor movilización de recursos, ya que menos de la mitad del crecimiento de su biomasa se aprovecha.

Por otro lado, el carbono acumulado en los bosques españoles ha crecido entre 2015 y 2020 casi un 17%, y el 61% de su superficie está bajo alguna figura de protección. Alrededor del 20% de la superficie forestal cuenta con planes de ordenación, y un 9% además de la superficie tiene el paraguas de los sellos de certificación forestal sostenible (PEFC y FSC).

CATALUÑA, TERRITORIO FORESTAL

En Cataluña el 62% de la superficie corresponde al uso forestal, cifra superior en siete puntos a la media del territorio español. De los dos millones de hectáreas que ocupa el uso forestal, casi el 80% son monte arbolado (Fuente: Inventario Forestal Nacional, MITECO).

Y Cataluña nunca había acogido el Congreso Forestal, actividad central de la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF), hasta esta octava edición, que se celebra en Lleida esta próxima semana. El comité organizador (compuesto por la Sociedad Española de Ciencias Forestales, la Generalitat de Catalunya, el Ajuntament de Lleida, las diputaciones de Lleida y Barcelona, la Universitat de Lleida y el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Catalunya (CTFC), además del MITECO) espera congregar a más de 700 expertos técnicos y científicos durante una semana, llegados de toda España y otros 10 países. El respaldo a la celebración del 8CFE en Cataluña también se ha constatado con la participación de entidades patrocinadoras como el Consorci Forestal de Catalunya, el Centre de la Propietat Forestal y Forestal Catalana S.A., entre otros.

LA CIENCIA FORESTAL Y SU CONTRIBUCIÓN A LOS ODS

En el 8CFE se han presentado los resultados de las investigaciones y experiencias surgidos entre un Congreso y el siguiente. En esta ocasión, el lema elegido para el 8CFE es “La Ciencia Forestal y su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, porque desde la Sociedad Española de Ciencias Forestales, organizadora del CFE, se quiere poner de relieve el papel fundamental que nuestro sector desempeña en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), iniciativa intergubernamental con implicación de instituciones públicas y privadas, además de a la sociedad civil.

En este contexto, el 8CFE ha puesto de relieve cómo la ciencia forestal investiga, ensaya e implementa unas prácticas válidas e imprescindibles para alcanzar los objetivos de esa nueva agenda que tiene por meta general “erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos”.

Siguiendo ese propósito, las cerca de 600 comunicaciones recibidas por el Comité Científico del 8CFE se enmarcaron en siete mesas temáticas, en las que se trabajan riesgos forestales (incendios y plagas), bioeconomía y servicios ecosistémicos, conservación de suelos y recursos hídricos, cambio climático (mitigación y adaptación de los bosques), conservación de hábitats, biodiversidad, gobernanza e integración social y la digitalización del sector.

Alrededor de estos temas se celebraron también 20 mesas redondas y talleres (en las que se profundizó y debatió en torno a otras cuestiones de interés para el sector) y una serie de viajes técnicos por las comarcas más forestales de Cataluña.

Conscientes de que no sólo tiene importancia la investigación y la difusión de conocimientos para fortalecer un sector clave para la economía nacional, diferentes empresas y emprendedores mostraron en el 8CFE sus servicios y actividades en un espacio expositivo y comercial del Congreso, en el que se fomentó la actividad comercial y de trabajo en red.