Basoko Sistema es un proyecto liderado desde la Confederación de Forestalistas de Euskadi, aplicable a todos los propietarios y/o gestores forestales que deseen generar unidades o créditos certificados de secuestro de carbono a partir de prácticas de Gestión Forestal Sostenible (GFS) en Euskadi. Y será presentado oficialmente este viernes en Gasteiz, con unas jornadas en las que participarán varios expertos en la materia y a la que asistirán, entre otros, el viceconsejero de Alimentación y Desarrollo Rural del Gobierno Vasco, Raúl Pérez Iratxeta; y la diputada foral de Agricultura de Araba, Noemí Aguirre.
¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?
Euskadi, una de las regiones más verdes de Europa, con un manto verde que cubre el 55% de su superficie total, es una de las comunidades con mayor limitación para acceder a los actuales mercados mercados de carbono, basados en el cambio de uso. Y esto sucede debido a la escasa posibilidad de generar nuevas masas arboladas en un país donde los bosques ya ocupan todo el espacio que permiten los pueblos, ciudades e infraestructuras.
Es decir, el CO2 que nuestros 247 millones de árboles capturan a diario, no tiene cabida en estos mercados que permiten a la industria (y demás posibles interesados) compensar las emisiones mediante la suscripción de créditos de carbono. Basoko Sistema surge para contrarrestar esta carencia. Se trata de un proyecto pionero de “Implantación de un mercado en Euskadi para el carbono fijado con la Gestión Forestal Sostenible”.
La clave es optimizar y mejorar la capacidad de fijación de carbono que tienen nuestras masas arboladas, ampliarla mediante técnicas de GFS, y negociar esa fijación adicional lograda mediante la selvicultura en un mercado voluntario de carbono en el que tanto la industria como otras posibles entidades vascas puedan compensar su huella de carbono adquiriendo créditos de emisión.
SELVICULTURA PARA ABSORBER MÁS CO2
La realidad a día de hoy es que las entidades vascas interesadas se ven abocadas a compensar sus emisiones de carbono adquiriendo créditos generados por la captación de CO2 de plantaciones realizadas en su inmensa mayoría fuera de Euskadi, allí donde se están reforestando superficies donde antes no había árboles o actuaciones en zonas incendiadas para la recuperación de la masa arbolada.
Los árboles, cuando crecen, capturan CO2 mediante la fotosíntesis y transforman el carbono en hojas (tanto vivas como las de la hojarasca) madera (viva, muerta o destinada al uso de la sociedad) y parte del suelo. Lo hacen de manera natural. Pero la legislación actual tan solo contempla que se negocien los créditos de carbono adicionales de un bosque ya establecido, si generamos pautas de gestión forestal específicas dirigidas al aumento de las absorciones y el almacenamiento de carbono, y en tal caso, solo se puede poner a disposición del mercado el carbono adicional absorbido gracias al cambio de gestión.
Lo más sencillo es, y así lo contempla la ley, calcular la captación de CO2 que antes no se producía en una superficie y ahora sí. Es decir, valorar que donde había suelo agrícola, por ejemplo, posteriormente se planten árboles.
Sin embargo, también está demostrado que los árboles pueden fijar más carbono de lo que ya capturan con una gestión más eficiente. Y esa adicionalidad sí tiene reconocimiento administrativo y comercial y puede ser incorporada al mercado de carbono. Pero, ¿cuánto somos capaces de aumentar la capacidad de fijación de carbono de nuestros bosques mediante buenas prácticas de selvicultura? ¿Se puede medir fehacientemente esa mejora? ¿Quién la certifica?
MEDIR Y CERTIFICAR
Basoko Sistema es la respuesta a todas estas preguntas. Para medir esa fijación adicional de CO2 de una masa arbolada concreta desarrollamos en primer lugar Karbokalku, la calculadora de carbono que los promotores de Basoko Sistema presentamos el 22 de noviembre en Bilbao.
Para ello, es necesario que haya una entidad verificadora que garantice la adicionalidad lograda mediante prácticas de GFS. Esa entidad verificadora será PEFC. Por eso, para entrar en el mercado de carbono vasco, los bosques tendrán que estar adheridos al sistema de certificación PEFC de Euskadi. La idea es que, a partir de ya mismo, quien quiera, pueda entrar en este mercado y buscar esa adicionalidad y negociarla en este mercado vasco de carbono.
Antonio del Campo, Dr. Ingeniero de Montes por la Universidad de Córdoba, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, ha sido uno de los responsables de articular el marco metodológico para la cuantificación y certificación de esta selvicultura de carbono, y ofrecerá una conferencia este viernes durante las jornadas que servirán de presentación oficial de Basoko Sistema.
POTENCIAL: 500.000 TONELADAS EXTRA
Según sus cálculos, cada hectárea de bosque en Euskadi fija al año una media de 10,63 toneladas de CO2 equivalente. Es decir, las 396.000 hectáreas de masa arbolada que tenemos en la Comunidad Autónoma del País Vasco en la actualidad, estarían fijando alrededor de unos 4,2 millones de toneladas de CO2 al año.
Estaríamos hablando de que nuestros bosques naturales y de plantación, unos 247 millones de árboles, estarían absorbiendo el 22,7% del total de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que emitimos en Euskadi cada año (18,5 millones de toneladas en 2022). Pero, ¿cuánto podríamos mejorar esa cifra con una selvicultura adecuada y más eficiente?
Del Campo ve posible que esa adicionalidad lograda pueda alcanzar el 12%; es una aspiración marcada por la propia Confederación de Forestalitas de Euskadi, y ello supondría que las masas arboladas de la CAPV podrían llegar a fijar 4,7 millones de toneladas de GEI al año.
Estaríamos hablando de llegar al 25% de las emisiones totales de GEI en Euskadi, gracias a una mejora añadida de 2,2 puntos porcentuales: 500.000 toneladas extra de CO2 capturado, lo que está cerca de las 600.000 que emite todo el sector agrario vasco al año. Y más que suficiente para compensar la huella de carbono del propio sector forestal y permitir que más entidades y personas interesadas de nuestra sociedad puedan adquirir créditos negociados en este mercado vasco de carbono.
Basoko Sistema y Karbokalku tienen en cuenta además a la hora de hacer los cálculos los efectos futuros previstos del cambio climático, y efectúan una simulación de cómo va a crecer nuestro arbolado en los escenarios previstos de cambio climático.
Basoko Sistema permitirá a los y las propietarias forestales acceder, además de al mercado de madera que producen, a un mercado adicional como es el mercado de carbono.
En este mercado voluntario las relaciones contractuales se realizarán a través de una plataforma web, administrada por la Confederación de Forestalistas del País Vasco, que permitirá a los interesados comprar créditos de carbono que correspondan a esa absorción extra propiciada por una gestión forestal sostenible en montes de Euskadi.
Será un mercado limitado, por tanto, en el que no computará todo el carbono secuestrado por nuestros bosques, sino el extra que hemos podido propiciar mediante una gestión forestal sostenible y eficiente debidamente certificada; pero permitirá que la sociedad vasca, a través de este proyecto, pueda hacer una apuesta por la gestión forestal de nuestro territorio.