El olmo que preside la Plaza de la Iglesia en Alobras, un pequeño municipio de Teruel, cumple cuatro siglos.
El árbol fue plantado con anterioridad a la iglesia Parroquial, levantada en el siglo XVII. Tiene una copa que mide 17 metros de diámetro y un tronco de 8,5 metros de perímetro en su base y 12 metros de altura, ocupa prácticamente todo el espacio peatonal de la plaza. Es propiedad del Ayuntamiento y su estado de conservación es bueno.
Muchos documentos alusivos a la historia de Alobras se perdieron durante la Guerra Civil, por lo que los testimonios de los más mayores de la localidad han sido esenciales para datar la edad del árbol. Uno de los pocos olmos que quedan en la zona.
El olmo era una especie cultivada en otras épocas, que se extendió por toda la Península Ibérica, gracias a los romanos. Era costumbre plantar un ejemplar de olmo en la plaza de los pueblos, y bajo él se celebraban determinadas ceremonias como bodas, juicios o fiestas populares.
Actualmente quedan muy pocos de estos olmos debido a la grafiosis, enfermedad producida por un hongo y que provoca la muerte de esta especie, pues produce una embolia en los vasos conductores. Esta enfermedad es transmitida por insectos, extendiendo rápidamente y ha afectado a la mayoría de los olmos plantados en las plazas de los ayuntamientos, por lo que, el olmo de Alobras se puede considerar como una reliquia o árbol singular. De ahí la importancia de estos 400 años de historia.
OTROS ÁRBOLES SINGULARES
Alobras tiene un gran patrimonio forestal, su olmo no es el único árbol singular que podemos encontrar en su término municipal. Otro de ellos es el Pino Ramudo, un ejemplar de pino negral cuyas ramas llegan hasta el suelo, presentando una envergadura de copa bastante amplia.
La parte baja de su tronco se encuentra vacía, quedando únicamente la corteza como consecuencia del uso ancestral de esta especie de pino, ya que en otra época se utilizaba para la extracción de tea. Esto, unido a que hace unos años el ejemplar sufrió un incendio, da lugar a que el estado de conservación del mismo no sea el mejor posible.
Otro árbol singular es el Quejido Prado del Hontanar. Un ejemplar que crece de forma aislada, sobre suelo calcáreo, en el paraje conocido como ‘Umbría del rebollar, incluido dentro de el monte El Pinar.
Este ejemplar presenta un diámetro de dos metros a una altura de un metro y 30 centímetros, una altura de 14 metros y un diámetro de copa de 16 metros. En cuanto a su forma, es de copa redondeada, con el tronco con muchas protuberancias.